Que yo sepa, hasta la fecha ningún alcalde de Garrucha ha puesto en riesgo el patrimonio municipal para hacer realidad alguna iniciativa suya. Sin embargo, ahora sucede que la alcaldesa María López, ansiosa de ver cumplidas algunas de sus propuestas, pone en juego una parte del patrimonio, el cual debe ser protegido. Ante el riesgo que eso supone, mi interés por los asuntos de Garrucha es lo que me mueve a escribir este artículo para alertar sobre lo que puede suceder.
No cabe duda que el Ayuntamiento corre un riesgo al conceder el uso de una parte del patrimonio a una empresa privada, de ahí el especial cuidado que ha de tenerse a la hora de firmar un contrato, un cuidado que evite posteriores lamentos que acaben en la incertidumbre de los tribunales de justicia, como es moneda corriente. En asuntos de este tipo siempre es bueno disponer del asesoramiento de un solvente gabinete jurídico que desmenuce los contratos a fin de eludir desagradables sorpresas. De todas formas, creo que no es bueno que el Ayuntamiento negocie su patrimonio con la empresa privada, siempre pendiente de su propio beneficio.
Lo que digo del riesgo de la alcaldesa es debido a que está embarcada con su equipo de gobierno en la gestión de tres proyectos: residencia de mayores, hotel de 4 estrellas y circuito integral del agua, los cuales comprometen la economía y patrimonio municipales.
Por las noticias y documentos publicados se comprueba que están en marcha los trámites para la construcción y concesión de la residencia de mayores y el centro de estancias diurnas, dotados ambos de una moderna y completa equipación; estimándose en dos millones de euros el presupuesto de construcción del edificio más la aportación del terreno municipal necesario.
Es de suponer que la empresa concesionaria tiene acreditada su solvencia ante el Ayuntamiento, para evitar que le suceda el fiasco padecido hasta ahora en el Ayuntamiento de Pulpí, donde la empresa que gestiona la residencia de mayores hipotecó la concesión municipal y tres años más tarde la alcaldesa socialista de entonces le avaló a la misma empresa un millón doscientos mil euros, quedándose el Ayuntamiento con una participación del 20% de la concesión. Después se descubrió que la empresa le debía impuestos a Hacienda, cuotas a la Seguridad Social, nóminas a los trabajadores y pago a proveedores. Un fiasco que le ha podido costar al Ayuntamiento pulpileño un descalabro de 7,2 millones de euros por su participación del 20%. Por suerte, un fondo de inversión ha solucionado el problema. Es un aviso a navegantes.
Otro proyecto que se tramita en el Ayuntamiento de Garrucha es la construcción de un hotel de cuatro estrellas en el solar de propiedad municipal situado entre el paseo del Malecón y la calle Mayor, enfrente del monumento al pescador. Se trata de un solar casi cuadrado de casi 900 m2., cuyo precio de mercado sería de unos cinco millones de euros.
Para llevar a cabo la iniciativa del hotel, el 27 de febrero último el pleno de Ayuntamiento acordó iniciar los trámites necesarios a fin de, en su momento, firmar el correspondiente contrato privado de cesión de uso del terreno de dicho solar durante noventa y nueve (99) años, percibiendo el Ayuntamiento un canon anual no inferior al 6% del valor de venta de la finca. Como anticipo a la firma del contrato el empresario deberá abonar al Ayuntamiento, como garantía de la operación, un canon anticipado, cuyo importe asciende, según dice la alcaldesa, a medio millón de euros, de forma que de no hacerlo así la operación decae.
Cuesta trabajo creer que se pueda mantener en Garrucha un hotel de cuatro estrellas durante todo el año en un edificio de cinco plantas con la gran cantidad de gastos que tal negocio conlleva, junto con el canon anual a pagar al Ayuntamiento por la concesión, pues no tiene sentido presumir de tener un hotel de cuatro estrellas si no permanece abierto durante los doce meses del año.
Según la documentación que tiene el Ayuntamiento el importe de la construcción, puesta en funcionamiento y explotación del hotel correrán íntegramente a cargo de la empresa adjudicataria, que solicitará un préstamo por la totalidad a pagar en 40 años al 7% de interés, pudiendo tomar parte el Ayuntamiento y otras entidades, bien participando o mediante subvenciones.
Claro que en la concesión del solar por casi un siglo (99 años) hay que tener en cuenta que en ese tiempo pueden ocurrir hechos que den lugar a que no se cumplan las expectativas del negocio hotelero, cosa que fácilmente puede suceder, razón por la que surgen numerosos interrogantes que merecen ser expuestos. Pienso en varias causas que, más pronto que tarde, pueden ocasionar serios problemas al Ayuntamiento respecto a la concesión. La casuística es variada.
Que el hotel abra solo tres o cuatro meses al año, en cuyo caso Garrucha no tendría un hotel de cuatro estrellas durante todo el año. Que la empresa demorara por años el pago del canon anual de la concesión. Que la empresa redujera la capacidad del hotel e intentara disponer del resto del edificio para otro u otros negocios, entre ellos un restaurante. Que la entidad bancaria embargara a la empresa hotelera por impago de las obligaciones contraídas en el préstamo. Que la Agencia Tributaria embargara a la empresa por impago de impuestos. Que sucediera lo mismo por parte de la Seguridad Social por impago de cuotas de los trabajadores. Que hubiera acciones por impago de nóminas a los empleados. Que sucediera lo mismo por impago de facturas a proveedores, etc.
Grave sería denunciar el contrato de la concesión y saber qué sucedería con el edificio construido y el solar municipal. Si hubiera que acudir a los tribunales el desenlace sería incierto durante años pues ya se conoce el dicho: cuando los jueces intervienen nunca se sabe lo que puede ocurrir. Está claro que se trata de un asunto complejo y delicado como lo acredita el extenso y prolijo informe del interventor municipal, informe que intranquiliza por el alto número de advertencias y cautelas que contiene. Así es que, ante las circunstancias que se dan en este asunto, creo que si la operación se efectúa el Ayuntamiento perderá para los restos tan excelente solar.
El tercer asunto al que antes me he referido es el del ciclo integral del agua. Como es sabido, la alcaldesa está empeñada en que Garrucha salga de Galasa sin que hasta la fecha haya explicado las razones objetivas y de buen gobierno para adoptar tan grave medida. Al respecto, en el plazo legal presenté en el Ayuntamiento nueve alegaciones pidiendo una explicación razonada sobre tan importante decisión, alegaciones que fueron desestimadas globalmente sin que se motivara el rechazo de cada una de ellas, o sea, una sinrazón. Pero la alcaldesa sigue sin explicar cuales son los males de Galasa y cuales las ventajas de la nueva empresa suministradora, que al parecer será Codeur, que es la que opera con el Ayuntamiento de Vera.
En el pleno celebrado el 27 de febrero último el grupo socialista de la Corporación municipal de Garrucha aprobó el pliego de cláusulas que regirán la licitación para la concesión de la gestión del servicio integral del agua. Expertos en la materia afirman que las cláusulas favorecen claramente a la empresa concesionaria, lo que es bastante preocupante. Esperemos, pues, que no tengamos que lamentar el resultado de una medida tan grave y trascendente como es el suministro del agua.
Entiendo que en los tres asuntos que describo en este artículo el Ayuntamiento se desliza por un terreno resbaladizo que le puede costar caro al municipio.
El Sr. Tebar Ferre se contradice. Supervisar y advertir de lo que puede suceder es propio de la oposición y de cualquier ciudadano. Eso no es poner palos en ninguna rueda. O sea, Sr. Tebar, que Vd. estaría dispuesto a ceder por un siglo un solar de 5 millones de euros a cambio de lo que pueda suceder con el hotel. No todo lo que propone un gobernante es bueno para los intereses de una comunidad.