Quien no se haya descubierto especulando con lo que el destino tenga deparado para su futuro, que tire la primera piedra. Es que conocer más allá de lo que el día a día permite “ver” genera la ilusión de poder tener todo bajo control, cuestión que quita el sueño a más de uno. En cada tragedia aérea, atentado o situación dramática en la que muchas personas pierden la vida no tardan en aparecer los que “tenían que haber tomado ese avión” o “debía pasar por la vereda donde explotó la bomba y esa mañana cambió el recorrido”. Y alejándonos de lo trágico, cuántas parejas que son inmensamente felices se conocen casi por casualidad y con el correr de los años reflexionan que si no hubiera tomado ese colectivo o ido esa tarde al súper no se habrían cruzado.
¿A qué si no al destino adjudicar esas “casualidades”?
Pero, ¿todos nacemos con un destino marcado? “Desde el conocimiento de la astrología así es. Todos nacemos con una buena parte de nuestro destino marcado o diseñado de alguna manera, como si fuera un recorrido que está listo para ser transitado por cada uno de nosotros, un camino preparado a la medida de cada uno “siempre parece que tenernos algo preparado, listo para nosotros más allá de lo que pensábamos que nos podría pasar”.
En las historias de vida en la migración encontramos constantes indicios del accionar del destino haciendo de las suyas: “me pasé de estación y gracias a eso me reencontré con un amigo de la primaria”, “nunca había ido a ese barrio hasta que empecé en mi nuevo trabajo y conocí primero a mi jefe y después a su hija que terminó siendo mi novia…”.
“A veces el accionar del destino produce historias que cambian por completo la vida de las personas, ahí cuando el destino se presenta caprichoso, inevitable y fatal, otras veces no tan drásticamente pero otras, las más de las veces, al destino lo ayudamos nosotros con nuestro diario caminar”, Los emigrantes lo sabemos , Yo consideró que en ese sentido hay “dos tipos de destino”: “uno con mayúscula, Destino que te junta irremediablemente con tu amado, justo en ese día, justo se vieron, justo hablaron, y demás; y otro destino que cosecharemos gracias a nuestros movimientos y decisiones cotidianas”.
Jose Mateos Mariscal.