Las 230 personas que se quedaron sin casa el pasado 13 de febrero, reciben ayuda por parte de las ONG y otras entidades que actúan en la zona, sin embargo, las administraciones no han reaccionado aún ante este asunto.
Ha pasado más de una semana desde el incendio del asentamiento de trabajadores y trabajadoras de Atochares. Los días han sido largos y la intensidad y la desolación sigue en el ambiente. Han sido muchas las organizaciones, tanto del tercer sector comode la Iglesia,lasimplicadas en ayudar con recursos propios y donaciones de la ciudadanía a estas personas para empezar a levantar sus ánimosy reconstruir, por lo menos en parte, lo que les arrebató el fuego. Son éstas las que continúan acompañando y escuchando las preocupaciones de los que perdieron todo el pasado sábado.
A nivel material han proporcionado ropa de abrigo, zapatos, comida… Ahora se espera una donación de bicicletas para que puedan desplazarse a sus lugares de trabajo, y colchones para tener donde dormir. Este es el resultado del trabajo de preguntar, escuchar activamente y entender cuáles son las necesidades urgentes para despertar la solidaridad que el grito delas personas afectadasdemanda. Un trabajo que, desafortunadamente,ha sido descuidado por parte de las administraciones locales, autonómicas y estatales puesto que las 230 personas que perdieron su casa y pertenencias aquella noche, siguen sin ser realojadas. Ahora todo vuelve a construirse, gracias a la predisposición y a la voluntad de los asistentes y los mismos afectados por la desventura, pero el problema persistirá, por mucho que vuelvan a levantar sus hogares. Los habitantes de Atochares y de otros tantos asentamientos, siguen relegados a vivir en las periferias, en poblados de infraviviendas y hacinados con las consecuencias que este aislamiento conlleva, sumado a la tensión que aflora en situaciones extremas como la que están viviendo. Hay impotencia, angustia y hostilidad por cuestiones tan básicas como disponer de agua.
Las instituciones de Iglesia, seguimos insistiendo en la necesidad de que administraciones, ONGs y el tejido empresarial del sector agrícola almeriense, realicemos un trabajo conjunto con un objetivo común, que respalde una propuesta eficaz para responder ante la situación de los trabajadores y trabajadoras del campo, que tan importantes son para nosotros. Los agentes que intervenimos en este ámbito somos un puente entre las personas damnificadas, la administración y la sociedad, pero requerimos de las herramientas y los recursos que tienen nuestros representantes políticos para la erradicación de los asentamientos. Por eso exigimos que en su agenda política se contemple resolver la problemática de la vivienda digna para estas personas que habitan en nuestros pueblos y ciudades.
Firman este comunicado:
-Proyecto Encuentro, Adoratrices y Oblatas
-Misión Almería de la Compañía de Jesús
-Hermanas Mercedarias de la Caridad
-HOAC (Hermandad Obrera de Acción Católica)
-CONFER Almería
-Secretariado Diocesano para lasMigraciones de Almería
-Cáritas Almería