¿Cómo estará el nivel de la clase política española para que consigamos acordarnos de Franco cuarenta años después de muerto y habernos tenido en una urna durante un casi sempiterno medio siglo?.
Y con la clase política española me refiero a los cachorros de Franco que son los que están gobernando y a sus aliados que mantienen el status quo que unidos han conseguido la mayor desafección social hacia sus dirigentes políticos en la Historia Contemporánea. Desafección en la que ya no se guardan ni las mínimas normas de urbanidad ni las buenas formas que les deberían de acompañar, porque se ha impuesto el todo vale, desde las heridas más profundas a los sentimientos de las víctimas hasta el mayor insulto a la ciudadanía pasando por la aquiescencia social hacia quienes les esquilman; una barbarie que tiene asombrada a los civilizados europeos cuando se comenta la situación en nuestro país y que ha provocado que personajes frustrados profesionalmente que no tienen oficio ni beneficio y se dedican a la buena vida a costa de la masa social gobernada, pero lo peor no son los que hay sino los que aspiran ser como los que están, que para eso está la mal llamada renovación, que no es otra cosa que cambiar para que todo siga igual.
He comentado en alguna ocasión que una de las muchas paradojas, por incongruentes e inconsecuentes, que se vienen produciendo en nuestro solar patrio, en torno a los agricultores, los sufridos hombres de la tierra que vienen viviendo sus meses de septiembre negros, haces casi dos años afectando a los del Bajo Almanzora y Campo de Lorca como el 29-O de 1.973 y hace poco también en El Ejido. Y la comparativa de los efectos padecidos en 1.973 no tienen ni punto de comparación con la del 2.012, al haberse restaurado plenamente durante el Franquismo los daños en tanto que ahora tan solo han acudido a inmortalizar su presencia ante la desgracia sin haber aportado, ni se espera, un solo céntimo de ayuda a los afectados por las inundaciones mientras Sus Señorías –concejales, consejeros, parlamentarios autonómicos, diputados nacionales, ministros y demás componentes de la parafernalia política cobran suculentos sueldos, pagas extraordinarias y dietas- no se ven afectadas por la crisis económica.
Decía que el Campo de Lorca en tu totalidad viene padeciendo la desidia política desde que se produjera el terremoto del que aún no se ha restablecido así como los efectos de las inundaciones que arrasaron hectáreas de cultivos el año pasado, en el primer caso se ha pretendido paliar, en mi opinión por la trascendencia en la opinión pública, mientras los agricultores que vieron desaparecer sus cultivos no se han podido restablecer y tienen las esperanzas perdidas porque no han encontrado ayuda económica alguna que les ayude a superar la pérdida de sus subsistencia ni por parte del Gobierno Central ni por el Gobierno de la Región de Murcia, en este caso gobernados por el mismo Partido Político, el PP. Tan solo los afectados en sus viviendas han obtenido ayuda para sus enseres de primera necesidad pero no para la estructura de la vivienda.
Mientras en Murcia y Almería los sufridos hombres de la tierra que padecieron el año pasado los efectos de las inundaciones no han obtenido ayuda alguna por parte del Gobierno Central ni de la Junta de Andalucía, llama poderosamente la atención la perseverancia que el Partido Popular en defender a los agricultores de El Ejido que han padecido en las estructuras de sus invernaderos la granizada y acusar a la Junta de Andalucía de prácticamente ser la responsable del desastre natural en las explotaciones agrícolas, olvidándose descaradamente de los afectados hace un año en las dos provincias antes mencionadas.
Ante tal desidia política solo encuentro como explicación el que los agricultores de El Ejido sean la base electoral del Equipo de Gobierno del PP y que la Comunidad Autónoma esté gobernada por su adversario político natural, aunque a veces se confundan en muchas circunscripciones electorales. Me consta que militantes del PP en la Región de Murcia hayan observado atónitos la preocupación de sus dirigentes por los agricultores de El Ejido y el olvido al que les tienen sumidos en el Campo de Lorca. Aunque la capacidad de asombro ya vaya desapareciendo no deja de resultar dantesco observar como los dirigentes del PP en Almería se emplean a fondo en la defensa de los agricultores afectados por el granizo en El Ejido y sumen en el más vergonzoso, por indigno, olvido a los que las inundaciones les robaron sus plantaciones haces dos años. Dos años, exactamente, es lo que llevan esperando los agricultores del Campo de Lorca para restaurar sus cultivos aniquilados por las bravas y turbulentas aguas de la Rambla de Nogalte.