Ciudadanos ha frustrado el cambio, que no es otra cosa que lo que pidió para que le votaran en los pueblos y ciudades de nuestra todavía querida España, adquiriendo especial relevancia en los pueblos y ciudades donde concurrió en la provincia de Almería por tratarse de municipios gobernados pos los prebostes del PP.
Por haber observado atentamente, en una doble faceta, todos los comicios electorales celebrados en democracia, desde el Referéndum para Reforma Democrática en 1.976 hasta los del 24-M-2015, me he conformado la idea de pensar siempre que la realidad es lo contrario de lo que afirma el gobernante y atribuirle una pequeña dosis de certidumbre a lo que se afirma desde la oposición, y si a ello se le suman como indicadores fidedignos las Policías Locales y la Guardia Civil puedo asegurar sin mucho error que me conformo un estado de coas sin mucho margen para el error. Obviamente, “toda generalidad tiene su excepción”, pero invito al amable lector, que distrae su tiempo en este espacio periodístico, que observe el comportamiento de la Policía Local en un determinado municipio, porque a través de él podrá conocer el estado de salud del Equipo de Gobierno; y del mismo modo le invito a que se fije en detalles de la Guardia Civil como es en tráfico, y del mismo modo se conformará una idea bastante fiel del Gobierno Central.
Tras este inciso señalaré que la aparición de Ciudadanos la vi como una refundación del Partido Popular a la que tanto parece resistirse y que es demandada por sus bases, llegando a pensar en los segundos comicios electorales, los andaluces, como la alternativa real al PP. Llegué a pensar en Albert Rivera como líder de la Derecha moderna que sustituyera a la actualmente anquilosada y ultramontana, pero rápidamente comencé a replantearme esta opinión cuando aseguró que no deberían votar más que los nacidos en este régimen político, metedura de pata que ha llegado hasta el ciénago tras el 24-M.
El compromiso siempre es más valorado en un personaje político que la ambigüedad por calculada que sea, por lo que la implicación de Ciudadanos en los Gobiernos es digna de admirar, por principio, pero se cuestiona cuando es perversa, y así ha sido en la conformación de Gobiernos Locales. No implicarse en los Gobiernos que no presida es una postura harto demagógica que se le vuelve en contra al ofrecer su apoyo explícito a los Gobiernos que gracias a ellos se han conformado.
No solo no es entendible este sí pero no sino que se convierte en un insulto a la inteligencia de la ciudadanía, porque es insostenible que se niegue el apoyo a quien ha resultado elegido gracias a él, y además con la añadidura de que los más importantes poseen el mismo signo político y en los que se da la circunstancia personal de estar atravesando una etapa difícil.
A través de estos tres pilares nos conduce a la fundada impresión de que Ciudadanos es un instrumento electoral del PP por éste creado para que no se vayan los votos al PSOE, no en vano sus candidatos son personajes políticos muy conocidos por sus ideas políticas y generalmente d Derechas, habiéndose prestado a ser apéndices del PP personas políticos en circunstancias personales adversas que los convierten en infinitamente vulnerables y sumamente controlables.
Así, en pro del cambio proclamado y ofrecido para conseguir el voto, Ciudadanos ha optado en Andalucía por mantener en la Junta de Andalucía a una opción política nueva que lleva más de tres décadas en el Gobierno, y como contrapeso en la Comunidad de Madrid ha optado por cambiar a otra opción política con una década menos, con lo que el cambio parece una tomadura de pelo. Sigue este comportamiento de Ciudadanos en la provincia de Almería, donde se ha presentado en los municipios donde los Gobiernos del PP se encontraban en dificultades, y en un alarde de sinceridad que parece haber traicionado el subconsciente del reelegido Alcalde de Almería, Luis Rogelio Rodríguez-Comendador, Ciudadanos se ha comportado “en coherencia”.
No he podido disimular la sonrisa que me han provocado algunos titulares, porque el viernes por la noche se me decía que el sábado discurriría con “normalidad” política, a lo que respondí que hasta que el voto no se emitiera no se conocería el resultado. Cuando desde La Alhambra contacté con un amigo y me preguntó si conocía lo acaecido en Almería se me retrotrajo la memoria a 1.991 cuando el PSOE firmó, ante fotógrafos y periodistas, un acuerdo con el CDS y en el pleno de investidura resultó elegido Alcalde el candidato con menos concejales obtenidos.
Con dos concejales resultó elegido Alcalde de Roquetas de Mar Julio Ortiz con los cinco votos del PP y los cuatro de AIDA, y nadie cuestionó al Alcalde aunque sí la traición que ello suponía. Exactamente igual que lo ocurrido en la capital aunque Cazorla no haya sido elegido Alcalde aunque en la práctica lo será porque de sus votos dependerá el mantenimiento de la Alcaldía pero no el funcionamiento del Ayuntamiento, porque si no es liberado existen mil argucias para evitar la emisión del voto negativo y durante la primera mitad de la Legislatura Municipal escasas serán las obras que se lleven a cabo. Y exactamente igual ocurrirá en Roquetas de Mar.
Desde mi punto de vista, la Oposición podría disminuir el peso social de Ciudadanos si hace un seguimiento de las vinculaciones privadas con las Administraciones Locales, lo cual es un arma política de doble filo. Pero sí podría alimentar la fundada impresión de que Ciudadanos ha traicionado el cambio prometido a su electorado, al que puede inducirle con facilidad a que opte por el original en vez de por la copia. Esta frustración que ha provocado Ciudadanos en su alineamiento con el PP es la que me induce a pensar en que es un instrumento de esta fuerza política para evitar su trasvase de votos al PSOE ante el fuerte desgaste del Gobierno Rajoy durante su mandato, al que también accedió con la promesa del milagro económico y tres millones de puestos de trabajo, cuando estamos acabando con la sospecha de que tras las Elecciones Generales de otoño están cuestionadas hasta las pensiones.