Los vecinos de Canjáyar están indignados por el fallecimiento de Camelia, una vecina del pueblo quien llevaba un mes presentando malestar. El 4 de octubre Camelia acudió al centro médico de Canjáyar por un dolor en el hombro y brazo izquierdo, el cual tenía afectado debido a un pasado cáncer de mama que sufrió años atrás. Pidió la Baja el día 11 de octubre en este mismo consultorio, le diagnosticaron mialgia.
Una semana después y sin haberse recuperado, el 18 de octubre la doctora le dió el Alta. El 31 de octubre volvió a pedir la Baja porque no mejoraba, sin embargo esta vez le “diagnosticaron” trastorno adaptativo de ansiedad por la cual le dieron 15 días de Baja, en los cuales tomó medicación que no le correspondía y que le hacía daño a su hepatitis.
Durante ese periodo de Baja, Camelia pidió una analítica a su médica de cabecera, la mencionada doctora, por la cual tuvo que esperar días para que le dieran cita a pesar de necesitarla de urgencia. La toma de pruebas tuvo lugar el día 4 de noviembre, y los resultados estuvieron listos el día después, el 5 de noviembre. El 6 de noviembre Camelia acudió a Torrecardenas donde la doctora volvió a dignosticarla con ansiedad en una consulta de apenas media hora y sin pruebas que lo demostraran, consulta en la cual tampoco miró en la base de datos su ficha técnica donde estaban los alarmantes resultados de aquel análisis del día de antes.
El 7 de noviembre acudió esta vez al consultorio de Canjáyar donde se le alargó la baja sin hablarle de los nefastos resultados de aquella analítica la cual no había revisado. Sería el 10 de noviembre, cinco días después de los resultados cuando el cuerpo de Camelia no podía aguantar más, y fue trasladada al Hospital Universitario Torrecárdenas en ambulancia. La tuvieron en observación sin comer para hacerle pruebas y encontraron un trombo en su pulmón. No podía orinar, sus riñones no funcionaban, sus pulmones estaban muy débiles. Esperaron a pasar a quirófano, pero terminaron llevándola a la UCI donde poco después su corazón se detendría.
Hubo tiempo, mucho tiempo, para salvarle la vida pero se piensa que los médicos decidieron no escucharla ni hacerle las pruebas pertenecientes en su momento, ni en Torrecardenas ni en el consultorio médico de Canjáyar. La doctora pudo haber mirado los resultados de la analítica desde el sábado 5, justo cinco días antes del fatal desenlace, pero no lo hizo y cometió, se piensa, una negligencia médica que le costaría la vida a Camelia. No solo eso, sino que en el Hospital Universitario Torrecárdenas también se piensa que podía haberse detenido esta situación mirando el análisis desde la base de datos a la que todos los médicos tiene acceso.
El pueblo de Canjáyar se siente triste y avergonzado por esta desgracia, y condenan a aquellos involucrados que pudieron pero se piensa que no hicieron nada para salvar a una madre de familia, fuerte y luchadora, que dio todo y más por los suyos hasta el final.