Los colores tienen un efecto psicológico sobre las personas. Vivir a todo color es vivir más feliz. Sin embargo, muchas veces se hace difícil arriesgarse por el miedo a que las estancias parezcan un circo. Aquí algunos datos para hacerlo más sencillo.
Cómo decorar con color
Nadie quiere que su casa parezca salida de un catálogo de una tienda minimalista. Sin embargo, pocos son los que se atreven a apostar por formas y colores con personalidad, por miedo a que no combinen o den un aspecto indeseado.
Si te cuesta animarte a despegarte de los colores neutros, una posibilidad es agregar puntos de color contrastantes. Una forma de hacerlo es con una Lámpara Panton minimalista de un color llamativo, por ejemplo.
Otra estrategia es usar un solo color vívido y complementar con el mismo color pero en tonos más claros. Un ejemplo sería poner un sofá rojo y colocar detalles en la habitación que sean de un color naranja claro o rosado.
El manifiesto de la felicidad
Decorar con color es animarse a salir de la neutralidad. Más allá del significado de cada tono, hacer una decoración colorida es un manifiesto contra el aburrimiento.
Un estudio de la Universidad de Georgia logró hacer una clasificación de los colores que nos hacen más felices. El verde quedó en primer lugar. Lo siguieron el amarillo, el azul, el naranja, el rojo, el violeta, el blanco, el negro y por último quedó el gris.
En definitiva, los colores nos hacen felices y los neutros, si bien son necesarios para contrastar con los colores de la casa, no aportan nada a nuestra alegría diaria.
La psicología del color
La psicología del color estudia cómo el color afecta el comportamiento humano. Es una rama de la psicología del comportamiento, un campo amplio que estudia las motivaciones detrás del comportamiento humano y la posibilidad de modificarlas.
De acuerdo con esta ciencia, cada color tiene una poderosa influencia sobre el estado anímico y mental de los individuos.
Hay colores que transmiten una sensación de serenidad y calma como el azul, el violeta y el lila. Asimismo, hay colores que despiertan alegría, como el verde y el amarillo y otros que pueden resultar hasta intimidantes como el rojo o el negro.
Tener en cuenta la psicología del color es de gran ayuda a la hora de decorar, ya que te ayudará a conseguir el efecto deseado en tus espacios.