Dr. José María Manuel García-Osuna y Rodríguez.
-ACADÉMICO-CORRESPONDIENTE DE LA REAL ACADEMIA DE MEDICINA DE ASTURIAS (RAMPA).
-SOCIO DE NÚMERO DE LA ASOCIACIÓN ESPAÑOLA DE MÉDICOS ESCRITORES Y ARTISTAS (ASEMEYA).
-DOCTOR EN MEDICINA Y CIRUGÍA.
-MEDICO DE FAMILIA-ATENCIÓN PRIMARIA.
-NACIMIENTO Y PRIMEROS AÑOS-
Nació el 27 de enero de 1756 en la Getreidegasse de Salzburgo (Austria). Fue bautizado, dentro de la iglesia cristiana católica romana, con los nombres de Johann Christian Wolfgang Amadeus (Johannes Chrysostomus Wolfgangus Theophilus). El nombre de Wolfgang significa: “el ponerse en marcha del lobo para cazar y matar”.
Su padre Leopold Mozart, era un alemán originario de Augsburgo, sus antepasados se habían dedicado a la artesanía de la encuadernación. Comenzó, primero, sus estudios de Teología y Derecho en la Universidad de Salzburgo; pero, decidió abandonarlos (hacia 1740) para dedicarse íntegramente a la música en el servicio de la orquesta del conde Thurn-Valsassina, y ya en el año 1743 entrará, definitivamente, en la orquesta arzobispal de Salzburgo (Archidioecesis Salisburgensis), como violinista; el bondadoso arzobispo, ahora, es el Príncipe-Elector-Arzobispo Sigismund von Schrattenbach
En 1756, Leopold Mozart publica su riguroso tratado “Escuela de violín” y en 1763 será nombrado Vicekapellmeister (el kapellmeister era un músico de experiencia y prestigio, siempre un músico-compositor, que se encargaba de formar, gestionar y dirigir al grupo de cantores e instrumentistas de la música sacra y profana en las orquestas cortesanas o eclesiásticas del período del Barroco).
Su nombre aparecerá ligado, indisolublemente, al de su hijo Wolfgang Amadeus como padre, maestro y preceptor. Su otro retoño vivo, será una niña genial a la que se bautizará como Maria Anna Walburga (nacida en el año 1751; será llamada Nannerl); por ser una mujer no llegará mucho más allá de su infancia en el mundo de la música académica, cuando la historia nos ofrece la certidumbre de que fue una pianista prodigiosa y precoz.
La figura de Leopold Mozart es objeto de múltiples controversias, desde explotador sin escrúpulos de sus dos hijos, sobre todo de Wolfgang Amadeus, hasta el de un padre sacrificado y desinteresado, abandonando un posible futuro brillante como compositor. Pero, su intuición al darse cuenta de que su hijo era uno de esos seres que vienen al mundo, como genios, cada siglo y conducirle certera y abnegadamente hacia la cumbre del arte musical fue paradigmática.
A los 3 años Wolfgang ya se entretenía en encontrar bellas sonoridades en el clave, su padre le estimulaba con la frase de tratar de encontrar la necesaria concordancia musical “las notas que se aman”, y a los 4 años de edad ya está en condiciones de recibir y asimilar lecciones, con un aprovechamiento excelente.
A los 5 años ya toca con facilidad el clavecín o clavicémbalo, iniciándose en el estudio del violín. Las personas que lo escuchan se asombran por la perfección y madurez de su oído musical.
En 1762, efectúa con su hermana Nannerl una pequeña gira por Baviera de tres semanas de duración.
Más tarde llegará al palacio imperial de los Habsburgo austriacos, en Schönbrunn, donde la emperatriz María Teresa le va a contemplar con deleite.
Se relata una anécdota muy curiosa y esclarecedora, en una epístola escrita por Leopold a su mujer Anna Maria Pertl:
«…Wolfgang saltó al regazo de la emperatriz, la abrazó y la besó con ingenuidad y sinceridad. Permanecimos allí desde las tres hasta las seis de la tarde, y el propio emperador quiso que yo escuchara la interpretación violinística de la joven archiduquesa María Antonieta, a la que nuestro hijo le hizo una propuesta de matrimonio…».
Leopold entiende que necesitan un nuevo relanzamiento internacional, para evitar un anquilosamiento de la fama de su hijo como niño-prodigio y, a partir de junio de 1763, durante tres años en su propio coche y con un criado, emprenden un viaje que les llevará a París y a Londres, las proverbiales enfermedades e indisposiciones de Wolfgang harán de él un muchacho de salud quebradiza. En la capital de la dinastía Capeto conocerá el estilo del compositor aleman, que vive y compone en París, y que se llama Johann Schobert [c. 1720 o 1735 o 1740-Muere en París el 28 de agosto de 1767, de una intoxicación alimentaria, al ingerir erróneamente setas venenosas]; el joven Mozart realizará adaptaciones para piano de diversas sonatas para clavicordio de Schobert.
En Londres sus modelos alemanas serán Karl Friedrich Abel [Köthen, 22 de diciembre de 1723-Londres, 20 de junio de 1787], y sobre todo Johann Christian Bach [Leipzig, 5 de septiembre de 1735-Londres, 1 de enero de 1782. Y, a pesar de provenir de una familia luterana pietista se convertirá al cristianismo-católico. Será llamado el “Bach de Milan” o el “Bach de Londres”], que es el hijo pequeño de Johann Sebastian Bach [Eisenach, 21-31 de marzo de 1685-Leipzig, 17-28 de julio de 1750, por un ictus complicado con una neumonía], con quién le unirá siempre una gran amistad e influencia musical primigenia indudables.
Cuando, en el año 1766, regrese a Salzburgo recibirá el influjo de nuevos estilos compositivos, destacando el del “alcohólico” pero genial Johann Michael Haydn [14 de septiembre de 1737-10 de agosto de 1806. Serían proverbiales sus francachelas alcohólicas en la Viena del siglo XVIII y XIX con el padre de Beethoven, Johann van Beethoven. Cuando el jovencísimo Beethoven interpretaba pobremente, Johann exclamaba: “¡Ludwig eres la vergüenza de la familia!”] quien era el hermano pequeño de Franz Joseph Haydn [Rohrau, 31 de marzo de 1732-Viena, 31 de mayo de 1809. Llamado “el padre de la sinfonía”.Era “de temperamento alegre, feliz por naturaleza, y proclive a las bromas pesadas. Su biógrafo Dies escribió: “No podía comprender cómo le habían podido amar tantas mujeres bonitas en su vida. No podían haber sido cautivadas por la belleza de mi rostro picado de viruelas”. A pesar de ser un devoto católico, rezaba el rosario con frecuencia cuando tenía problemas durante la composición de alguna de sus obras, sería un francmasón]. Escribiría sobre Mozart, tras el paso a mejor vida de este que: “la posteridad no verá tal talento otra vez en cien años”.
Tras una corta estancia, por causa de la viruela, en Olmütz, vuelve a Viena donde estrena en los jardines del médico de la hipnosis Dr. Mesmer, su ópera Bastien und Bastienne KV-50. Las siglas KV significa Köchel Verzeichnis, y fue creado por el musicólogo Ludwig von Köchel en 1862 para ordenar y enumerar las obras mozartianas.
Conoce por vez primera las óperas de Christoph Willibald Ritter von Gluck [Erasbach, 2 de julio de 1714-Viena, 15 de noviembre de 1787] y del compositor del barroco tardío Johann Adolf Hasse [Bergedorf, 25 de marzo de 1699-Venecia, 16 de diciembre de 1783], y las sinfonías de Joseph Haydn.
-Wolfgang Amadeus Mozart con la condecoración de la “Espuela de Oro”-
-EL CAOS DE SU RELACIÓN CON EL NUEVO ARZOBISPO JERÓNIMO VON COLLOREDO-
El 29 de enero de 1781 estrena, en Munich, su ópera Idomeneo re di Creta KV-366, hasta que una orden perentoria de von Colloredo le impone la vuelta a casa. El trato despótico del prelado se acentúa: sigue comiendo con lacayos y cocineros, debe presentarse cada mañana vestido de librea en la antecámara arzobispal con los otros servidores, a esperar hipotéticas obligaciones diarias.
Mozart estalla iracundo, es insultado gravemente por von Colloredo y expulsado con violencia: «…Me dijo que yo era el criado más alborotador que había conocido y que ningún otro servía con tanto desdén como yo; dicho esto, afirmó que ordenaría la suspensión de mi estipendio, tras lo que salió dando un suspiro. Permanecí en silencio y conteniendo mi ira, pero ahora no puedo callar ante la injusticia ni estar maniatado ante los cada vez más numerosos agravios. No pude rebatirle nada. Mintió al decir que mi salario era de 500 gulden, y me llamó malandrín, villano y orgulloso. Oído esto, mi sangre comenzó a hervir y pregunté, iracundo, si el arzobispo no estaba satisfecho con mis servicios. “¿Acaso osas amenazar?” dijo, a lo que respondí que no tenía nada que agregar, y que cuanto había salido de mis labios mañana lo presentaría por escrito…» y literalmente fui expulsado a patadas por el gran chambelán arzobispal conde D’Arco,“¡Vaya modo de ablandar a la gente! No se atrevió por cobardía a decirle nada al arzobispo y me mantuvo pendiente de un hilo durante un mes para, finalmente, darme una patada en el trasero. ¡Menudo proceder! Escribiré muy pronto a ese malhadado hombre, y en cuanto se ponga ante mis ojos le daré una patada que la recordará en sus carnes para siempre…Quien me insulte, ya sea lacayo, ya conde, merecerá mi desprecio”. “Usted puede tener sus razones para tolerarlo, pero le aseguro conde que yo cuento con las mías para no hacerlo”».
A partir de este momento Mozart realizará sus ideales de libertad como artista, sin imposiciones de ninguna clase, aún a fuer de su propia estabilidad económica y de su salud. Es el primer gran artista con total independencia, su drama personal y su tragedia abrirán el camino a los demás, con Ludwig van Beethoven [Bonn, 16 de diciembre de 1770-Viena, 26 de marzo de 1827] y Franz Peter Schubert [Viena, 31 de enero de 1797-ibídem, 19 de noviembre de 1828] a la cabeza.
-LA FRANCMASONERÍA Y SALIERI-
En diciembre de 1784 ingresa en la francmasonería. A pesar de continuar en la Fe cristiana-católica busca en el mundo iniciático del Gran Arquitecto una consecución de los paternales sentimientos de la hermandad universal, y las respuestas a sus preguntas sobre la vida y la muerte. Leopold se adhiere, asimismo, en 1785.
Tras algunos escarceos con lo lírico entra en contacto con el abate veneciano Lorenzo da Ponte, plasmando su colaboración en el grandioso éxito de Las Bodas de Fígaro KV-492 (Según Leopold Mozart: “Salieri y sus acólitos moverían cielo y tierra con tal de hacerlo caer en el estreno”), sólo empañado por las intrigas y envidias de los mediocres existentes en Viena. Su estreno en Praga rinde a sus pies a la capital de Bohemia y Moravia. El 28 de mayo de 1787 muere Leopold Mozart, Mozart había escrito que: “Después de Dios, papá”, su guía necesario que le habría evitado, indudablemente, las desgracias de los últimos años. La identificación de Mozart con la muerte es habitual en la relación epistolar paterno-filial, desde su ingreso en la masonería, esa premonición nunca le abandonará.
Durante el año 1787, llega el joven Beethoven a Viena para recibir: “el espíritu del divino Mozart, de manos de Haydn”. No obstante, existen dudas sobre la autenticidad del encuentro entre Mozart y Beethoven, pero la tradición escribe sobre una frase pronunciada por Mozart con respecto al joven maestro de Bonn: “no lo dudéis, este joven dará mucho que hablar de él”.
El 29 de octubre de 1787 estrena con éxito delirante Don Giovanni KV-527 (su magnífica obertura fue escrita el día antes del estreno) en el Teatro Nacional de Praga; será su canto del cisne, en cuanto a la efervescencia se refiere, con respecto al calor y la admiración que le profesan los checos. En Viena las “cosas” son muy diferentes, su popularidad está empañada por el éxito de otros maestros rivales y más poderosos, políticamente hablando, como son el valenciano Vicente Martín i Soler [Valencia, 2 de mayo de 1754-San Petersburgo, 30 de enero de 1806]; Karl Ditters von Dittersdorf [Laimgrube, 2 de noviembre de 1739-Neuhof, 24 de octubre de 1799] y el poderoso y críptico Antonio Salieri [Legnago, 18 de agosto de 1750-Viena, 7 de mayo de 1825], parecer ser que en los últimos años de su vida, demente senil y ciego, e ingresado en un hospital psiquiátrico, parece que se acuso a sí mismo de la muerte de Mozart.
En 1788 su situación financiera es ya muy precaria, comenzando a aparecer una serie de cartas dirigidas al comerciante vienés y compañero de logia masónica, M. Puchberg, en demanda creciente de dinero. Esta correspondencia humillante se prolongará hasta su muerte, las causas de su estado ruinoso abarcan desde su status de músico independiente hasta las costosas curas de la enfermiza Costanze en el balneario de Baden-Baden y, según se piensa en la actualidad, la desmedida afición de Mozart por el juego del billar y otros entretenimientos igual de caros, como por ejemplo la compra y manutención de un caballo.
-DIFICULTADES ECONÓMICAS Y SUS ENFERMEDADES FINALES-
El 26 de enero de 1790 se estrena una obra musical suave y refinada, con un raro manejo de la orquestación y los conjuntos “sobre la frivolidad de las mujeres de Viena”, la ópera Cosi fan Tutte KV-588 no gusta. La muerte de su mentor José II, en febrero, reduce el número de representaciones. La coronación de Leopoldo II de Habsburgo [Viena, 5 de mayo de 1747-EMPERADOR DEL SACRO IMPERIO ROMANO GERMÁNICO desde 1790 hasta, Viena, 1 de marzo de 1792] deja al margen a Mozart, a pesar de su condición de músico oficial, con una ridícula asignación anual, y no es invitado a la ceremonia.
Mozart parte entonces para Frankfort del Main, que es la ciudad de la coronación imperial, donde va a estrenar su Concierto para piano “de la Coronación”KV-537, sus medios de subsistencia ya están casi a cero.
El año 1790 está lleno de misterio y de un halo de obscuridad, enzarzado en turbios negocios con prestamistas y gente sin escrúpulos, en pos de algún alivio a su maltratada economía.
En Viena se le tiene por un hombre de mala reputación y con amistades peligrosas, y entonces, una depresión profunda se cierne sobre él, anulando su vena creativa. En los albores de 1791 Mozart intenta resurgir, en 21 días entrega con ayuda de su dilecto discípulo Franz Xaver Süssmayr [Schwanenstadt, 1766-Viena, 17 de septiembre de 1803] la ópera La Clemenza di Tito KV-621 para Praga, que la recibe con frialdad.
Entonces aparece el atrabiliario y misterioso conde Franz von Walsegg, quien era un plagiario, ya que se dedicaba a comprar obras de compositores célebres y las hacía pasar por propias, encargando esta Misa de Difuntos que pretendía utilizarla para el funeral de su esposa recientemente fallecida, por medio de su misterioso secretario (Franz Anton Leitgeb) (“hombre delgado y alto que se envolvía en una capa gris y vestido de negro”), estamos unos días antes del 26 de julio de 1791 y dentro del más absoluto anonimato va a encargarle una Misa de Réquiem KV-626; Wolfgang creyó ver en este hecho un siniestro presagio de su propia muerte. Wolfgang Mozart padeció, se piensa, múltiples enfermedades a lo largo de su vida: eritema nodoso, artritis reumatoide, fiebre tifoidea, viruela, probable síndrome de Tourette, depresiones ciclotímicas, amigdalitis aguda, bronquitis aguda, neumonía aguda, periodontitis, etc.
-SU TRÁGICA MUERTE-
Entre el 2 y el 3 de diciembre su enfermedad se agrava, llevaba en cama desde el 20 de noviembre, tras la composición del Concierto para clarinete KV-622 para su amigo A. Stadler y la Cantata Masónica KV-623, “siento que acabaré muy pronto de hacer música”.
El 4 de diciembre le dijo a su cuñada Sophie Weber, “tienes que quedarte aquí esta noche para ayudar a Costanze. Ya tengo el sabor de la muerte en la boca, la siento cerca”. La personalidad masónica de Mozart no estimuló el celo ni la prisa del sacerdote de la iglesia de Sankt Peter para la extremaunción, “fue muy inhumano”.
En la madrugada del 5 de diciembre del año 1791 muere Wolfgang Amadeus Mozart. Según Sophie Weber, los últimos suspiros de Mozart fueron: “como si hubiera querido con la boca, imitar los timbales de su Requiem”.
- N. von Nissen, diplomático danés y segundo esposo de Costanze Mozart escribió: “la enfermedad comenzó con la hinchazón de las manos y los pies, que estaban casi inmovilizados por completo, seguidos de vómitos repentinos…Hasta dos horas antes de su partida estuvo plenamente consciente. Su cuerpo se hinchó tanto que no podía levantarse de la cama o incluso moverse por sí mismo”.
Sophie y su suegra Cëcilia Weber le tejieron una chaqueta de noche: “que se podía poner por encima, ya que, debido a su estado de hinchazón, no podía girarse en la cama”. El domingo 4 de diciembre de 1791, hacia las doce de la noche, llegó el doctor Closset de la ópera y ordenó que se le pusiesen compresas frías sobre la frente para bajarle la fiebre, Sophie se opuso, ya que el cambio brusco de temperatura sería muy peligroso para el moribundo. En efecto, Wolfgang Mozart perdió el conocimiento, y ya no lo volvió a recuperar.
Se concertó un servicio funerario de tercera categoría, con un coste de ocho florines con cincuenta y seis kreutzer, más un suplemento de tres florines para abonar al coche fúnebre, lo habitual en los miembros de la burguesía media. Fue enterrado al anochecer y el cadáver envuelto en un sudario, fue arrojado a una fosa comunitaria o para indigentes en la iglesia de Sankt Marx, nadie acompañó al cadáver hasta su última morada y, al parecer, el cortejo tras el servicio religioso en la Catedral de Sankt Stephen se dispersó, aquella noche era suave y tranquila, con nieblas frecuentes; pero, no hacía frío, ni el tiempo era desapacible o lluvioso. Al entierro asistieron A. Salieri, F. Süssmayr, y el baron Gottfried van Swieten, y pocos más.
Aunque, paradójicamente, en el período posterior a su muerte, la reputación de Mozart ya se describe como: “una ola de entusiasmo sin precedentes”.
“Costanze no comuniques a nadie mi muerte antes de haber avisado a Johann Georg Albrechstberger, porque el puesto de kapellmeister de Sankt Stephen, que ya no puedo ocupar, le pertenece por derecho”.
Cuando al cabo de unos años la incosecuente Costanze acudió, ¡en 1801!, para hallar razón de sus restos, nadie pudo darle datos de su emplazamiento exacto.
-Cuadro realizado de Wolfgang Amadeus Mozart, tras su muerte en 1791-
-¿DE QUÉ MURIÓ MOZART?-
En el parte oficial se escribe “Fiebre Miliar”. Durante años se le hizo sucumbir de TBC o tuberculosis pulmonar, Insuficiencia Renal, secuelas de Fiebre Reumática, etc. e incluso de envenenamiento por medio de su “rival” A. Salieri, en una ceremonia masónica ritual.
Las últimas teorías apuntan a una enfermedad infecciosa aguda, probablemente una Fiebre Tifoidea agravada por una sangría (en diez años se le extrajeron 3 litros de sangre), pero no existe ninguna evidencia epidémica en la Viena del momento, también se mencionan secuelas de una Fiebre Reumática en la infancia.
En el acta de defunción oficial constaba que el compositor austriaco había fallecido a causa de una hitziges Frieselfieber o “fiebre miliar aguda”, refiriéndose a una erupción cutánea parecida a semillas de mijo, pero no se realizó la autopsia pertinente por el avanzado estado de descomposición del cadáver.
Se han propuesto multitud de teorías sobre la muerte de Wolfgang Amadeus Mozart, entre las que se han incluido desde la triquinosis, un proceso gripal agudo, un envenenamiento por mercurio, una extraña patología renal, la práctica de múltiples sangrías debilitadoras; pero, la versión más difundida se refiere a una fiebre reumática aguda que suele ser recurrente con daño en las válvulas cardiacas.
Casi nadie conocía sus dificultades económicas y tras su muerte el propio emperador otorgó una pensión a la viuda, por añadidura Federico Guillermo de Prusia compró manuscritos de Mozart por un precio muy elevado, incluso J. Haydn se lamentó de que no hubiese acudido a él, en demanda de ayuda.
Ahí quedó en la conciencia de la sociedad de Viena de su época, la muerte prematura de uno de los más grandes genios del orbe de la Música Culta de todos los tiempos, Joannes Chrysostomus Wolgangius Theophilus (su padre, nervioso, se equivocó al inscribirlo en su nacencia y puso el nombre en griego y no en latín, figura tachado y puesto encima el notorio Amadeus) Mozart.
-LAS OPINIONES DE LA HISTORIA SOBRE MOZART. SUS HIJOS-
“¿Quién es el más grande de los músicos? ¡Beethoven!, y ¿Mozart?, ¡Ah, el es único, y contiene toda la música!”(Gioacchino Antonio Rossini).
“Es posible que el talento musical aflore tempranamente en alguien, pues tengamos en cuenta que la música puede fluir espontáneamente prescindiendo de experiencias vitales. Sin embargo, el caso de Mozart se me antoja inexplicable. ¿Cómo, si no, podría manifestarse la Divinidad, a no ser por la evidencia de los milagros que se producen en algunos hombres, que no hacen sino asombrarnos y desconcertarnos? (Johann Wolfgang Von Goethe).
“Declaro ante Dios Todopoderoso y por mi honor, que considero a su hijo como el compositor más grande que conozco” (Franz Joseph Haydn).
“La estética moderna reúne bajo un solo concepto a Rafael, Racine, Mozart y Goethe” (E. R. Curtis).
“La pérdida de Mozart es irreparable. No podré borrar jamás de mi memoria sus interpretaciones pianísticas… ¡Dolían tanto en el corazón!”(F. J. Haydn).
“La verdadera grandeza de Wolfgang Amadeus Mozart reside en el hecho de que expresa los sentimientos de la humanidad de su época, no la nostalgia sentimental del pasado” (E. Dent).
Según F. X. Niemetschek, uno de los primeros biógrafos de Mozart: “no había nada especial en su físico…Era pequeño (medía 1’63 o 1’64 metros de altura) y su semblante, excepto sus ojos azules grandes e intensos, no mostraba ningún signo de su genio”.
Su esposa Costanze Mozart escribió: “era un tenor, bastante suave en la oratoria y delicado en el canto, pero cuando algo lo excitaba, o era necesario esforzarse, era tan poderoso como enérgico”
La hipótesis del asesinato por parte de A. Salieri ha resultado atractiva para la parafernalia mitológica de la posteridad, “lo sé, debo morir, alguien me ha dado agua tofana”, pero es pura leyenda basada en la ardiente y no del todo incomprensible animadversión de Mozart hacia Salieri; este era un hombre útil, un “empleado” imperial extremadamente conciliador, serio y responsable en su trabajo y un buen maestro, alumnos suyos serían Ludwig van Beethoven, Franz Peter Schubert y Franz-Ferenc von Liszt [Raiding, 22 de octubre de 1811-Bayreuth, 31 de julio 1886] entre otros de mayor o menor enjundia, además ganaba 800 florines al año y era kapellmeister de la Hofburg o Palacio Imperial de Viena, el más poderoso y el “factotum” de la música austriaca del momento histórico.
El veneno llamado acqua tofana proviene de una envenenadora siciliana llamada Giulia Toffana, la cual proveía de ella a las mujeres de Sicilia que deseaban eliminar a sus maridos. Cuando fue torturada, antes de ser ajusticiada en el año 1659 por garrote-vil, confesó que el preparado estaba conformado por arsénico, cimbalarias y esencias vegetales, era fácilmente utilizable al ser inodoro, insípido e incoloro.
Mozart no estaba hecho para la vida tranquila, era un genio y solo hallaría lo placentero en la tumba. “La grandeza de Mozart es sublime, todo es luz. Sólo luz”.“No puedes imaginar, Costanze, lo amables que estuvieron conmigo Salieri y Mme. Cavalieri y cuanto alabaron la composición de mi Flauta Mágica, haciendo elogios también de la trama y de la puesta en escena. Ambos dijeron que era una “operone” que merecía representarse en los festivales más importantes y ante los más augustos monarcas, y dijéronme además que asistirían a sus representaciones a menudo, ya que nunca habían contemplado tan grato espectáculo. Salieri escuchó embelesado desde la obertura hasta el coro final, y a cada una de las repeticiones añadía un ¡Bravo! o un ¡Bello!… Nuestro pequeño Karl estuvo muy contento de que lo llevase a la ópera.”(13 de octubre de 1791. Representación de “La Flauta Mágica”, en Viena).
Sólo le sobrevivieron dos hijos. El menor FRANZ XAVER WOLFGANG, nacido en septiembre de 1791, estudió en Viena con A. Salieri, Johann Georg Albrechtsberger [Klosterneuburg, 3 de febrero de 1736-Viena, 7 de marzo de 1809] y Johann Nepomuk Hummel [Pressburg-Bratislava, 14 de noviembre de 1778-Weimar, 17 de octubre de 1837]. Se le conoció con el nombre de WOLFGANG, compuso obras con gran estilo y elegancia, siendo reputado como un importante pianista, murió en Lemberg en 1844.
El otro hijo fue KARL THOMAS, cuyo modo de hablar y toscas maneras deploraría su padre, tras recibir “notas negativas” del colegio; llegó a ser un “caballero” apreciado en Milán donde tenía su empleo, más tarde compraría una finca en las proximidades del lago Como. Había nacido el 21 de septiembre de 1784, en Viena. “Su nombre todavía pervive en la memoria de los agradecidos nativos de aquel lugar merced a sus pródigos legados. Sus donaciones también fueron muy valiosas para las colecciones que se conservaron en los museos de Salzburgo. Hombre sensible y discreto, murió en el 31 de octubre de 1858. La fuente de su riqueza fueron los derechos que recibía de las óperas de su padre, y se sabe que la finca italiana la compró por la cantidad que le llegó como fruto de las representaciones de Las Bodas de Fígaro en París” (Schenk). W. A. Mozart anheló un mundo fraternal y deploró la injusticia, nunca orilló sus sempiternos ideales enhiestos en sus obras.
-BIBLIOGRAFÍA-
-HILDESHEIMER, W.: Mozart. Destino.
-BÖTTGER, D.: Mozart. Una biografía. Alianza.
-ABERT, H. (2007): W. A. Mozart. Yale University Press.
-CURZON, H. de (1966): Mozart. Tor.
-DEUTSCH, O. E. (1966): Mozart: A Documentary Biography. Stanford University Press.
-ROBBINS LANDON, H. C. (2005): 1791: El último año de Mozart. Siruela.
–SOLOMON, M. (1996): Mozart: A Life. Harper Perennial.
Me encanta Mozart, de hecho tengo lo más importante de su obra: sus 37 sinfonías y no 41 como se dice, sus 27 conciertos para piano y orquesta, sus 5 conciertos para violín y orquesta, sus magníficos divertimentos, sus óperas “La flauta mágica”, “Don Giovanni”, “Cosi fan tute”, sus otros conciertos para trompa, para oboe, para flauta, para clarinete, éste lo puso a mi nombre por mi encargo Radio Clásica de RNE.
Mozart es la cumbre del clasicismo musical, para mi a la par de Beethoven, éste del final del clasicismo y principio del romanticismo musical. del que también tengo lo mejor de su obra. Creo que son los dos más grandes compositores de la historia de la música clásica. De Beethoven tengo: las 9 sinfonías, su sin par concierto para violín y orquesta, el opus 61, del que no hay otro que lo iguale, lo mismo sucede con sus 5 conciertos para piano y orquesta, sobre todo el nº 5 “Del emperador”. La música de los dos la oigo cada día varias veces y también la de muchos otros, como Franz Joseph Haydn del que tengo sus 104 sinfonías, también del clasicismo, del que soy muy aficionado.