En los últimos días está apareciendo en los medios de
comunicación el importante logro que supone un chip implantado
bajo la piel para los enfermos crónicos, éste chip almacenará todo
el historial médico del sujeto en cuestión y de esa forma ante una
urgencia los datos estarán rápidamente a disposición de los
médicos.
Parece una buena noticia, pero… ¿estamos introduciéndonos de
lleno en el mundo del Gran Hermano?
lleno en el mundo del Gran Hermano?
“Cualquier día de estos , nos colocan un chip para saber dónde
estamos en cada momento”. Pues no, cualquier día de estos, no,
porque esa tecnología ya está aquí. Sin embargo, esos chips están
siendo utilizados para controlar los objetos que portamos encima.
Por ejemplo, los billetes. Así lo propuso en el año 2000 el Banco
Central Europeo, cuyo plan es incorporar chips junto a las bandas
metálicas de los billetes. “Así se registraría el momento y lugar en
que tienen lugar las transacciones, con lo cual se destruiría el
anonimato que suelen brindar los pagos en efectivo”, escribe Kim
Zetter, de Wired News.
estamos en cada momento”. Pues no, cualquier día de estos, no,
porque esa tecnología ya está aquí. Sin embargo, esos chips están
siendo utilizados para controlar los objetos que portamos encima.
Por ejemplo, los billetes. Así lo propuso en el año 2000 el Banco
Central Europeo, cuyo plan es incorporar chips junto a las bandas
metálicas de los billetes. “Así se registraría el momento y lugar en
que tienen lugar las transacciones, con lo cual se destruiría el
anonimato que suelen brindar los pagos en efectivo”, escribe Kim
Zetter, de Wired News.
Los chips para objetos y etiquetas son casi invisibles. Tienen el
tamaño de un grano de arena y envían una señal con información a
una base de datos. Estos espías invisibles forman parte de la
llamada tecnología RFID –Radio Frequency Identification-. En un
principio, se desarrolló con fines comerciales en Alemania, cuando
una cadena de supermercados los insertó en las tarjetas de los
clientes. De este modo, controlaban los gustos y prioridades de los
clientes. Posteriormente, algunas marcas muy conocidas
contrataron el sistema RFID para las etiquetas de sus prendas de
vestir. Es casi imposible averiguar cuál es la extensión de este
sistema, pero algunas asociaciones ya han puesto el grito en el
cielo: “Estamos diciendo a las empresas que no tolerarán que los
espíen a través de sus productos y servicios”, asegura Catherine
Alberch, directora de Caspian –“Consumidores Contra la Invasión
de la Privacidad”-.
tamaño de un grano de arena y envían una señal con información a
una base de datos. Estos espías invisibles forman parte de la
llamada tecnología RFID –Radio Frequency Identification-. En un
principio, se desarrolló con fines comerciales en Alemania, cuando
una cadena de supermercados los insertó en las tarjetas de los
clientes. De este modo, controlaban los gustos y prioridades de los
clientes. Posteriormente, algunas marcas muy conocidas
contrataron el sistema RFID para las etiquetas de sus prendas de
vestir. Es casi imposible averiguar cuál es la extensión de este
sistema, pero algunas asociaciones ya han puesto el grito en el
cielo: “Estamos diciendo a las empresas que no tolerarán que los
espíen a través de sus productos y servicios”, asegura Catherine
Alberch, directora de Caspian –“Consumidores Contra la Invasión
de la Privacidad”-.
Sólo es una cuestión de uso: será gozoso acudir al
supermercado, meter los productos en el carrito y salir sin pagar
por la caja. Y es que gracias a las etiquetas con chips y a las tarjetas
de los clientes, la señal de radio captará lo que llevamos dentro de
nuestro carro y cargará directamente el precio en nuestra tarjeta
de crédito. Sin embargo, las legislaciones no establecen aún el
“ámbito geográfico” de actuación del chip. Los establecimientos
que lo han ensayado, aseguran que el RFID deja de emitir en el
momento en que el cliente sale del establecimiento. “Pero puede
ocultársenos la existencia del chip y obtener información de la
frecuencia de nuestras visitas, nuestros hábitos y perfil”, se lee en
una información del servicio Error 500.
supermercado, meter los productos en el carrito y salir sin pagar
por la caja. Y es que gracias a las etiquetas con chips y a las tarjetas
de los clientes, la señal de radio captará lo que llevamos dentro de
nuestro carro y cargará directamente el precio en nuestra tarjeta
de crédito. Sin embargo, las legislaciones no establecen aún el
“ámbito geográfico” de actuación del chip. Los establecimientos
que lo han ensayado, aseguran que el RFID deja de emitir en el
momento en que el cliente sale del establecimiento. “Pero puede
ocultársenos la existencia del chip y obtener información de la
frecuencia de nuestras visitas, nuestros hábitos y perfil”, se lee en
una información del servicio Error 500.
Sin embargo, una segunda generación de “chips espías” va más
lejos. Éstos últimos –calificados como “activos”- rastrean cualquier
objeto en cualquier parte. Sobre su implantación poco se sabe,
pero ya se conoce que algunas grandes firmas comerciales han
comprado millones de unidades a la empresa Alien Technology,
gestionada en Estados Unidos. Se sabe, incluso, que algunas marcas
han experimentado con el uso de estos chips a espalda de
comerciantes, clientes y autoridades.
lejos. Éstos últimos –calificados como “activos”- rastrean cualquier
objeto en cualquier parte. Sobre su implantación poco se sabe,
pero ya se conoce que algunas grandes firmas comerciales han
comprado millones de unidades a la empresa Alien Technology,
gestionada en Estados Unidos. Se sabe, incluso, que algunas marcas
han experimentado con el uso de estos chips a espalda de
comerciantes, clientes y autoridades.
Muchos de los proyectos desarrollados en Estados Unidos
asociados a los “chips espías” han sido encargados al amparo de
DARPA, la agencia del Pentágono que promueve investigaciones
encaminadas a mejorar los sistemas de Defensa. Y es que a nadie
escapa las aplicaciones que para el mundo del espionaje tiene el
sistema. Diversas asociaciones norteamericanas han denunciado
cómo por ejemplo, pueden ser empleados en el calzado de una
persona. Servirían para seguir sus pasos allá dónde se moviera.
Además, al usuario le sería muy complicado detectar el chip;
pueden esconderse en la suela y sólo con rayos X podría
detectarse. La última innovación del sistema RFDI nos acerca de
pleno al mundo del “Gran Hermano”. De hecho, en las próximas
ediciones del programa televisivo que lleva por nombre el
concepto que utilizó George Orwell, los concursantes llevarán el
verychip, del tamaño de un grano de arroz que se introduce bajo la
piel del brazo mediante una jeringuilla –exactamente igual que el
que se aplica ya en los Estados Unidos a los enfermos crónicos-.
Esta innovación ya ha empezado a comercializarse en México, para
evitar secuestros y desapariciones. La empresa que los ha
desarrollado es Applied Digital y anunció en la presentación de su
proyecto en Florida (Estados Unidos) que este chip portará todo
tipo de información personal sobre el sujeto al que le ha sido
implantado. Y es ahí en donde radica el problema. Quien entre en
contacto con nuestro chip podrá saberlo todo sobre nosotros:
historial médico, antecedentes, hábitos, filiación política, etc. Por
el momento, existe una enorme laguna legal para reglar el
contenido de la información que portaríamos bajo el brazo y que,
en cualquier momento, puede ser ampliada o alterada por quien
acceda al ordenador que vigile a los portadores del verychip.
asociados a los “chips espías” han sido encargados al amparo de
DARPA, la agencia del Pentágono que promueve investigaciones
encaminadas a mejorar los sistemas de Defensa. Y es que a nadie
escapa las aplicaciones que para el mundo del espionaje tiene el
sistema. Diversas asociaciones norteamericanas han denunciado
cómo por ejemplo, pueden ser empleados en el calzado de una
persona. Servirían para seguir sus pasos allá dónde se moviera.
Además, al usuario le sería muy complicado detectar el chip;
pueden esconderse en la suela y sólo con rayos X podría
detectarse. La última innovación del sistema RFDI nos acerca de
pleno al mundo del “Gran Hermano”. De hecho, en las próximas
ediciones del programa televisivo que lleva por nombre el
concepto que utilizó George Orwell, los concursantes llevarán el
verychip, del tamaño de un grano de arroz que se introduce bajo la
piel del brazo mediante una jeringuilla –exactamente igual que el
que se aplica ya en los Estados Unidos a los enfermos crónicos-.
Esta innovación ya ha empezado a comercializarse en México, para
evitar secuestros y desapariciones. La empresa que los ha
desarrollado es Applied Digital y anunció en la presentación de su
proyecto en Florida (Estados Unidos) que este chip portará todo
tipo de información personal sobre el sujeto al que le ha sido
implantado. Y es ahí en donde radica el problema. Quien entre en
contacto con nuestro chip podrá saberlo todo sobre nosotros:
historial médico, antecedentes, hábitos, filiación política, etc. Por
el momento, existe una enorme laguna legal para reglar el
contenido de la información que portaríamos bajo el brazo y que,
en cualquier momento, puede ser ampliada o alterada por quien
acceda al ordenador que vigile a los portadores del verychip.
Diversas agencias norteamericanas ligadas al Pentágono están
patrocinando investigaciones para buscar aplicaciones o para
desarrollar nuevos métodos de implantación, incluso sin
conocimiento de quien lo porte. De momento, con dinero oficial, la
Universidad de Berkeley, en California, ya ha desarrollado un “chip
espía” para que esté unido a la punta del bolígrafo que porte un
sospechoso.
patrocinando investigaciones para buscar aplicaciones o para
desarrollar nuevos métodos de implantación, incluso sin
conocimiento de quien lo porte. De momento, con dinero oficial, la
Universidad de Berkeley, en California, ya ha desarrollado un “chip
espía” para que esté unido a la punta del bolígrafo que porte un
sospechoso.
¡Menos mal que yo escribo por ordenador! Pero… ¡y Echelon!
http://www.proyectopv.org/1-
verdad/1marcosconspiraciones.html
verdad/1marcosconspiraciones.html