El 31 de enero de 1933 se clausuraba la Asamblea Regional Andaluza de Córdoba, tras haber comenzado el pasado 29 en el Círculo de la Amistad de Córdoba.
Enrique Iniesta, andalucista militante histórico y biógrafo oficial de D. Blas Infante Pérez, escribió lo siguiente:
“ En un momento difícil de la Asamblea, sin haberla pedido Blas Infante, Casas le cede la palabra, nuestro hombre sube al escenario del Salón y rompe el silencio en que había permanecido hasta ahora. Es saludado por la Asamblea con una gran ovación, registra el Secretario de la misma.
Las primeras palabras de don Blas, hoy, llegan poco, se reducen a cuatro o cinco alusiones a la Historia andaluza excesivamente llevadas al terreno sentimental. Infante cree haber entendido el mensaje ; Ricardo Corro, el socialista de Granada ha partido la Asamblea por la mitad. Casas, con su habilidad y paciencia, va salvando la reunión con un ritmo cansino y dificultado continuamente con las intervenciones extemporáneas de Corro. Infante muy desconfiado de salvar el Estatuto, se decide a un volantazo audaz e inesperado. Intentan conseguir una situación jurídica en que se aseguren algunos logros para Andalucía, con o sin Estatuto. Cuenta con el respaldo de un buen nùmero de representantes y es una propuesta que se coloca en un terreno que no exige ese mandato constituyente, el gran recurso de Ricardo Corro. El liante contradictor se ve descolocado y no sabe reaccionar, Infante le ha birlado la jugada cuando propone:
Constituir la Junta Regional con los siguientes objetivos.
- Recabardel Poder Central facultades para estructurar una ley municipal andaluza que conceda autonomía a los ayuntamientos, con derecho a federarse entre sí; y, por consiguiente, a definir las comarcas naturales andaluzas.
- Obtenerdel Poder Central, conforme al articulo 9 de la Constitución, las atribuciones necesarias para acordar soluciones relativas al paro obrero, realizar la Ley de Reforma Agraria de modo que una manera rápida y eficaz se resuelva la cuestión territorial en Andalucía.
- Conseguirlas necesarias atribuciones para establecerCENTROS DE CULTURA ANDALUZA, que divulguen las aspiraciones auténticas de la región y que organicen la propaganda ordenada a despertar en los andaluces el ALMA de ANDALUCÍA.
4. Demandar de los Poderes Centrales las facultades necesarias para arbitrar los recursos necesarios para llevar a cabo estos fines.
No llegaba a un estatuto pero constituía un buen medio para diez de los beneficios del por entonces dificultado estatuto.
Menuda basura de artículo. Además de la manipulación de lo sucedido queda claro la intención de elevar a la categoría de elegido de Dios a Blas Infante. Es vergonzoso y un insulto no sólo a la inteligencia de los lectores sino a los almerienses que fueron a esa Asamblea y q se fueron mientras eran amenazados e insultados por el elegido con un a amenaza q a día de hoy aún está presente en Almería. De vergüenza que este artículo este escrito en un supuesto diario de Almeria