El cortijo en el que se citaba el General Sotomayor con su concubina durante su estancia en Cuevas del Almanozra por extrañamiento del Rey Alfonso XIII a cuyo castigo lo condenó y en la provincia donde sus hijos adquirieron especial relevancia social, política y cultural.
El cortijo en cuestión es la vivienda existente en el campo, y a prudente distancia del casco urbano para alejar a los curiosos y curiosas, en donde se llevaba el General Sotomayor a su criada para disfrutar con ella de unas horas de pasión y desenfreno.