A través de este encuentro, los representantes al más alto nivel de Medio Ambiente de Francia, Alemania, Reino Unido, Italia, Canadá, EEUU, Japón y Rusia pretenden enviar al mundo un claro mensaje sobre el compromiso de liderazgo de los miembros del G8 en la lucha contra el cambio climático.
Aunque no se espera que los ministros lleguen a ningún acuerdo definitivo sobre medio ambiente, se prevé que allanen el camino a los dirigentes de los países del G8 que se reunirán en julio en la cumbre de Hokkaido (norte de Japón).
Se espera que el calentamiento global sea uno de los principales temas de la agenda de este encuentro internacional.
Durante la primera jornada de las reuniones, Japón y EEUU acordaron su colaboración para el establecimiento de un fondo multilateral de "Tecnologías Limpias" que extienda el uso de los avances tecnológicos más sostenibles.
Para la investigación y el desarrollo de las citadas tecnologías, que pueden jugar una baza fundamental en la lucha contra el cambio climático, Washington quiere contar con el apoyo financiero de Japón, según la agencia local de noticias Kyodo.
El ministro nipón de Medio Ambiente, Ichiro Kamoshita, se comprometió hoy a que Japón, como presidente anual del G8, propondrá la creación del citado fondo durante la cumbre de julio en Hokkaido.
Los ministros empezaron también hoy a discutir las posibles soluciones al cambio climático para la era post-Kioto, a partir de 2013.
Entre las propuestas a corto plazo de los distintos países del G8 destaca la de Japón, que establece la posibilidad de imponer recortes sectoriales de las emisiones de Dióxido de Carbono (CO2).
La propuesta nipona se basa el establecimiento de un límite de las emisiones de gases contaminantes industria por industria y área por área, lo que incluiría restricciones para las oficinas, los hogares e incluso los transportes, según Kyodo.
En cuanto a las soluciones a largo plazo, en la reunión se planteó la posibilidad de reducir a la mitad las emisiones de gases contaminantes para 2050, propuesta que cuenta con el apoyo de la Unión Europea (UE) y Japón.
Sin embargo EEUU, el único país industrializado que no firmó el protocolo de Kioto en 1997, se muestra reacio al establecimiento de cuotas de emisiones vinculantes a largo plazo que no incluyan a los países en proceso de desarrollo que más contaminan, como es el caso de la India o China.
En esta ocasión, los miembros del G8 han invitado a representantes de estas economías emergentes, y de otras como México y Brasil, para que la solución al cambio climático que sustituya al protocolo de Kioto sea una verdaderamente "global y efectiva".
Se trataría de un compromiso "común pero con diferentes responsabilidades", dijo Kamoshita en declaraciones a la prensa, según Kyodo.
Tras reunirse con representantes de Organizaciones No Gubernamentales (ONG) los ministros participaron en una primera sesión sobre la necesidad de preservar la biodiversidad.
Esta noche, los representantes de Medio Ambiente acudirán a una recepción oficial en Kobe y mañana se reunirán para discutir la necesidad de realizar un uso eficaz de los recursos y aumentar los esfuerzos en reciclaje.
Posteriormente continuarán discutiendo sobre las posibles soluciones al cambio climático, y el lunes, los líderes medioambientales ofrecerán una rueda de prensa conjunta para revelar las conclusiones de la cumbre.
La cita en Kobe es una de las reuniones ministeriales que se organizan como antesala a la cumbre internacional del G8, que tendrá lugar del 7 al 9 de julio en la región montañosa del lago Toya, en la isla de Hokkaido (norte de Japón).
El estudio "El costo del cambio climático que tendremos que pagar si continúa el imparable calentamiento global" es presentado por Onda Verde, la voz latina del Consejo para la Defensa de Recursos Naturales (NRDC por siglas inglés).
El informe valora económicamente el coste del calentamiento climático que significará más sequías, inundaciones, incendios y huracanes más intensos.
"Estos fenómenos ya nos cuestan miles de millones de dólares y con actividad climática más extrema van a venir costos abrumadores", indicó Adriana Quintero, directora de Onda Verde.
El turismo, la agricultura y otras industrias que dependen del clima serán las más lastimadas, pero nadie estará exento, afirman los economistas Frank Ackerman y Elizabeth A. Stanton, de la Universidad de Tufts.
Los autores explican que usaron para su estudio una versión modificada del modelo del Informe Stern (encomendado por el Gobierno británico y publicado en 2006) para ofrecer una imagen más precisa y general del coste del calentamiento global para la economía de EE.UU.
"Este nuevo modelo calcula que el costo real de todos los aspectos del calentamiento global, incluyendo las pérdidas económicas, los daños no económicos y el aumento en los riesgos de catástrofes, alcanzará el 3.6 por ciento del Producto de Interno Bruto (PIB) de EE.UU. para el 2100 si se permite que las emisiones continúen como están", dice el informe.
Calcula lo que este país pagará como resultado del impacto en cuatro áreas más afectadas: daños por huracanes, que alcanzará los 422.000 millones de dólares anuales y 760 muertes, y en pérdidas inmobiliarias 360.000 millones ya que el mar inundará las costas.
Los costes de energía alcanzarán los 141.000 millones de dólares y el del suministro del agua llegará a los 950.000 millones de dólares para llevarla a las partes más secas y con más necesidad.
El informe está disponible en www.nrdc.org (en inglés); el resumen ejecutivo y otros materiales están disponibles en español en www.laondaverde.org.
"Nuestro estudio descubrió que, de continuar las tendencias actuales, estos cuatro impactos del calentamiento global por sí solos tendrán un precio de casi 1,9 billones al año, o el 1,8 por ciento del PIB de EE.UU. para el 2100", afirman los economistas.
El informe también presenta el cambio en temperatura que habría en las ciudades principales de EE.UU.: Nueva York se sentirá tan árido como Las Vegas hoy, San Francisco tendría un clima comparable a Nueva Orleans y Boston similar a Memphis.
El informe de la NRDC, la mayor organización ecológica sin ánimo de lucro en EE.UU., destaca que se debe actuar de inmediato y reducir las emisiones causantes del calentamiento global.
Recomienda que para ello se promulgue límites globales obligatorios para la contaminación causante del calentamiento global con el fin de estimular la inversión en todos los sectores y garantizar que se cumpla los objetivos de emisiones.
También propone superar los obstáculos para la inversión en eficacia energética para disminuir el coste del abastecimiento a partir de ahora y acelerar el desarrollo y despliegue de las nuevas tecnologías de energía limpia para disminuir los costes de abastecimiento a largo plazo.
El fenómeno alteraría un ecosistema "muy sensible" y pondría en riesgo la supervivencia de osos polares y focas y de algunas especies que dependen del zoo plancton marino que se reproduce bajo la capa helada.
Los mares del hemisferio norte sufren con mayor intensidad el impacto de la actividad humana que los del sur, y el Ártico es el más débil para enfrentarse al calentamiento global, ha expresado el científico norteamericano.
Heineman desarrolla su actividad en el Observatorio de los Océanos de Washington D.F. y ha elaborado el primer mapa mundial de los impactos humanos sobre los ecosistemas marinos, que reconoce seis valores distintos de deterioro en diversas zonas del planeta.
El estudio ha contemplado 17 variables distintas de la actividad humana sobre los mares y ha corroborado que mas del 40 por ciento de los océanos están afectados en algún grado, ubicándose en el norte los "mas delicados".
El Mar del Norte, la costa de Noruega, el caribe, el Golfo Pérsico, y los de Japón y China son los que acusan con mayor intensidad los efectos de la actividad del hombre, y la sobrepesca es la principal causa.
El menor impacto lo registran los casquillos polares, aunque el del norte tiene menor superficie que la zona antártica, y la mayor parte de todos los mares del mundo tienen un impacto medio.
Heineman ha atribuido la "mejor salud" del océano antártico al hecho de que es una zona escasamente explotada por actividades productivas como la pesca o la extracción de hidrocarburos y por estar protegida por convenios internacionales.
El mapa es una "herramienta muy útil" para la comunidad científica y los gobiernos de los países con costa porque da una señal de alarma y establece los sitios donde hay que aplicar medidas correctoras urgentes, según ha afirmado el director del Centro Oceanografico de Gijón, Luis Valdés.
Heineman ha presentado hoy su trabajo de investigación en la última jornada del Simposio sobre los Efectos del Cambio Climatico en los Oceanos que se celebra en Gijón desde el pasado lunes con la asistencia de 450 científicos procedentes de sesenta países.
La catedrática de la Universidad de Oregon (EE.UU.) Jane Lubchenko ha advertido sobre la necesidad perentoria de reducir las emisiones contaminantes y tomar medidas que contribuyan a frenar la espiral de calentamiento en la que ha entrado el planeta.
Lubchenko ha considerado imprescindible y urgente la firma de un tratado internacional "mucho más duro" que el de Kiotto respecto a la reducción de emisiones de efecto invernadero y la reducción del consumo energético.
La humanidad se enfrenta a la "encrucijada" de adaptarse, modificar sus costumbres y tratar de minimizar los efectos que ha provocado con medidas "drásticas" o resignarse a "lo que pueda pasar".
Lubchenko ha propuesto la creación de áreas oceánicas protegidas totalmente, en las que no sea posible la actividad humana, como espacios de recuperación de la biodiversidad.
Según ha manifestado, se ha comprobado que las áreas protegidas regeneran con cierta rapidez y además mejoran las zonas circundantes.