Hace unos años, la arqueología recuperó para nosotros una página perdida
de nuestra historia: una muralla y torreón tardorromanos a los pies de la
Alcazaba, que constituyen uno de los pocos testimonios del pasado
preislámico de Almería. Sin embargo, el Ayuntamiento está procediendo a
su limpieza, para “amortajar” y enterrar después estos restos. La cuenta
atrás ha comenzado.
Esos restos arqueológicos, aunque poco monumentales, son una página
muy importante para entender el libro de la historia de Almería, pues nos
hablan, nos cuestionan acerca de cómo era nuestra ciudad antes de la
fundación de Abd al Rahmán III en 955, incluso antes de que fuera Al
Mariyyat Bayyana, un barrio marinero de Pechina. Con el enterramiento no
habrá más excavación, más investigación. No habrá más preguntas ni
tampoco más respuestas.
¿Y por qué se entierra esta página de la historia de Almería en un lugar tan
emblemático y recorrido por muchos miles y miles de visitantes cada año?
El Ayuntamiento justifica su decisión escudándose en Cultura, pero la
única exigencia de Cultura era que los restos se conservasen, puesto que al
tratarse de una muralla su preservación es obligatoria, ya que se trata de un
Bien de Interés Cultural. El Ayuntamiento tenía, pues, dos posibilidades
para conservar los restos: ponerlos en valor o bien enterrarlos.
Ponerlos en valor significaría conservarlos, protegerlos, hacerlo
comprensible a los almerienses y visitantes, mostrar con orgullo nuestro
pasado, ¡apostar por nuestro patrimonio! Pero se ha optado por la
“tradición”: enterrarlos y poner unas flores encima.
“Apostar por el patrimonio es hacerlo por Almería”, dijo el alcalde hace
menos de un mes en su Facebook, cuando anunciaba el inicio de “las obras
de consolidación de la Muralla, Torreón y restos Tardo-Romanos en el
entorno del Mesón Gitano”. Pero no mencionó que esas obras no se
realizaban para ponerlos en valor sino para enterrarlos.
“Apostar por el patrimonio” es lo que han hecho de forma clara nuestras
ciudades vecinas, Málaga y Cartagena, que han experimentado un auge
espectacular debido en muy buena parte a esa apuesta patrimonial.
Desgraciadamente en Almería no hemos llegado ni de lejos a esa alta
consideración del Patrimonio, cuyas competencias están diluidas en
Urbanismo, que cuenta con muchos arquitectos para estudiar las licencias
de obras pero ni ningún arqueólogo, historiador, historiador del Arte…. Son
claros indicios de que el Patrimonio sigue sin ser una prioridad en el
presente y el futuro de nuestra ciudad.
Cuenta atrás para enterrar la muralla tardorromana
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