Nos pasamos hasta un tercio de nuestra vida durmiendo. Nuestro cuerpo necesita dormir para recuperarse y descansar. Cuando se entra en el país de los sueños nuestro cerebro se prepara para el día siguiente. Si tienes problemas de insomnio, la falta de sueño puede acabar teniendo graves consecuencias. En este artículo te contamos más información sobre este tema. Por cierto ¿has probado las gominolas para dormir naturales?
¿Qué ocurre cuando dormimos?
Físicamente, hay grandes cambios en tu cuerpo cuando duermes. La temperatura del cuerpo desciende y también lo hace el gasto energético. Durante el sueño se producen y se liberan hormonas diferentes a las que se producen cuando estamos despiertos. Estas hormonas nos ayudan a reconstruir nuestro cerebro y nuestro cuerpo.
El insomnio
Los problemas de sueño pueden ser molestos. Es posible que te cueste conciliar el sueño, mantenerse dormido o que no te sientas descansado después de dormir. La gran mayoría de las personas experimentan problemas de insomnio en algún momento de su vida. En la mayoría de las personas, estos problemas se pasan por sí solos. Para otros, pueden persistir durante un largo periodo, quizás de forma crónica.
¿Cómo afrontar el insomnio?
Hay muchos consejos para mejorar el sueño. Si tienes problemas menos graves, puedes probar alguno de estos trucos:
El dormitorio está reservado para el sueño
No pases tiempo innecesario en el dormitorio, evita quedarte en la cama excepto para tus actividades principales. De este modo, le das a tu cerebro señales sobre lo que puede esperar cuando entres en el dormitorio. Es un hábito y puedes prevenir el insomnio creando un patrón saludable en torno a la hora de acostarte.
Las rutinas de sueño proporcionan previsibilidad
Contrarresta el insomnio con buenas rutinas de sueño. Acuéstate y levántate a la misma hora todos los días, incluso los fines de semana. Si mantienes estos hábitos incluso cuando no trabajas, sentarás una buena base predecible que te facilitará mantener el insomnio a raya. Puede ser tentador quedarse en la cama una o dos horas por la mañana o quedarse despierto hasta altas horas de la noche. De vez en cuando está bien, pero no te acostumbres a cambiar el ritmo de tu día entre los días de la semana y los fines de semana. Acostúmbrate a los tiempos fijos y tu cuerpo se basará en que esa es la norma a seguir.
Tómate tu tiempo para cansarte
Estar en la cama dando vueltas no sirve de nada. Asegúrate de estar cansado, o al menos receptivo al sueño cuando te acuestes. Deja de lado las preocupaciones y el estrés. Si hay algo que te preocupa puede que te convenga anotar algunas palabras en un papel y decirte a ti mismo que es algo que debes abordar al día siguiente. Del mismo modo, apagar cualquier cosa digital que pueda interferir puede ser muy útil. Deja el teléfono cuando te vayas a dormir. Siéntate con una taza de té de manzanilla y disfruta de sus efectos calmantes mientras sientes que el estrés del día se desvanece.