La fracasada investidura de Mariano Rajoy ha incitado a una etapa de reflexión en nuestros dirigentes políticos encaminada a atisbar una solución al estancamiento en que se halla nuestro país desde hace diez meses, debido, desde mi punto de vista, a la conversión de nuestro sistema político en presidencialista y no en parlamentario como figura en la Constitución Española.
Cualquier observador político podrá constatar que la situación de interinidad en que nos encontramos es debida a la reconversión por el Partido Popular de nuestra democracia en presidencialista cuando constitucionalmente es parlamentaria; es decir, que el Presidente del Gobierno lo elige el Congreso de los Diputados y no lo confirma como se pretende.
Mariano Rajoy, y con él su PP a medida, trata de investirse Presidente del Gobierno tras un mero trámite parlamentario cuando es a la inversa al no haber obtenido la mayoría de escaños en las elecciones. Enrocarse en haber sido el más votado electoralmente y consecuentemente obtenido el mayor número de escaños en el parlamento es pura y simple tergiversación democrática por la mera razón aducida anteriormente de que nuestro sistema político es parlamentario y no presidencialista.
Dicha esta obviedad, causa del impass político que vivimos, procedería se preguntara Mariano Rajoy, y con él su PP a medida, la razón o razones por las que ningún grupo parlamentario le apoya para ser Presidente del Gobierno. Y parece lógico que ningún partido político apoye al PP para que Mariano Rajoy sea Presidente del Gobierno, con lo que se convertiría en aval de su acción política en el Gobierno durante los últimos cuatro años.
Ya en la Oposición a San José Luis Rodríguez Zapatero se le veían a Mariano Rajoy y a su PP a medida hechuras que hasta entonces no se habían visto. La crisis económica en que cayó Occidente y se cebó en España consiguió que los españolitos y las españolitas de a pie le creyeran como el salvador de la patria que se autocalificaba, capaz de solucionar todos los problemas que nos quejaban mediante su milagro económico.
Lo cierto y constatado es que los contenedores de residuos orgánicos se vieron masivamente demandados, la juventud intelectual se está viendo obligada a emigrar, los trabajadores han pedido poder adquisitivo y a los jubilados se les ha recortada su pensión, lo que ha provocado un empobrecimiento del país, mientras que los cargos políticos se han convertido en la profesión más anhelada por tod@s demandantes de empleo.