El asunto es que esa económica barriada el Ayuntamiento no ha tenido a bien dotarla de los servicios de los que cualquier ciudadano moderno disfruta y que además pagan por ellos, hablo de cosas tan importantes como la recogida de basura que tan importante es para la prevención de problemas sanitarios y de plagas de animalitos poco deseados.
Pero la anécdota más simpática le sucedió a mi amiga cuando llamó a Surbus para preguntar dónde podía tomar el autobús para ir a su trabajo en el centro de Almería, la hábil respuesta fue: “señora, coja usted su coche, váyase a otro barrio, aparque su coche y coja el autobús”.
Sobran todos los comentarios sobre lo que son urbanizaciones modernas –y nada baratas, insisto-, lo que son ciudades amables y lo que son ciudades agresivas, por más que Don Esteban Telesforo Rodríguez afirme que han dotado de equipamientos y servicios suficientes a todos los barrios.
Si las gentes de Almería somos amables en nuestro devenir cotidiano, no nos merecemos que nuestros responsables municipales conviertan la ciudad en molesta, insalubre y agresiva para vivir.
Nuevos barrios, problemas antiguos
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