El Índice de Precios de Consumo (IPC) en el mes de febrero en Andalucía bajó un 0,4% respecto al mes anterior, lo mismo que en el conjunto de España. Tanto este dato, como en términos interanuales, la tasa de inflación de Andalucía se sitúa en el 3%, igual a la tasa nacional y la registrada en enero, según los datos del Instituto Nacional de Estadística.
De la evolución de los precios en Andalucía, respecto al mes anterior, sobresalen los descensos de precios en vivienda (-3,7%), debido al descenso en electricidad, gas y otros combustibles (-8,3%); y vestido y calzado (-1,1%), como consecuencia de las últimas rebajas del final de la temporada de invierno. En sentido contrario, destacan los aumentos en hoteles, cafés y restaurantes (0,6%), principalmente por los servicios de alojamiento (6,5%); y comunicaciones (0,5%), consecuencia del aumento de precios de los servicios de telefonía y fax (0,6%).
En comparación con febrero de 2016, las mayores subidas de precios se dan en los grupos de transporte (8,7%), explicado por el aumento del precio de los carburantes y combustibles (15,8%); y vivienda (8%), principalmente debido al incremento del precio de la electricidad, el gas y otros combustibles (13,9%). En el lado opuesto, sólo uno de los doce grupos de bienes y servicios del IPC registró descenso interanual, el de menaje (-0,5%), debido a las bajadas de precios de los textiles para el hogar (-2,8%) y los aparatos domésticos (-2,1%).
La Consejería de Economía y Conocimiento considera que la tasa de inflación en febrero de 2017 en Andalucía, del 3%, viene explicada por el comportamiento de los precios de los productos energéticos.
En febrero, los precios de los productos energéticos en Andalucía crecen un 16,4% interanual como consecuencia de la subida de los carburantes y combustibles (15,8%), con una cotización media del barril de petróleo Brent de 54,5 dólares, un 70,7% superior a la registrada en febrero de 2016 (31,9 dólares); y del incremento del 13,9% interanual de los precios de la electricidad, el gas y otros combustibles.
Si no se consideran los precios energéticos y de los alimentos no elaborados, es decir, los más volátiles del IPC, se tiene que el componente más estructural, la inflación subyacente, muestra un comportamiento más estable, y se sitúa en el 1% en Andalucía, igual que en España, y una décima por debajo de la del mes anterior.
El mantenimiento de una tasa de inflación del 3% en Andalucía y España, supone, de un lado, un diferencial desfavorable de un punto respecto a la media de la Zona Euro, para la que el indicador adelantado estima una tasa interanual del 2% en febrero, dos décimas superior a la de enero (1,8%). De otro, un deterioro de la capacidad adquisitiva de los ciudadanos, teniendo en cuenta que el incremento salarial negociado en convenios colectivos hasta febrero se situó ligeramente por encima del 1% y que el aumento de las pensiones ha sido del 0,25% en 2017. Una pérdida de poder adquisitivo de los ciudadanos que, al limitar sus posibilidades de consumo e inversión, puede suponer un freno a la evolución la demanda interna y al crecimiento económico.