La no persecución del no uso de la mascarilla ha provocado que casi nadie la lleve puesta por el Paseo Marítimo y nadie en la playa, cuando la obligación de su uso supondría un alivio para las arcas públicas en segundo término y sobre todo en primer lugar despreocuparía en gran medida a muchos ciudadanos de contagiarse por el Coronavirus. Lo que le llama poderosamente la atención a algunos ciudadanos es que la dotación de la Policía Local que prácticamente se encuentra en el Paseo Marítimo no disuada a quienes no usan la mascarilla a sabiendas de su obligatoriedad y de los rebrotes que se están produciendo así como que los agentes no le llamen la atención a quienes no utilizan la mascarilla.