El Fiscal Especial Patrick Fitzgerald entregó el pasado viernes veintidós acusaciones judiciales sumarias al Fiscal General Alberto González, acusando a presidente George W. Bush, al vicepresidente Richard Cheney y a otros de espionaje, de obstrucción de la justicia, de perjurio y de una variedad de otros cargos en el asunto del caso de filtración de la identidad de Valerie Plame, agente de la CIA.
Según las fuentes de inteligencia que hablaron con los confidentes federales Thomas Heneghan y Stewart Webb, Bush ordenó entonces a González que despidiera a Fitzgerald y que tuviera las acusaciones anuladas y selladas. Pero González se negó a anular las acusaciones que se han entregado por el Gran Jurado y se han ordenado servir por un Juez, sometiendo al propio Fiscal General a cargos adicionales de obstrucción a la Justicia, dijeron las fuentes.
Las acusaciones confirman nuestro informe titulado “Procesado Bush y Cheney” del 2 de agosto de 2005.
González fue abogado del personal anterior de la Casa Blanca antes de recibir un nombramiento presidencial como Fiscal General de EE.UU.
El movimiento es evocador de la “masacre en la noche del sábado” cuando el Presidente Nixon despidió al fiscal acusador del caso Watergate, Archibald Cox, en un intento de salvar su Presidencia y de obstruir a la Justicia.
Fuentes de inteligencia agregaron que Bush intentó retrasar la publicidad sobre su intento de despedir a Fitzgerald y de anular las acusaciones esta tarde ordenando una distracción con respecto a un intento de la Policía de la Colina del Capitolio de desbaratar un paquete sospechoso en un coche cercano al Capitolio de EE.UU.
El movimiento para distraer la atención de las acusaciones ocurrió no mucho después del recibo del proceso por González, según fuentes de inteligencia que conocen los acontecimientos.
Mientras que González recibió el servicio de las acusaciones, Bush estaba en California el viernes por la mañana y programado para hablar de la dedicación del nuevo pabellón del “Air Force One” en la Biblioteca Presidencial de Ronald Reagan en California.
Se puede asumir que las órdenes del Bush para que González rechace el recibo del proceso y despida al Fiscal querellante en el caso de filtración de la CIA se discutió por teléfono puesto que Bush debía hablar en la Biblioteca de Reagan apenas unas horas después de que se sirvieran las acusaciones.
Bush debería haber terminado su discurso a las dos y media de la tarde aproximadamente, tiempo oriental de EE.UU., y es probable que ya hayan comenzado las sesiones estratégicas presidenciales con respecto a cómo impedir que se hagan públicas las acusaciones y su contenido criminal.
Está abierto a la conjetura si Bush podría ser detenido en California incluso antes de regresar a Washington, dada la naturaleza criminal de las acusaciones.
Un intento de anular las acusaciones y despedir a Fitzgerald también puede causar una crisis constitucional si Bush y González continúan obstruyendo la justicia y desafiando a la Ley y al proceso constitucional de EE.UU.
Fuentes de inteligencia dijeron a TomFlocco.com que los militares o los jefes de Policía de EE.UU. detendrán a Bush, González, Cheney y otros inmediatamente por sus actos criminales para mantener espionaje explosivo, obstrucción a la Justicia y acusaciones perjurio ocultos al pueblo estadounidense, todo lo cual afecta a la seguridad nacional de EE.UU.
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http://www.tomflocco.com/fs/CiaPlameCaseIndictments.htm
http://www.fourwinds10.com/news/05-government/C-fraud/03-bush/2005/05C3-10-23-05-bush-cheney-indicted-10-21-05.html