La sala del Pintor Pedro Antonio Martínez, en el Espacio Escénico de Pulpí, ya cuenta con la última adquisición del ilustre pintor pulpileño, “Majas con mantilla”, obra de arte que data del año 1929, y que recientemente ha conseguido el Ayuntamiento de Pulpí para seguir ampliando el patrimonio histórico, cultural y artístico de nuestro centro cultural pulpileño por excelencia.
El alcalde de Pulpí, Juan Pedro García, y el edil de Cultura del Ayuntamiento, Juan Bautista López, han sido los encargados de depositar la obra de arte en la sala del destacado pintor pulpileño, y que se suma a las otras nueve obras que actualmente están expuestas en la sala del Espacio Escénico de Pulpí, próximamente reajustada para añadir esta última obra.
“Majas con mantilla”, del 1929 y que se convierte en el cuadro más grande de la sala, con unas medidas de 93 x 125 cm, procede de la Casa de Subastas “Durán Arte y Subastas” en Madrid. Es un lienzo, pintado al óleo, que siguiendo con su línea de mujeres con mantilla, muestra la imagen de cinco majas con esta sofisticada indumentaria, en lo que parece una fiesta de la época.
Recordamos que las salas de exposiciones del Espacio Escénico de Pulpí, están abiertas al público de martes a domingo, con horario de 10h a 14h y de 16h a 19h.
¡Desde el Ayuntamiento de Pulpí os invitamos a que vengáis a visitar y disfrutar de esta nueva obra de arte, y de la gran exposición del Pintor Pedro Antonio Martínez en el Espacio Escénico de Pulpí, patrimonio cultural de todos!
Pedro Antonio Martínez:
Pedro Antonio Martínez Expósito nació en el término municipal de Pulpí, en la barriada del Convoy, el 29 de noviembre de 1886. Hijo de una familia humilde, su padre, Antonio Martínez Quesada, era trabajador jornalero, su madre María Expósito, natural de Cuevas del Almanzora.
Su formación pictórica comenzó pasados los primeros 20 años de su vida. Hasta ese momento se había dedicado a las tareas del campo, sin ninguna enseñanza académica. Fue un hombre modesto y callado, persona muy sencilla y respetuosa, según cuentan los mayores.
Gracias a otro paisano, Emilio Zurano, el cual había vivido una historia similar con anterioridad, Pedro Antonio Martínez cambió de paisaje y situación, en definitiva, de vida. La pintura fue la vocación de Pedro Antonio y logró desarrollarla plenamente. En 1909 comenzó su aprendizaje en Madrid en el estudio de Eduardo Chicharro, que en aquel momento gozaba de un merecido prestigio. Dos años después pasó al estudio del pintor granadino José María López Mezquita.
Pasada la época de formación, comenzó a cosechar éxitos profesionales obteniendo, entre otros, la Segunda Medalla a las Bellas Artes en Madrid por la obra “Dos artistas” 1924. Antes de la Guerra Civil viajó a Sudamérica y allí se perdió su pista. Los pocos datos de que disponemos hacen suponer que vivió el resto de su vida en Brasil y que allí murió.
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