El líder de Al Qaeda, Osama bin Laden, murió en la madrugada del lunes en una operación estadounidense llevada a cabo con helicópteros en una mansión cerca de la capital paquistaní, poniendo fin a una larga persecución mundial del cerebro de los atentados del 11 de septiembre de 2001 contra Estados Unidos.
El cadáver del hombre considerado el símbolo más poderoso del terrorismo mundial fue sepultado rápidamente en el mar, mientras la euforia por su muerte se vio atemperada por los temores a la venganza y la necesidad de mantener la vigilancia contra nuevos atentados.
“Hoy es un buen día para América”, dijo el lunes en la Casa Blanca el presidente estadounidense, Barack Obama, que ya había anunciado la muerte de Bin Laden en una comparecencia especial el domingo por la noche, hora estadounidense.
“El mundo es un lugar mejor por la muerte de Osama bin Laden”, agregó, al tiempo que dijo que “Estados Unidos ha mantenido el compromiso de hacer justicia”.
Los miembros del equipo de elite Navy Seals que descendieron desde helicópteros al recinto tenían órdenes de matar, no de capturar, a Bin Laden, quien llevaba 13 años eludiendo a las fuerzas de Estados Unidos, dijo un alto cargo de seguridad estadounidense a Reuters.
“Se trataba de una operación para matarlo”, dijo el responsable, quien habló bajo condición de anonimato.
Muchos analistas consideran la muerte de Bin Laden como en gran medida simbólica, ya que se creía que ya no daba órdenes operativas a los muchos afiliados autónomos de Al Qaeda desplegados alrededor del mundo.
Temiendo ataques en represalia, Estados Unidos emitió advertencias de seguridad a sus ciudadanos alrededor del mundo. Un destacado legislador republicano informado por la Casa Blanca sobre la muerte de Bin Laden dijo que las agencias de seguridad estadounidenses estaban trabajando para prevenir cualquier atentado en Estados Unidos o sus instalaciones en otros lugares del mundo.
“Este es un momento clave porque Al Qaeda tiene que vengarse. Esta es una derrota terrible para ellos y tienen que moverse lo más rápido posible, y depende de nosotros detenerlos”, dijo el legislador Peter King.
La muerte de Bin Laden probablemente no afecte a la guerra en Afganistán, de casi una década de duración, desatada por los atentados del 11 de septiembre de 2001 contra Washington y Nueva York. Las fuerzas de Estados Unidos se están enfrentando a un récord de violencia por parte de los talibanes.
El presidente estadounidense, cuya popularidad se había visto afectada por el creciente aumento de los precios de la gasolina, probablemente vea una recuperación a corto plazo en sus índices de aprobación. Pero también estará más presionado por parte de los estadounidenses para acelerar su planeada retirada de las fuerzas de su país de la impopular guerra en Afganistán.
Las autoridades estadounidenses dijeron que Bin Laden fue localizado en un recinto valorado en un millón de dólares en la exclusiva localidad militar de Abotabad, a 60 kilómetros al norte de la capital de Pakistán, Islamabad. Después de 40 minutos de enfrentamientos, Bin Laden murió junto a otras personas en la mansión donde se refugiaba.
Una fuente cercana a la operación dijo que recibió un tiro en la cabeza. Un alto cargo estadounidense en Washington señaló que el líder de Al Qaeda murió en un tiroteo tras resistirse a las fuerzas de asalto.
Su cadáver fue sepultado en el mar desde la cubierta de un portaaviones estadounidense en el mar Arábigo tras recibir el lavado ritual islámico y un funeral religioso, según un responsable de defensa. La decisión se adoptó porque ningún país estaba dispuesto a aceptar que fuera enterrado en su territorio.
— Reuters Insider TV: http://r.reuters.com/qun39r
— Mapa localización Abotabad: http://r.reuters.com/sen39r
— Gráfico de Osama bin Laden: http://r.reuters.com/ten39r
PAKISTÁN SE ENTERA DESPUÉS DEL ATAQUE
Líderes mundiales elogiaron su muerte como un gran éxito en la guerra contra Al Qaeda, algo también reflejado en los mercados financieros. El dólar y las acciones subían, mientras que el petróleo y el oro caían, respondiendo a la visión de que la muerte de Bin Laden reduce los riesgos globales de seguridad.
Miles de estadounidenses ondeando banderas salieron a festejar la noticia frente a la Casa Blanca y en las calles de Nueva York tras el anuncio de Obama. Se trata de la mayor victoria en materia de seguridad para el presidente estadounidense desde que asumió el cargo a principios de 2009 y le pondrá difícil a los republicanos retratar a los demócratas como débiles en seguridad cuando aspire a su reelección para 2012.
En un marcado contraste, en las calles de Arabia Saudí, la tierra natal de Bin Laden que le quitó la ciudadanía después de los ataques del 11 de septiembre, había un clima de incredulidad y pesar entre muchas personas.
El grupo islámico palestino Hamás lamentó la muerte de Bin Laden como un “guerrero árabe sagrado”.
Pero muchos en el mundo árabe sintieron que su muerte llegaba con retraso. Para muchos árabes, inspirados en las revueltas populares en Egipto, Libia y otros países durante los últimos meses, las noticias sobre la muerte de bin Laden tenían menos significado que el que hubieran tenido en el pasado.
La operación podría complicar las tensas relaciones con Pakistán, un aliado clave de Estados Unidos en su lucha contra el extremismo y la guerra en Afganistán.
La relación ya se ha visto afectada por los ataques de Washington con aviones no tripulados en el oeste del país y el encarcelamiento durante seis semanas de un contratista de la CIA a principios de este año.
Un responsable estadounidense dijo que las autoridades paquistaníes fueron informadas de los detalles de la operación después de que se produjera.
La revelación de que Bin Laden vivía lujosamente en una mansión también incrementó la presión para que las autoridades paquistaníes expliquen cómo pudo estar delante de sus narices. Vecinos en Abotabad dijeron que cerca de la residencia había una academia de entrenamiento militar paquistaní.
“Durante un tiempo habrá mucha tensión entre Washington e Islamabad porque Bin Laden parece haber estado viviendo aquí cerca de la capital paquistaní”, dijo Imtiaz Gul, un analista de seguridad paquistaní.
Las pruebas de ADN realizadas al cadáver del líder de Al Qaeda, Osama bin Laden, muestran una correspondencia virtualmente del cien por cien con sus familiares, y una mujer que se cree es una de sus esposas también le identificó, dijo a la prensa el lunes un responsable de los servicios secretos estadounidenses.
Estados Unidos está revisando una gran cantidad de material incautado en las instalaciones donde Bin Laden murió en un tiroteo con un comando de Estados Unidos en una acomodada ciudad dormitorio próxima a la capital de Pakistán, Islamabad, agregó el responsable, que no quiso ser identificado.
Años de un obstinado trabajo de inteligencia de Estados Unidos condujeron a la operación del domingo en la que murió Osama Bin Laden, localizado por agencias de espionaje que siguieron la pista de un mensajero de confianza del líder de Al Qaida, dijeron fuentes oficiales. Seguir leyendo el arículo
El operativo del comando estadounidense en Pakistán tomó menos de 40 minutos y fue el resultado de un esfuerzo metódico, tras meses durante los cuales las agencias de inteligencia tuvieron en la mira a Bin Laden mientras planificaban la riesgosa maniobra dentro de Pakistán.
Los orígenes de la operación pueden ubicarse cuatro años atrás, cuando responsables de inteligencia lograron finalmente un anhelado éxito: identificar al mensajero personal de Bin Laden, según señaló un funcionario estadounidense a periodistas.
Sospechosos de terorrismo en interrogatorios “identificaron a este hombre como uno de los pocos mensajeros de Al Qaida que tenían la confianza de Bin Laden”, dijo el funcionario, que habló bajo condición de anonimato.
“Ellos dijeron que podría estar viviendo bajo la protección de Bin Laden. Pero por años, nos fue imposible identificar su nombre verdadero o su ubicación”, indicó.
Hace dos años, los servicios de espionaje finalmente “identificaron áreas donde este mensajero y su hermano operaban”, afirmó.
Sin embargo, era difícil determinar su localización exacta debido a las medidas extremas seguridad que tenían. “El hecho de que fueran tan cuidadosos reforzaba nuestra creencia de que estábamos tras la pista correcta”, dijo.
“En agosto de 2010 encontramos su residencia”, señaló.
La casa, en el suburbio acomodado de Abbottabad a unos 50 km al norte de la capital paquistaní de Islamabad, inmediatamente se convirtió en una prioridad para los analistas de inteligencia.
“Cuando vimos el complejo habitacional donde los hermanos vivían, nos quedamos estupefactos”, dijo.
La edificación, con dos puertas de seguridad, era mucho más grande que otras en la zona, y aunque estaba valorada en un millón de dólares, no poseía servicio telefónico ni internet.
“Las medidas de seguridad del complejo eran extraordinarias. Tiene muros de entre tres y cinco metros que terminan en alambres de púas. Paredes internas dividen diferentes sectores del complejo para proveer más privacidad”, dijo el funcionario.
“Los analistas de inteligencias concluyeron que esta casa había sido construida especialmente para esconder a alguien de importancia”, señaló.
Washington pudo conocer que, además del mensajero y su hermano, en el lugar vivía una tercera familia, que parecía coincidir con el perfil de la familia de Bin Laden.
“Todo lo que veíamos, el complicado sistema de seguridad, los antecedentes de los hermanos y su comportamiento, y la ubicación y diseño del complejo, era perfectamente consistente con lo que nos imaginábamos sería el escondite de Bin Laden”.
Ya en febrero, los servicios de inteligencia estaban convencidos de que habían localizado al líder de Al Qaida, por lo que la Casa Blanca inició los preparativos para el asalto.
La operación fue planificada “por meses y el presidente era informado regularmente”, dijo otra fuente del gobierno estadounidense.
“Los muros, los sistemas de seguridad, la ubicación y la proximidad con Islamabad hacían que esta misión fuera especialmente peligrosa”, indicó la fuente.
Desde marzo, el presidente Barack Obama sostuvo reuniones periódicas con un puñado de asesores sobre las opciones. Pakistán no fue informado.
“No compartimos nuestra información de inteligencia sobre la guarida de Bin Laden con ningún país, incluido Pakistán. Solo por una razón: creíamos que era esencial para la seguridad de la operación y nuestro personal”, dijo un tercer funcionario estadounidense.
El viernes a las 08H20 hora de Washington (12H20 GMT) Obama dio luz verde a la operación, que tuvo lugar el domingo.
Helicópteros estadounidenses transportaron al lugar a un “pequeño equipo”, dijo otro funcionario.
Durante el tiroteo, murieron Bin Laden, el mensajero, su hermano, y un hijo adulto del líder de Al Qaida.
También falleció una mujer que habría sido usada como escudo humano.
El comando estadounidense, que no sufrió bajas, incluyó presumiblemente miembros de elite de las fuerzas especiales, aunque los funcionarios ofrecieron pocos detalles al respecto.
Durante el operativo, un helicóptero cayó a tierra por una “falla mecánica”, dijo uno de los funcionarios.
Miembros del equipo hicieron estallar el helicóptero y abordaron el otro aparato para abandonar la zona.
Osama bin Laden desafió el poder “infiel” de Estados Unidos y planeó el ataque integrista más mortífero de la historia, creando una red mundial de aliados para llevar adelante una “guerra santa” diseñada para sobrevivir la muerte de su líder.
El hombre que estuvo detrás de los secuestros de aviones de pasajeros el 11 de septiembre de 2001, y que Estados Unidos dijo haber matado el domingo, fue la némesis del ex presidente de la primera potencia mundial George W. Bush, quien había prometido encontrarlo “vivo o muerto” y cuyos dos mandatos estuvieron marcados por la llamada “guerra al terrorismo” contra la red Al Qaeda.
Bin Laden luego rechazó abiertamente la oferta de su sucesor, de Barack Obama, de un nuevo comienzo con el mundo musulmán en un discurso en 2009, calificándolo de “sembrar las semillas del odio y la venganza contra América”.
Se daba por descontado que vivía escondido en Pakistán, ya fuera en una cueva en las montañas o en una poblada ciudad, y que su control operativo de la organización había quedado limitado por el asedio de los ataques de aviones no tripulados estadounidenses, al tiempo que el desencanto crecía entre sus antiguos simpatizantes, alienados por los atentados suicidas en Irak entre 2004-2006.
Pero a pesar del aumento de la presión sobre su seguridad entre 2009 y 2010, el integrista de origen saudí pareció conseguir una estrategia de ataques de menor tamaño, más fáciles de orquestar y llevados a cabo por pequeñas células de simpatizantes y grupos afiliados a su red.
Al Qaeda rebrotó en Yemen, Irak y el norte de África y alentó o dirigió ataques desde Bali hasta Estados Unidos, donde un islamista nigeriano intentó derribar un avión de pasajeros sobre Detroit el 25 de diciembre de 2009.
Si bien continuaba siendo la figura emblemática de Al Qaeda, Bin Laden pasó de ser el líder de un grupo que organizaba y ejecutaba complejos atentados a un centro de propaganda que cultivaba grupos aliados que pudieran realizar los atentados en forma independiente.
Con su larga barba gris y una expresión melancólica grabada en el rostro, se convirtió en una de las personas más conocidas del planeta. Su cara demacrada estaba tanto en sus vídeos de propaganda como en la página web del Gobierno estadounidense, donde se ofrecía un botín de 25 millones de dólares por su captura.
Washington dijo que se hicieron con el cadáver de Bin Laden, poniendo punto final a una de las cacerías humanas más largas de la historia, que implicó a miles de soldados estadounidenses en Afganistán y decenas de miles de paquistaníes en las montañas de la frontera entre ambos países.
Odiado como terrorista y asesino o reivindicado como campeón de la lucha de los musulmanes en la opresión, Bin Laden cambió el curso de la historia.
GUERRA ASIMÉTRICA
Estados Unidos y sus aliados reescribieron sus doctrinas de seguridad, tratando de adaptarlas desde el estilo de confrontación entre estados durante la Guerra Fría a una batalla asimétrica global contra pequeñas células de integristas islámicos.
Las armas de Al Qaeda no eran tanques, submarinos y aviones de combate sino las herramientas cotidianas de la globalización con tecnología del siglo XXI, entre las que Internet desempeñó un papel central para la propaganda y el reclutamiento y entrenamiento de extremistas.
Pero ni siquiera Bin Laden anticipó el impacto final que causaría el uso de 19 secuestradores suicidas para convertir a aviones de pasajeros en misiles dirigidos hacia los edificios que simbolizaban el poder financiero y militar de Estados Unidos.
Cerca de 3.000 personas murieron cuando dos aviones fueron estrellados contra el World Trade Center de Nueva York, un tercero contra el Pentágono en Washington y un cuarto cayó en un área rural de Pensilvania.
“Aquí está América golpeada por Dios Todopoderoso en uno de sus órganos vitales”, dijo Bin Laden en un comunicado emitido un mes después de los atentados del 11-S, en el que urgió a los musulmanes a levantarse y unirse a una batalla global entre “fieles” e “infieles”.
En mensajes remitidos a través de vídeos y audio durante los siete años siguientes, el líder de Al Qaeda provocó a Washington y a sus aliados. Sus diatribas recorrían temas como la guerra en Irak hasta la política estadounidense, la crisis financiera y hasta el cambio climático.
Un paréntesis de casi tres años en la emisión de mensajes en vídeo revivió las especulaciones de que podría estar gravemente enfermo o hasta muerto. Pero volvió a aparecer en 2007 para decir a los estadounidenses que su país era vulnerable a pesar de su poderío militar.
FAMILIA MILLONARIA
Nacido en Arabia Saudita en 1957, fue uno de los cerca de 50 niños que tuvo Mohamed bin Laden, un millonario hombre de negocios que murió en un accidente aéreo cuando Osama aún era niño.
Su primer matrimonio, con una prima siria, fue cuando tenía 17 años, y hay noticias que indican que tendría al menos 23 hijos de cinco esposas. Miembro de una familia que hizo su fortuna en el “boom” de la construcción saudí financiada con ingresos petroleros, fue un chico tímido y un estudiante promedio que obtuvo un título de ingeniero civil.
Fue a Pakistán poco después de la invasión soviética de 1979 y recolectó fondos antes de dirigirse a la frontera afgana y crear campos de entrenamiento para extremistas. Según otras noticias, ayudó a formar Al Qaeda en los días finales de la ocupación soviética.
Un trabajo del escritor estadounidense Steve Coll, “The Bin Ladens”, sugiere que la muerte en 1988 de su extrovertido medio hermano Salem -nuevamente en un accidente aéreo- fue un factor clave para su radicalización.
Bin Laden condenó la presencia en Arabia Saudí de tropas estadounidenses enviadas a rechazar las fuerzas iraquíes de Kuwait tras la invasión de 1990, y siguió convencido de que el mundo musulmán era víctima del terrorismo internacional orquestado por Estados Unidos.
Llamó a una yihad contra la potencia global, que había gastado miles de millones de dólares en financiar la resistencia afgana en la que peleó.
En un mensaje de audio de 2006, Bin Laden se refirió a la cacería que realizaba Estados Unidos en su contra y dejó en claro su determinación de no ser capturado: “Juro que no moriré de ninguna forma más que como hombre libre”.
La euforia por la muerte del cerebro del 11-S, Osama bin Laden, se vio el lunes atemperada en Occidente por los temores de represalias, y líderes mundiales y expertos en seguridad instaron a renovar la vigilancia contra los atentados.
Numerosos estadounidenses celebraron en las calles la noticia y los mercados subieron con la esperanza de que la muerte de Bin Laden pudiera rebajar las amenazas que penden sobre gran parte del mundo desarrollado, pero incluso el presidente Barack Obama dijo que los ataques terroristas seguirán siendo una preocupación.
Interpol auguró un mayor riesgo y pidió vigilancia adicional en caso de que los seguidores de Bin Laden traten de vengar la muerte del hombre que se convirtió en la cara global del terror, incluso aunque ya no tenía un control táctico de las acciones de Al Qaeda.
El Gobierno español dijo que la muerte de Osama bin Laden suponía un paso decisivo en la lucha contra el terrorismo internacional, pero también señaló que podría provocar represalias por parte de yihadistas.
El presidente francés, Nicolas Sarkozy, elogió la operación como un golpe la lucha contra el terrorismo, pero tanto él como el ministro de Exteriores, Alain Juppé, advirtieron de que no significa la desaparición de Al Qaeda.
El primer ministro británico, David Cameron, también dijo que Occidente tendría que estar “particularmente vigilante” en las próximas semanas.
Mientras anunciaba la muerte de Bin Laden, Obama declaró: “No hay duda de que Al Qaeda seguirá intentando atentar contra nosotros. Debemos mantenernos y nos mantendremos vigilantes dentro y fuera del país”.
“El azote del terrorismo ha sufrido una histórica derrota, pero no es el fin de Al Qaeda”, declaró Sarkozy, después de que fuerzas estadounidenses irrumpieran en un lujoso recinto en Pakistán donde se escondía Bin Laden y le mataran, junto con otras cuatro personas.
Algunos expertos en seguridad temen que el décimo aniversario de los atentados del 11 de septiembre pueda incitar a seguidores de Al Qaeda.
“Mientras en Occidente podemos tener la satisfacción de que se ha hecho justicia a un terrorista, muchos siguen viendo a Osama bin Laden como un mártir. No nos equivoquemos: los yihadistas violentos reaccionarán a esto”, dijo Julian Lindley-French, del “think-tank” londinense Chatham House, a Reuters Insider televisión.
Roland Jacquard, responsable del Observatorio de Terrorismo Internacional en París, dijo que Estados Unidos sería un objetivo.
“La forma en que murió, a manos de un comando militar, demuestra que esto tendrá importantes consecuencias en el futuro. Será un llamamiento a la yihad, seguirá siendo un mártir muy real para el resto de la organización”, dijo Jacquard a la radio RTL.
Ya el lunes, extremistas islámicos sugirieron venganza.
“Oh Dios, por favor haz que estas noticias no sean verdad (…) Que Dios te maldiga, Obama,” dijo un mensaje en un foro en lengua árabe. “Oh estadounidenses (…) aún es legal que os cortemos el cuello”, agregó.
“Osama pudo ser asesinado pero su mensaje de yihad nunca morirá. Hermanos y hermanas, esperad y ved, su muerte será un bendición disfrazada”, escribió otra persona en otro foro islamista.
Algunos expertos temen que el golpe para Al Qaeda sea sólo psicológico.
ALERTA CONSTANTE
Estados Unidos y gran parte de Europa están en constante alerta por un atentado de Al Qaeda o una organización integrista asociada.
Francia lleva en alerta roja, el tercer nivel más elevado en una escala de cuatro, desde los atentados suicidas de Londres en 2005, y ha estado especialmente vigilante desde que Bin Laden criticó la actitud del país hacia los musulmanes el pasado octubre.
España dijo que mantendría el nivel 2 de alerta antiterrorista, de cuatro posibles, frente al riesgo de represalias.
Estados Unidos advirtió a sus ciudadanos en todo el mundo de una mayor posibilidad de violencia antiestadounidense, y les aconsejó que evitaran las grandes concentraciones y viajar, mientras que Australia emitió una advertencia similar. El ejército y la policía de Irak también se colocaron en alerta.
Japón dijo que establecería patrullas alrededor de sus bases militares ante posibles represalias, y en países con grandes poblaciones musulmanas, algunos colegios extranjeros, embajadas y otros objetivos potenciales aplicaron medidas de seguridad adicionales.
India, cuyas relaciones con su vecino Pakistán son tensas, expresó su preocupación por el hecho de que Bin Laden fuera encontrado en un lujoso recinto a sólo 60 kilómetros de la capital paquistaní, Islamabad, diciendo que esto sugería que los terroristas podrían encontrar ahí un santuario.