Nunca se sabe dónde va a surgir la oportunidad o cuando llegará el éxito. Miguel Ángel Perera, que venía sustituyendo al aclamado Roca Rey (que está recuperándose de una cornada), fue el triunfador de la segunda tarde de toros en el Coso Salinero, ayer, domingo, logrando dos orejas en su primer toro y, por tanto, la Puerta Grande. Lleno a rebosar en la tarde de ayer domingo para disfrutar de la Feria Taurina de Roquetas de Mar. La teniente alcalde y responsable de la Plaza de Toros, Eloísa Cabrera, destaca “la calidad de las dos corridas de toros y el lleno en ambos casos. Una gran satisfacción para el Ayuntamiento de Roquetas”. Junto a Perera, el embrujo de Morante de la Puebla y el arte de Alejandro Talavante, que por la sosería de los astados y fallar con la espada perdieron la oportunidad de lograr trofeos.
Miguel Ángel Perera, con el segundo astado de la tarde, comenzó muy incisivo con el capote, brillante en un quite por chicuelinas. Apenas fue picado, pensando en hacer una gran faena, que dedicó al público, y con la que recibió dos orejas y los “olés” y “torero, torero” desde los tendidos. Fue una faena larga, con momentos muy toreros, como esa serie en la que estático y valiente aguantó la embestida noble del toro. O los redondos rematados con un pase de pecho. Y siguió con un toreo al natural fantástico, siempre con la muleta muy baja. Remató la lidia con cambios de manos en una faena que levantó al público de sus asientos, y acabó tirando la espada y la muleta en un valiente desplante. Media estocada, pero certera, significó el premio de las dos orejas y le garantizó la Puerta Grande del coso roquetero.
En el segundo de su lote, el toro no ayudó por lo que a pesar de su voluntad le costó hilvanar la faena. Fue de menos a más, destacando el toreo al natural, y solo el fallo con la espada le impidió sumar una tercera oreja.
La tarde de domingo arrancó con Morante de la Puebla, un heredero de los clásicos, arte puro y como tal amante de los buenos toros, que no fue este caso. El animal era de la ganadería de Juan Pedro Domecq, la misma con la que tomó la alternativa, pero se mostró demasiado soso. Comenzó luciéndose con el capote y unas buenas verónicas, pero con la muleta vio que el toro no daba juego y realizó una lidia breve, rematada con una estocada certera. Lo mejor, el toreo al natural que realiza con maestría.
En su segundo, Morante mostró detalles de su arte y la inspiración que le ha dado fama. Pero si no le acompaña el astado, no es diestro de fajarse con el toro, por lo que no pudo demostrar el artista que lleva dentro.
Alejandro Talavante comenzó con una serie de gaoneras con las que animó al público, y ya con la muleta destacó con los cambios de mano, que se sucedieron con ritmo. Tenía un buen toro, que transmitía desde el principio, pero no pudo sacarle todo lo que tenía dentro y con la estocada estropeó una interesante faena.
En el lote que cerraba la tarde, comenzó con chicuelinas rematadas por media verónica. Inició el tercer tercio recibiendo al toro de rodillas y con ganas de agradar a público. Inmenso sus naturales, realizando una faena clásica que recibió bastantes aplausos. De nuevo la espada estropeó una buena faena.
La feria taurina de Roquetas de Mar concluye con dos tardes maravillosas, repletas de público y ocho orejas, así como la oportunidad de ver a seis de los mejores toreros del momento, bajo la organización de la Delegación de Gestión de la Ciudad del Ayuntamiento de Roquetas de Mar.