Almería ha recordado con un acto institucional la toma de Almería por los Reyes Católicos, con escasa participación civil y ausencia de fiesta oficial. Almería conmemoraba el 524 aniversario de la reconquista de la ciudad por los Reyes Católicos con absoluta normalidad, como viene siendo habitual en los últimos años, en una jornada soleada pero laboral y no festiva.
El alcalde Rodríguez Comendador siguió la tradición y ondeó tres veces el Pendón desde el balcón pronunciando la frase ritual a la que se añadió hace unos años la coletilla ‘… por la integración de todos los pueblos’ para intentar eludir las protestas de quienes se sentían ofendidos al recordarse institucionalmente la Reconquista, tras lo que acabó gritando ¡viva Almería, España, Andalucía y el Rey!. Algún rumor de desavenencia se levantó al grito de ¡Viva Andalucía!, que no fue seguido por la mayoría de los asistentes, quienes sin embargó sí corearon las otras consignas con más ímpetu. Y es que siguen siendo no pocos los almerienses partidarios de aliarse administrativa y económicamente con Murcia para mirar al Levante más que a Sevilla.
Un acto en el que Almería conmemoraba el 524 aniversario de la reconquista de la ciudad por los Reyes Católicos y que ha discurrido con absoluta normalidad, como viene siendo habitual en los últimos años, a diferencia de pasadas pero recientes corporaciones en las que incluso apareció el enfrentamiento en las calles por las protestas de grupos contrarios a la conmemoración o de asociaciones molestas por la vejación que suponía para el colectivo musulmán de la ciudad la presencia militar y eclesiástica en los actos.
Izquierda Unida no asiste por convicción, siendo el único grupo con representación municipal que no lo hace. El Partido Andalucista, ahora sin concejales, también protesta. El andalucista Juan Martínez defiende en su artículo ‘Milenarismo y pendones’ que “los almerienses que construyeron nuestra Alcazaba, los que pusieron nombre a la inmensa mayoría de nuestros pueblos, de nuestras montañas y ríos, aquellos almerienses que se agarraron a su tierra cuando los quisieron expulsar tras ganarle una guerra, merecen un respeto. Los reyes andalusíes de Almería reconocían vasallaje a los reyes castellano-aragoneses a cambio de conservar la vida, haciendas, cultura, lengua y religión de la población almeriense, pero eso no fue así. Aquél 26 de Diciembre, ‘una verde bandera/ que se ha hecho de la aurora blanca un cinturón’ ondeaba en Almería, y no fue hasta cinco siglos después cuando volvió a hacerlo. Sinceramente, no vemos que haya nada que celebrar. Recordarlo sí, como se recuerda el 18 de julio de 1936 o el 23F… que también fueron momentos históricos”, escribe.
El PSOE, según el portavoz del grupo mayoritario en la oposición, asiste “al tratarse de un acto institucional. Además hay que recordar que nosotros incluimos la fase ‘por la integración’ en el ritual, gracias a lo cual acabaron los tradicionales incidentes de todos los años”, remarca su portavoz municipal Joaquín Jiménez.
Manuel de la Fuente formó parte del equipo de gobierno con el alcalde socialista Fernando Martínez, y recordaba la paz de estos actos en comparación con los que vivieron cuando gobernaban. “Salíamos siempre con la incertidumbre de qué iba a pasar, porque aparecían grupos con pancartas, pintadas… El conflicto se ha perdido en el tiempo. Al dejar de ser un día festivo ya es una celebración que ha ido perdiendo relevancia. Es un acto religioso eterno, por el tiempo que dura, y ahora el número de personas que viene a celebrarlo es muy reducido. En nuestra época las calles estaban llenas de gente para ver la procesión. Creo que hay darle la relevancia que tuvo como acto histórico y cultural, porque ahora se ha vuelto a la lectura más rancia y excluyente de la historia y pienso que habría que revisarla”, defiende el histórico socialista hoy en día en la vida universitaria.
El Día del Pendón tuvo como portador del pendón al concejal de Salud y Consumo, Carlos Sánchez, (PP), por ser el miembro más joven del equipo de gobierno municipal. Los actos comenzaban a las ocho de la mañana con la colocación del Pendón en el balcón principal del Palacio de los Marqueses de Cabra, momento en el que se disparaban 21 salvas de ordenanza. Posteriormente el alcalde pedía por tres veces el juramento del más joven concejal para que devolviera íntegro, tal y como lo recibía, el Pendón, tras su viaje a la Catedral. A sones del himno nacional descendía del balcón la real insignia para comenzar la procesión, seguida por un puñado de personas. La Legión escoltaba el estandarte junto a la guardia local de gala. Representación institucional, con el Obispo, el Subdelegado del Gobierno, la plana mayor del PP almeriense e incluso Javier Arenas en torno a los escasos metros que separan la Catedral del Ayuntamiento. En el resto de la ciudad el día, laborable y soleado, transcurría ajeno y con la normalidad de un día cotidiano.