El Ayuntamiento debería adoptar medidas para salvaguardar los espacios públicos y privados afectados por las plantaciones salvajes que no cuidan sus propietarios, y ello debería hacerlo de oficio y no esperar a que se produzca la denuncia del afectado, toda vez que ésta no se suele producir para no crispar las relaciones vecinales. Justamente con el fin de no crispar las relaciones vecinales es por lo que se hace necesaria la intervención municipal de oficio, perfectamente visualizada desde la calle.
No solo son los árboles y demás vegetaciones sino también paredes que se han derrumbado y no están siendo intervenidas para evitar males mayores.