Lo deseable sería disponer de una red de varios espacios habilitados, repartidos por el litoral del término municipal. Algunas de esas ubicaciones podrían ser La Fabriquilla, Cabo de Gata, Retamar, Costa Cabana,
desembocadura del Andarax o el palmeral frente al puerto pesquero. Este tipo de instalaciones gestionadas por ayuntamientos son habituales en otros países, como Francia o Alemania, y en muchos municipios españoles. En un país como el nuestro, donde el turismo es una fuente importante de
ingresos, favorecer la llegada de visitantes es una prioridad incuestionable. En nuestra ciudad, con una ubicación y climatología excepcionales, fomentar estas instalaciones es una iniciativa inteligente, que ayuda a superar la estacionalidad turística y supone un incremento de ingresos indirectos en los
consumos y gastos que realizan los usuarios de esta modalidad turística, claramente en auge en estos tiempos.
Lo que no se ha realizado desde 2016 ya no tiene remedio. Ahora, lo importante es mirar al futuro, que los concejales populares se pongan a trabajar en habilitar una red de aparcamientos para autocaravanas, regulando su ubicación, su uso y posibilitando el acceso de un turismo creciente que redundará en grandes beneficios, entre otros económicos, para toda la sociedad.
Autocaravanas
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