Como responsable del gobierno, y en buena medida lo que condiciona nuestras vidas, es lógico que los españolitos de a pie hallemos en nuestra clase política la coprotagonista del balance personal y colectivo del año que ahora acaba, al tiempo que nos encomendemos a ella en el flamante año que empieza.
Las últimas informaciones que nos llegan a los almerienses de a pie son ciertamente negativas, y, en términos económicos, por ejemplo, colocan a la provincia de Almería en la que la causa de la crisis económica que padecemos supera con creces su estado a nivel estatal, lo que debería de inducir a nuestra clase poítica almeriense a una reflexión sincera, profunda y en voz alta, con el propósito de que a los almerienses no nos lleguen solamente informaciones sesgadas o rígidas. Este ejercicio que pido a nuestra clase política almeriense resulta vano y de imposible realización, por cuanto en la mayoría de los casos supondría una autocrítica que ninguno miembro de nuestra lustrada clase política está dispuesto a llevar a cabo. Pese a sabiendas, no sería malo que alguno de sus cualificados y conspicuos miembros, y haberlos háylos en este momento, se desplegara de las rígidas y monopolíticas directrices partidarias y lo ejercitase, en la seguridad de contar con el aplauso de la inmensa mayoría de las almeriensas y almerienses de a pie.
De esta forma se podría conocer las causas por las que muchas familias acaban el año en una situación que recuerdan tiempos pasados y por las que muchas otras que se estaban viendo menos o nada afectadas por las consecuencias de la inestabilidad económica que padecemos verán como acaban estando afectados, en unos casos por la incompetencia de algunos de políticos con responsabilidad de gobierno y en otros por la inercia.
Ese grado de afección en que los almerienses nos veremos sumidos durante 2009 vienen determinada, en gran medida, por la involucración directa que los municipios están teniendo en la crisis, sobre los que recae una gran parte de la causa que la generaron, por cuanto la legislación estatal les otorgaba tanta determinación e influencia que los municipios españoles se convirtieron en virreinatos. Virreinatos hasta hace muy poco tiempo, el origen de la crisis económica, según todas la sopiniones expertas coincidentes, tiene su epicentro en los municipios, ahora la práctica mayoría de ellos víctimas de su codicia y avaricia, situando a los ciudadanos en unas condiciones extremas en algunos casos y determinandas en otros por la acción de sus munícipes en crear, también, situaciones límites.
Así, 2009 será un año en que la práctica totalidad de las españolitas y los españolitos de a pie, y particularmente las almeriensas y los almerienses, nos veremos afectados por la revulsa situación política y social que ha generado la crisis económica que padecemos y que en opinión de los estudiosos de expertos económicos tiene su origen en el sector de la construcción, que en su etapa floreciente o de vacas gordas convirtió a muchas ciudades y gran parte de pueblos en centros urbanos que en algunos casos produjeron el estupor de muchos de sus visitantes. A la ciudadanía que cuenta con unos emolumentos fijos y que la crisis económica no afectaba y les nebeficiaba porque tenían las perspectivas de adquirir una vivienda y no lo hacían por su elevadísimo coste, ahora les ha envuelto la susodicha por la subida generalizada de impuestos, por ejemplo. Otros, en 2009, se verán afectados por la severidad de la crisis, según los vaticinios que nos hacen propios y extraños, Gobierno y Oposición, que en el primer caso nos proyecta una imagen mezcolanza de una severa incidencia social de la crisis al tiemppo que demanda ánimos para superarla en corto plazo de tiempo, aportando para mayor ilusión fecha deternminada, en tanto que con la Oposición dan ganas de llorar cada vez que hablan. Entiendo que es la obligación del Gobierno no sumir a la sociedad española en una depresión colectiva y que la Oposición tiene la obligación de controlar la acción gubernamental y ayudarle en políticas determinantes para el pueblo español, por lo que no comprendo que la Oposición nos provoque una tristezxa colectiva y se oponga sistemáticamente a cuantas medidas adopte el Gobierno, porque lo que está haciendo en realidad es agudizar los problemas que tiene el país y nada más lejos de la acción política que crear una situación caótica para presentarse como salvadores.
Así, pues, ante el incierto panorama con los españolitos de a pie afrontamos 2009, solo nos resta encomendarnos a Dios y pedirle a nuestra “Virgencica, que nos quedemos como estamos”.