Por DR JOSE MARIA MANUEL GARCIAOSUNA y RODRIGUEZ
-ILTMO. SR. DR. DON JOSÉ MARÍA MANUEL GARCÍA-OSUNA Y RODRÍGUEZ-
-ACADÉMICO-CORRESPONDIENTE DE LA REAL ACADEMIA DE MEDICINA DE ASTURIAS (RAMPA).
-SOCIO DE NÚMERO DE LA ASOCIACIÓN ESPAÑOLA DE MÉDICOS ESCRITORES Y ARTISTAS (ASEMEYA).
-DOCTOR EN MEDICINA Y CIRUGÍA.
-MÉDICO DE FAMILIA-ATENCIÓN PRIMARIA
-RESUMEN-
El presente trabajo se refiere al enfrentamiento y muerte entre Vercingetórige/Vercingétorix [c. 80 a.C., Gergovia o Nemoso (Auvernia)-Roma, 46 a.C.] y Gayo Julio César, a muerte y por la libertad de la Gallia. Se realiza un estudio sobre esa guerra que tantas páginas ha llenado. Al final el Imperialismo de Roma llenará otra página sangrienta y genial de su historia. Su personalidad arrolladora conseguirá acaudillar a una parte importante de los galos melenudos, enfrentándose sin complejos al genial estratega Julio César.
Ha sido siempre enaltecido como la figura mítica y patriótica del pueblo francés. Los jóvenes de Francia lo han considerado su figura emblemática, entre 1870 y 1950. Era hijo del líder-vergobreto galo-arverno Celtilo (“Había detentado la primacía entre los arvernos”). Su padre fue acusado de querer restaurar la realeza entre los arvernos y condenado a morir quemado en la hoguera, su hermano Gobanitio participó en dicha sentencia. En este final del siglo I a.C., los pueblos celtas de la Galia eran gobernados por una aristocracia muy parecida al Senado de Roma.
El vergobreto era el magistrado superior entre los celtas, verbigracia para los heduos. Julio César los denomina como princeps civitatis o principatus o magistratus. No podía abandonar el hinterland de su pueblo: “Según las leyes de los heduos no era lícito al magistrado supremo salir de su distrito”; y por consiguiente se veía obligado a nombrar a un general para las guerras, pero limitándole el poder. Se conocen los nombres de algunos de estos vergobretos, tales como: entre los heduos: Lisco (58 a.C.); Valeciaco (53 a.C.), Convictolave (52 a.C.); Celtilo (¿?) para los arvernos; y Sedulo (dux et princeps lemovicum) entre los lemovices.
-BUSTO DE GAYO JULIO CÉSAR-
El descubrimiento del gran caudillo de los arvernos se producirá en el año 1828, cuando Amédée Thierry (¿?-1855) publica su obra: Histoire des Gaulois depuis les temps les plus reculés. El historiador Henri Martin en su obra Histoire de France populaire (1867-1875) calificó a los galos como altos y rubios, de ellos Vercingétorix era su paradigma. Rémi Mallet escribió: “Henri Martin consigue dotar a Francia y a los franceses de ancestros reales y simpáticos… Logró divulgar y que se admitiera definitivamente la existencia de Vercingétorix”. En 1884, el historiador francés Ernest Lavisse escribe en Histoire de France, cours moyen: “La Galia fue conquistada por los romanos, a pesar de la valerosa defensa del galo Vercingétorix, que fue el primer héroe de nuestra historia”.
A partir de ese momento el caudillo galo tiene una imagen moderna, que se analiza de continuo, aunque no queda otro remedio que ceñirse al patrón histórico enunciado literariamente por su archienemigo, el procónsul de Roma Gayo Julio César [Roma, 12/13 de julio de 100 a.C.-Roma, 15 de marzo de 44 a. C. Las Idus de marzo].
La obra que contiene más información sobre el líder arverno son los Comentarios de la Guerra de las Galias o Commemtarii de bello Gallico escritos por Julio César, y destinados a ser leídos en el Senado de Roma.
El Libro VII es el referido a la guerra contra Vercingétorix (el más grande rey de los guerreros. Era un hombre corpulento, de largo cabello y poblado bigote). César escribe en tercera persona, presentándose como el procónsul capaz de cumplir con su deber, y siempre muy respetuoso con mantener la legalidad de la república.
El nombre “César” se repite de continuo, es una especie de deus ex machina o elemento externo que resuelve una historia sin seguir su lógica interna, se refiere a cualquier acontecimiento cuya causa viene impuesta por necesidades de la propia narración.
El historiador Lucio Anneo Floro (n. c. 74), en su Historia Romana o Epitome de Tito Livio bellorum omnium annorum DCC, escribe que:”… hasta su nombre, Vercingétorix, parece hecho para crear el horror”.
El resultado final del genocidio cesariano de la Guerra de las Galias, según el historiador Plutarco de Queronea (Queronea, c. 46-50-Delfos, c. 120) sería: 800 ciudades conquistadas por Gayo Julio César, 300 tribus célticas sometidas, un tributo impuesto de más de 40 millones de sestercios para Julio César, un millón de galos vendidos como esclavos y 3 millones de galos eliminados físicamente de un total de 15 millones aproximadamente.
Los legados de Julio César en dicha campaña serían: su primo Lucio Julio César, Marco Antonio, Tito Acio Labieno, el joven Décimo Junio Bruto Albino, Gayo Trebonio, Aulo Hircio, Quinto Tulio Cicerón, Publio Licinio Craso, Quinto Titurio Sabino (+), Lucio Aurunculeyo Cota (+), Gayo Caninio Rébilo, Gayo Volcacio Tulo, Gayo Antistio Regino, Gayo Fabio, Marco Licinio Craso II, etc.
La edilidad y el consulado (año-58 a. C.) de Julio César le habían conducido casi a la ruina económica más absoluta; por lo que precisaba un éxito militar de relumbrón que lo encumbrase y lo enriqueciese a la par. Por consiguiente él había pensado, en primera instancia en realizar una campaña exitosa contra los dacios. Los galos eran civilizados y ricos, y sus tribus muy divididas y enfrentadas; algunos de ellos estaban ya bastante romanizados, llegando a mutar sus monarquías por formas republicanas.
Además, Roma respetaba y temía a los galos y a los germanos. En este momento histórico, el caudillo del pueblo germano de los suevos, Ariovisto (rex Germanorum), había penetrado en las Galias, para ayudar a los sécuanos y arvernos contra los eduos. Derrotados estos en Magetóbriga, por el influjo decisivo de los 15.000 soldados suevos, se convirtieron en tributarios de los sécuanos. Ariovisto se anexionó 1/3 de las tierras de los eduos/heduos y estableció allí a 150.000 suevos.
En el año 59 a.C., Julio César es cónsul y el Senado de Roma reconoce a Ariovisto como rex et amicus populi romani. A partir del año-58 a.C., Gayo Julio César será procónsul de la Galia Comata, de la Cisalpina y de Iliria.
Tras la muerte de su padre, inexplicablemente torturado por su propia familia, Vercingétorix se integraría en el ejército de Julio César, del cual llegaría a ser uno de sus contubernalis o ‘compañeros de tienda de campaña’.
-BUSTO DE MARCO ANTONIO-
I.-LA REPRESIÓN DE LOS GALOS POR GAYO JULIO CÉSAR-
“La Galia unida formando una sola nación, animada de un mismo espíritu, puede desafiar al universo” (Estatua de Vercingetórix en Alise Sainte-Reine. Napoleón III Bonaparte).
“Gallia est omnis divisa in partes tres. La Galia está dividida en tres partes”. Son las tierras habitadas por los aquitanos, los celtas y los belgas. Julio César se refiere así a las tres divisiones territoriales de la Galia Melenuda o Comata. Los galos eran unos 9-10 millones de personas libres. Los más importantes serían los: arvernos, ambianos, nerviones, eduos, carnutos, sécuanos y remos, etc.
En la primavera del año 53 a.C., Gneo Pompeyo Magno [Piceno, 106 a.C.-Pelusio, 48 a.C.], ya había enviudado de la hija de Gayo Julio César, Julia (59-54 a.C.), que sería su tercera esposa; antes lo había estado con Antistia Emilia (83-82 a.C.), Mucia Tercia (79-61 a.C.), su cuarta esposa y última sería Cornelia (52-48 a.C.); pero su ética romana le aconsejaba darle a César todas las facilidades posibles para que en la Galia Cisalpina pudiese equipar dos legiones suplementarias, la segunda XIV y la XV y detraer tropas de su primera destinada en Hispania y convertirla en la VI del ejército cesariano en las Galias. En el inicio sus legiones eran la: VII, VIII, IX-Hispana, X, XI, XII, todas ellas bajo su mando en la Hispania Ulterior (año-61 a.C.).
Por lo tanto, al final del invierno del mencionado año 53 a.C., el ejército de César era mejor y más fuerte que nunca; y, aunque había perdido 15 cohortes (fueron masacrados unos seis mil legionarios, con el ardiz de que si abandonaban el castro serían liberados) en la batalla de Atuátuca/Atuatuca Tungrorum frente a los galos eburones (pueblo belga de origen germánico/Germani cisrhenani o céltico; vivieron en el extremo norte de la Galia, entre los ríos Rin y Mosa) de Ambiórige/Ambiorix y de Catuvolco (a posteriori se suicidaría con el venenoso jugo del tejo-eburo), coaligados con los nervios; César ya había recuperado 30 cohortes. El terror legionario sería el arma utilizada para doblegar a los galos rebeldes.
-PLANO DE LA 1ª FASE DEL SITIO DE GERGOVIA-
En este año 53 a.C., los galos están más que hartos de esta larga guerra por su supervivencia. Según Julio César, Vercingétorix traicionó el tratado que tenía pactado con Roma, y reivindicó su derecho a la jefatura de la Galia Melenuda: “El resentimiento por la independencia perdida y la extenuación causada por el dominio romano crecían progresivamente, y cada vez más rápido, porque cada día este dominio se tornó más opresivo” (A. Thierry. Histoire des Gaulois, 1828).
En este año el SPQR sufre la gran derrota en la batalla de Carras/Carrhae contra los partos del spahbod (equivalente al generalísimo del ejército) Surena (84 a. C.-52 a.C. Era un hombre distinguido gracias a su riqueza y a su nacimiento en el seno de una noble familia armenia), del triunviro-procónsul de Siria Marco Licinio Craso [Roma, 115 a.C.-Carras, 12 de junio de 53 a.C.]
En marzo del año 53 a.C., César, devasta, sistemáticamente, el territorio de los galos nerviones; como represalia, a continuación exige que la asamblea general de los galos se reúna en el cuartel general romano de Samarobriva/Amiens, y bajo su presidencia, como no consigue el quorum necesario para semejante prepotencia disuelve la asamblea y comenzará las represalias:
- a) T. Labieno (tribuno de la plebe en el año 63 a.C.) persigue inmisericorde a los tréveres/tréveros, y los derrota mandados por Induciomaro.
- b) Ocupando el valle del Mosela mantiene a raya a Cingetórige/Cingétorix, otro de los caudillos de los tréveres, y pariente del anterior líder muerto.
- c) En el caso de los senones, su guardián Acco ha sido encadenado, mientras se conciertan las sanciones colectivas, que se han aplazado por la mediación de los fieles eduos.
- d) Las torturas a los carnutos son exageradas, invadiendo, también, su rica campiña, hasta que los remos hablan a su favor, en abril del año 53 a.C. La causa estribaba en que los comerciantes romanos de Orleans/Cenabum fueron masacrados por este pueblo galo. Julio César escribe que este crimen fue precedido de varias reuniones realizadas por este pueblo galo “en medio de los bosques”, llamado EL BOSQUE DE LOS CARNUTES.
- e) Y, por fin Julio César se vuelve contra los belgas, para apoderarse del refugiado rey de los eburones Ambiórige/Ambiorix, que ya no podrá escapar, a pesar de que intenta asilarse en el territorio de los aterrorizados tréveres, entre los espantados nerviones o entre los menapios que van a aceptar la tutela del atrebate Comio; intentará escapar río abajo, hacia el este, en la confluencia entre los ríos Mosela y Rhein, pero será interceptado, ya que Tito Labieno desciende por el curso inferior del Rhein-Rin y César remonta dicho río y lo alcanzan en el territorio de los menapios.
Las reivindicaciones del caudillo arverno se fundamentarán en la sólida posición política que posee, heredada de su padre. A pesar de su orfandad era muy estimado y respetado entre los miembros de su clan: “Vercingétorix, hijo de Celtilo, arverno, hombre joven que estaba entre los más poderosos de su país, cuyo padre se había convertido en el mayor príncipe de toda la Galia, y que fue muerto por sus compatriotas porque aspiraba a la realeza, convocó a los miembros de su clan y consiguió fácilmente encenderlos”.
Tito Labieno poseía unas tácticas militares terroríficas: mataba y decapitaba a los enemigos ya rendidos, se cita que incluso llegó a enterrar vivos a soldados enemigos rendidos. Los romanos consideraban que la crueldad precisa era admisible y correcta. En el año 51 a.C., Tito Labieno vería premiada su entrega con el cargo de procónsul de la Galia Cisalpina.
Julio César y Tito Labieno se reúnen en Bonn y construyen un puente sobre el Rhein para que sea posible transportar las tropas al otro lado del río, ya que el procónsul desea apartar a los eburones de la posible ayuda de un belicoso pueblo germano, el de los suevos.
Aterrorizando a aquellos regresa a la ribera izquierda del Rhein, instalando sus tropas de reserva en Atuátuca y organizará a unos 50.000 combatientes en tres cuerpos de ejército diferentes de las poblaciones vecinas, asolando las Ardenas a sangre y fuego, el caos más absoluto y sangriento llena todo el verano, pero a pesar de la destrucción del territorio eburón, Ambiórige no puede ser apresado.
Gayo Julio César, irritado, regresa a Reims, en septiembre del año 53 a.C. y allí impondrá taxativamente su voluntad a la asamblea gala, esta no tiene otro remedio que condenar a Acco a la pena de muerte romana por azotes, los galos abandonaron la reunión llenos de cólera y de odio, pero César no había podido encontrar al rebelde Ambiorix.
No obstante Julio César falseó la realidad e indicó, a Roma, que la Galia estaba ya pacificada. Cuando regresó a la Cisalpina ya sabía que la posibilidad de una rebelión era innegable. Para intentar evitarlo dejó dos legiones entre los belgas, en la frontera de los tréveres y las otras ocho en el territorio de la Céltica: dos en el sur de los lingones, que eran los aliados más seguros de Roma y seis entre los belicosos senones, con los impedimenta y el tesoro a las órdenes de T. Labieno.
El 13 de febrero del año 52 a.C., aprovechando los disturbios en Roma, en el 6ºdía de la luna del solsticio de invierno, los druidas galos daban, desde el bosque sagrado de los carnutos, la orden de rebelión general contra Julio César en toda la Galia Comata o Melenuda, era la gran fiesta de la recolección del muérdago.
La conjura anti-cesariana fue muy amplia y se juramentaron bajo la fe de los carnutos, los galos del oeste: aulerces y armoricanos, andes y turones, los del valle del río Sena, parisienses y senones y, por fin, arvernos, cadurcos y lemosines del Macizo Central. Vercingétorix será su jefe unitario y absoluto. No obstante, se enfrentará a la oligarquía arverna liderada por su tío-paterno Gobanitio, que conseguirá que lo expulsen de Gergovia/Clermont-Ferrand/Augustonemetum; el reclutamiento de tropas lo hará, pues, por la campiña gala de las proximidades.
II.-EL CARÁCTER Y LA PERSONALIDAD DE VERCINGETÓRIX-
-ESTATERO DE ORO, 52 a.C., VERCINGETÓRIX COMO APOLO-
No existen datos sobre su aspecto, ya que en las monedas-denarios de oro de 4 dracmas su cabeza está descubierta o con casco, y representa, con toda probabilidad, al dios Apolo y no a un rey. La profesora Brigitte Fischer subraya el aserto anterior, ya que imitan los estateros del padre de Alejandro III “el Grande” de Macedonia, es decir el rey Filipo II de Macedonia.
Existen 25 estateros de oro y 2 de bronce con el nombre del caudillo arverno grabado. Aunque su verdadero rostro podría ser el que figura en un denario romano acuñado en el año 48 a.C. por el cónsul Lucio Hostilio Saserna. La moneda nos muestra a un jefe galo con la cara demacrada, con semblante afligido, los cabellos largos peinados hasta la nuca, portando bigote y perilla.
En el momento de la acuñación, Vercingétorix estaba ya preso en Roma. Y es público y notorio que los romanos se sentían muy orgullosos de mostrar su monetario con los trofeos de los pueblos que derrotaban. Su paradójica ética será enaltecida por el propio C. Julio César con el fin de una auto-exaltación.
Según Plutarco y Dión Casio: Vercingétorix se parece a sus mejores compatriotas galos, en la elocuencia y el valor, pero los sobrepasa en el calor de los sentimientos y la lucidez de las concepciones. Crea una resistencia muy planificada, para hostigar de continuo a los romanos y, cosa rara entre los galos, realiza pactos con el resto de los galos para que acepten su objetivo de luchar contra Roma.
Detesta la servidumbre, ama el honor y la libertad, rechaza apasionadamente la tiranía de Roma, posee una espléndida energía, lo que se demuestra cuando a la cabeza de una banda de amigos y vagabundos conseguirá la jefatura de los arvernos, o cuando con toda frialdad indica a los sediciosos de su ejército que serán castigados con torturas, en la pira y condenados a ser mutilados.
-MONEDA DE 48 A.C., ACUÑADA EN ROMA. VERCINGÉTORIX CAUTIVO-
Pero como la mayoría de los galos adolece de la inflexible constancia de los romanos, lo que se demuestra en Avaricum y, sobre todo, en la debacle final frente a Alesia, donde abandonará sus estudiados métodos bélicos:
“Vercingétorix, para completar los regimientos, pidió a cada ciudad cierto número de soldados, declarando cuántos y en qué día se debían presentar (…) Con tales disposiciones en breve quedó reemplazado lo perdido en Avárico. Entre tanto, Teutómato, hijo de Olovicón, rey de nitióbroges (próximos a la moderna ciudad de Agen), cuyo mereció de nuestro Senado el nombre de amigo, con un grueso cuerpo de caballería y de mercenarios aquitanos se reunió con Vercingétorix” (Comentarios a la guerra de las Galias, VII, 31. Final de la confederación de los eduos, meses de abril y mayo del año 52 a.C.).
Aníbal Barca “el Grande” solía colocar a los galos-cisalpinos en el centro de su milicia, y controlaba su habitual inconstancia franqueándolos por los más rigurosos celtíberos.
Su imaginación es fecunda en ardides, pero irregular, desde una planificación de envergadura hasta una simplicidad que le conduce al desánimo y a la pasividad.
Es de una inteligencia pragmática vasta y flexible, que le permite apropiarse de las armas y la táctica del enemigo romano que es muy superior, estimando en su justa medida el valor de sus propios recursos y, en definitiva, siendo capaz de utilizar felizmente la diplomacia; pero a veces está sometido a una hipnosis mística que le arrastra a imprudencias sin cuento o lo paraliza en la inercia más deplorable; no se puede olvidar del poder de los sacerdotes o druidas entre los galos, en oposición a la nimiedad de su influjo entre los celtíberos.
Sus mayores errores provienen de la rudeza de su época y de la indigencia de la cultura de su pueblo, que desgarran a los galos en múltiples divisiones, de lo que se aprovechará la carencia de escrúpulos morales de Roma.
En el lado positivo de la balanza se encuentra el ímpetu y el candor de su juventud, lo que le permitirá contrapesar la habitual fortuna pseudodivina de todo un Gayo Julio César.
III.-GAYO JULIO CÉSAR ANTE LOS MUROS DE GERGOVIA-
-BUSTO DE DÉCIMO JUNIO BRUTO-
El fracaso de Julio César ante el cerco de Gergovia (Clermont-Ferrand), habría herido el amor propio del procónsul y perjudicaría su popularidad de general invencible (“que se había cumplido su deseo de abatir la vanidad gala así como de devolver el coraje a los suyos”) ante la opinión pública de Roma.
Cuando a primeros del mes de mayo del año 52 a.C. colocó a sus seis legiones al pie de la meseta donde se elevaba la gran fortaleza-oppidum de los arvernos, Vercingetórix ya estaba allí encerrado tras sus muros.
Mientras abrían las pertinentes trincheras en las pendientes que descendían hacia el río Auzon, los romanos contemplaron, con pavor, que el ejército galo con sus filas compactas, unido gentilidad a gentilidad, estaba fuera de las murallas.
Por entonces Convictovale, el caudillo eduo nombrado por César, ya se había pasado al bando de Vercingétorix.
Julio César esperó impaciente a los 10.000 caballeros que los eduos le habían prometido, pero su joven jefe, Litavico, se había pasado al bando de los insurgentes, secretamente. Ya a 45 km de Gergovia intentó sobornar a sus jinetes (indicando que César había mandado asesinar a los cabecillas eduos de tropas auxiliares romanas llamados Eporédorix y Viridómaro), por lo que César tuvo que salir a su encuentro con cuatro legiones, con lo que dejaba desamparado su campamento si a los arvernos se les ocurría atacar, pudo reconquistar a los eduos, pero Litavico se marchó con los confederados y sus propios legionarios comenzaron a desconfiar de aquellos aliados galos tan inestables. El golpe a los planes cesarianos fue terrible, ya que los eduos eran los que suministraban el grano para la alimentación de sus legiones. Entonces ordenó la confiscación de los bienes familiares de Litavico.
-BUSTO DEL LEGADO TITO LABIENO-
Plutarco escribe que: “Todo iba bien hasta el momento en que el pueblo eduo entró en guerra. Al unirse a los rebeldes, provocaron una profunda desazón en el ejército de César. Esa es la razón por la que levantó el campamento”.
César decidió, entonces, atacar de forma furibunda. Expulsó a los arvernos de la colina de La Roche Blanche (cerca del lago de Sarlieve) y la comunicó con su campamento principal por medio de dos trincheras paralelas y profundas (de 1’20 x 1’80 m), “fossamque duplicem duodenum pedum a maioribus castris ad minora perduxit”.
La caballería de los eduos y una de sus legiones atacaron los flancos enemigos en una maniobra de dispersión, confiaba en que un ataque frontal sorprendería a los galos y los haría retroceder, así podría destruir sus castros militares y asaltar la propia Gergovia, aprovechándose del estupor que les provocaría la temeridad del procónsul.
Al principio los planes de Julio César salen a pedir de boca, los legionarios saltan el muro exterior y arrasan tres campamentos con tanta saña y furia que Teutómato, el monarca de los nitiobroges, se despertaría sobresaltado y huiría medio desnudo; en las murallas sólo se observan a las mujeres con los pechos desnudos y las manos en actitud suplicante. El centurión M. Fabio es el primero en escalar las murallas, cuando de repente los defensores surgen por sorpresa y rechazan a esa atónita primera avanzadilla romana.
Julio César toca a retirada, pero la segunda oleada de cohortes romanas no lo escuchan y se enzarzan con los enemigos, los legionarios abandonan en desorden las alturas de los muros, aunque Vercingétorix no se atreve a perseguirlos, la milicia de Roma había perdido cerca de 700 infantes y 46 centuriones (sus soldados fueron duramente reprendidos por atacar sin haber recibido la orden para hacerlo).
Como César no tenía impedimenta adecuada para la poliorcética de un asedio en toda regla, tuvo que retirarse, eran los días finales del mes de junio del año 52 a.C. Cuando cruzaba el río Alier ya sin la persecución gala fue informado, por Eporédorix y Viridómaro de que Litavix estaba sublevando a los eduos; pero aquellos una vez llegados a Noviodunum liberaron a los rehenes galos de César, degollando posteriormente a todos los guardias del procónsul. Litavix llegó a Bibracte para negociar con el jefe Convictovale y el senado eduo la mejor forma de unirse a Vercingétorix.
Únicamente los lingones y los remos no asistieron a la asamblea de Bibracte, por ser leales a Roma, y los tréveros por estar en plena guerra contra los germanos. Ya es Vercingétorix el comandante en jefe de la alianza gala contra Roma.
IV.-LA DEFENSA ROMANA DE LA NARBONENSE, AÑO 52 A.C.-
A comienzos del año 52 a.C. César visita, en persona, la provincia de la Narbonense-Provenza para poderla fortificar. Con su sola presencia había estimulado el instinto de defensa de sus ciudades, Narbona, Nimes y Toulouse y la lealtad de los rutenos, que separados del global de su gentilidad se habían establecido en la Narbonense y subrayado su lealtad.
Su primo-hermano, Lucio César, como legado, estaba al cargo de henchir con nuevas levas los destacamentos que le había entregado; en poco tiempo dispuso de un efectivo de 22 cohortes. Así la Narbonense estaba defendida de todos los intentos de Vercingétorix, que había enviado mensajeros a las tribus de la periferia para buscar su apoyo, aunque la más belicosa e importante era la de los alóbroges, que establecieron guarniciones en los pasos del río Ródano y se negaron a adherirse a los planes de guerra total del caudillo de los arvernos; las tropas que aceptaron la propuesta del gran jefe galo se costearon los gastos de su movilización.
Los gabalos del territorio del Gévaudan fueron derrotados por los helvios del territorio del Vivarais; los envites de los rutenos del Rouergue y de los cadurcos del Quercy no pasaron del calificativo de algaradas y golpes de mano sobre algunos poblados de los volscos narbonenses romanófilos “ad fines Volcarum depopulandos”; pero en ningún momento pusieron en aprietos a la urbe de Nimes-Nemausus, de donde Gayo Julio César se había alejado contra opinionem omnium. Tras abandonar el cerco de Gergovia, Julio César se reunió con el victorioso T. Labieno y simuló un ataque contra Agedincum-Sens de los senones, pero sin desvelar cuáles eran sus verdaderas intenciones, su legado ya estaba combatiendo con dureza a los senones.
V.-LA OFENSIVA ROMANA EN UN PUNTO MÁS FAVORABLE PARA SUS INTERESES-
-BUSTO DE GAYO MARIO-
Los veteranos legionarios de Julio César destacaban por su destreza tanto en las labores de ingeniería militar (máquinas de asedio, verbigracia torres móviles, arietes, y artillería) como en las propias de los soldados. Medio siglo antes Gayo Mario había reformado las legiones romanas (los denominados mulus Marianus), que casi eran ya un ejército profesional. La disciplina militar de sus legionarios era de mucha dureza, destacaban, sobre todo, por ser muy disciplinados. Existían soldados de la Galia Cisalpina como infantería pesada no considerados romanos sensu stricto, y tropas auxiliares (caballería ligera númida; caballería pesada germánica y tracia; honderos baleares y ligures; arqueros cretenses y jinetes celtas).
La cohesión legionaria estaba garantizada por sus centuriones, 60 por legión y al mando de una centuria de 80 legionarios. En la Guerra de las Galias, Julio César destaca a algunos de ellos:
a)Publio Sextio, estuvo varios días enfermo y sin poder comer, no obstante estuvo organizando la defensa del castro hasta que se desmayó por las graves heridas sufridas.
b)Marco Petronio, murió sacrificándose al proteger la retirada sana y salva de sus hombres en Gergovia.
c)Tito Pulón y Lucio Voreno. Ambos a dos, en el año 54 a.C. se enfrentaron a un grupo numeroso de galos-nervios, los dos juntos lucharon y se salvaron en comandita, “pudiera juzgarse cuál aventajaba en valor al otro”.
Los galos eran fanáticos y valerosos, impresionables e imprudentes y, a veces, tendentes al pánico incoercible. Los galos sólo eran buenos como caballeros, pero su infantería no luchaba nunca fuera de la tierra batida de las murallas de sus pueblos y ciudades.
César necesitaba fijar a Vercingétorix en un lugar donde el caudillo de los arvernos fuese vulnerable a los picos, las palas y la ciencia de los legionarios y los ingenieros romanos, este lugar existía y se llamaba Alesia-Alise-Sainte-Reine, que se hallaba a medio camino entre las tierras de los titubeantes eduos y las de los lingones aliados de Roma, con estos fidelísimos aliados era con quién se uniría a T. Labieno y allí recibiría a la caballería que sus emisarios iban a traer desde la Germania.
Alesia (capital de los mandubios, aliados de los eduos) estaba sobre una acrópolis o atalaya natural o meseta del Mont-Auxois consagrada a sus divinidades por los galos: Alisanos, Ucuetis, Bergusia, y Moritasgo, y a los que unía, además la fe de los pueblos celtas por los santuarios, el territorio pertenecía a los mandubianos o secuanos del oeste del río Saona, ligados a la protección del procónsul y a la amistad del pueblo romano, y mandados por régulos con nombres tales como Q. Docio y J. Togirix.
Julio César los había separado de sus hermanos del este, hostiles a Roma, tras la campaña contra los helvecios (suevos) de Ariovisto, en los años 60 a.C. C. Julio César pensaba atraer a Vercingetórige a esta trampa para hundirlo como había hecho el gran Aníbal Barca con C. Flaminio en la batalla del lago Trasimeno (217 a. C.) en la Segunda Guerra entre Roma y Cartago.
Para ello César llega hasta el río Elaver-Allier, que riega y fertiliza la tierra de los arvernos, lo cruza al tercer día y llega al Loira, en el territorio de los eduos, sus jefes Eporedórix y Viridómar se presentan ante él, en Decize-Decetia, allí le informan que Litavix ha ido desde Gergovia (su deseo era abatir la vanidad gala así como de devolver el coraje a los suyos) hasta Bibracte (monte Beauvray), para sublevar a su pueblo, César los incita, sin ambages, a que perseveren en su lealtad, aunque sabe que ambos han dirigido la degollación de los comerciantes romanos en Noviodunum.
Desde aquí se dirige, saqueando cosechas y ganados, hasta el territorio de los senones, iter in Senones facere instituit. Pero a partir de aquí César no aclara cual es su siguiente itinerario, aunque se puede colegir que es al sur del monte Lassois y de los dos Jumelles, inde die tertio cum omnibus copiis (Labienus) peruenit.
Los comandantes romanos en Alesia, a las órdenes de Gayo Julio César serán: Tito Labieno (legatus pro praetore) y Gayo Trebonio (luego uno de sus asesinos en las Idus de Marzo), Marco Antonio comanda la caballería, 2.500 romanos morirían en dicha batalla.
La guarnición de Alesia está al mando de dos arvernos, Vercingétorix y el anciano Critognato. El ejército de liberación: dos arvernos Vergasilono y Vercasivelauno; dos eduos Viridómaro y Eporédorix; el atrebate Comio y el lemovice Sedulio. Las bajas entre los galos fueron unos 10.000 muertos.
VI.-LA DERROTA DE LA CABALLERÍA GALA-
“Cum Caesar in Sequanos per extremos fines Lingonum iter faceret, quo facilius praesidium prouinciae fieri posset” (Commentarii de bello Gallico. C. Iulius Caesar, VII).
Julio César manifiesta que va a dirigirse hacia los lugares de los fieles sécuanos del oeste de Alesia. Vercingétorix colige que Julio César es un fugitivo, fácilmente vencible. En Bibracte predica la guerra santa, apoyado por los druidas, contra los romanos, pero su confianza le impide esperar la reunión de los 200.000 guerreros necesarios para aplastar a Julio César.
En tres etapas Vercingetórige se presenta con sus contingentes de eduos y arvernos en Courceau, en los altos de Alesia, allí se juramenta con su caballería ante las divinidades galas de que no volverán a ver sus hogares con sus hijos, mujeres y padres, si no son capaces de atravesar, dos veces y al galope, las filas legionarias romanas.
Sus escuadrones se lanzan sobre los flancos y la vanguardia de las legiones de Julio César, el caudillo arverno, fatalista por antonomasia, sigue de lejos la batalla y se limita a implorar al cielo la victoria, los eduos van a llevar el peso de la acometida. César, de pronto, deja al descubierto a su caballería, que había estado protegida por la infantería y la impedimenta, que había sido duplicada en secreto, en ese momento los germanos bajan del otero, en tropel y al galope, y aplastan a los galos, a los que odiaban y despreciaban, sorprendidos por la acción tan fulminante, sus jefes Cottos, Cavarillos y el veleidoso adolescente Eporedórige son capturados; el resto vuelve grupas o cae muerto, la batalla pudo celebrarse en los alrededores de Aigany-le-Duc.
Al llegar la noche Vercingetórix levantó el campamento y se dirigió hacia la inviolable meseta de Alesia. Al día siguiente César, tras una marcha nocturna sin descanso y no superior a los 20 km, puesto que sus tropas estaban agotadas, comparecía ante los muros de Alesia, provocando espanto y pavor entre las filas de los galos; Julio César no pierde el tiempo y ordena la acampada de sus legiones en las colinas circundantes y, esboza el plan de operaciones, se halla a mediados de agosto del año 52 a.C.
Los mandubios salieron de Alesia, su capital, donde se había refugiado la confederación de tribus mandadas por Vercingétorix. Este ordenó que se introdujeran en la ciudad, asimismo, animales y avituallamiento. Los mandubios se presentaron ante Julio César pidiéndole ayuda, comida y protección; pero el procónsul se negó a ello, y estos galos murieron por causa de enfermedades o de hambre, estando situados entre Alesia y el castro de circunvalación de asedio de los romanos.
VII.-LA BATALLA POR ALESIA-
“Circa Alesiam uero tantae res gestae quantas audere uix hominis, perficere pene nullius nisi dei fuerit” (Veleyo Patérculo. HistoriaRomana, II).
Gayo Julio César sabe que Vercingetórige y sus 80.000 soldados sólo tienen víveres para un mes, a pesar de la quincena de razzias que llevan realizando para anegar suministros. El bloqueo va a ser implacable, además, a pesar de las apariencias, la posición de Vercingetórix no entorpece los planes de César; el monte Auxois, con sus abruptas rocas de 250 m. de altura había sido reforzado por muros conformados por vigas, listones, piedras y grava; el ataque frontal era imposible, pero el asedio era plausible.
-BUSTO DE GAYO JULIO CÉSAR-
César estableció su puesto de mando en el monte Flavigny, ya que su cima de 421 m sobrepasaba a la mayor de las alturas del Auxois. César puso a trabajar a sus 50.000 legionarios, con la finalidad de llevar a buen puerto su gigantesco programa bélico. Colocó a sus cohortes legionarias sobre las pendientes, en 23 campamentos o fortines (castella), que serían sus estacionamientos temporales; para proteger a sus trabajadores creó una gran trinchera de 6 m de ancho, entre los ríos Lutosa/Ose y Oserain.
Sus zapadores realizaron una contravalación ininterrumpida de 15 km de circunferencia u 11 millas romanas, ajustada a la cual se trazó una circunvalación, sólo interrumpida en los lugares, naturalmente accidentados, que en los 21 km de circunferencia sería el baluarte inexpugnable para todos aquellos que pretendiesen romper el cerco, tratando de auxiliar a los de dentro de Alesia.
Entre la contravalación y la circunvalación se extendía un espacio de 200 m, en cuyo interior las legiones de Julio César estaban protegidas para poder acampar sin sobresaltos, maniobrar, circular y combatir. César acumuló las mejores concepciones estratégicas del pasado y las creaciones más ingeniosas de su propio intelecto, por ello terraplenes y zanjas iban a ahogar a los galos.
Frente a la plaza fuerte cercada colocó los aguijones (“stimuli”), con sus afiladas puntas de acero enterradas a poca distancia unas de otras, permitirían que el agresor fuese herido en su primer ataque. A continuación estaban los denominados “lirios” (“lilia”), que conformaban un jardín sembrado de puyas aceradas y endurecidas al fuego, que sólo sobresalían 6 cm del nivel básico de la tierra; cerca de la doble trinchera o “vallum” se habían colocado los “cipos” que eran gruesas ramas de árboles afiladas en su parte superior y clavadas en agujeros de 0,90 m de profundidad de arcilla endurecida; los galos atacantes se empalarían, aquí, evidentemente en el contragolpe previsto.
Toda esta cadena de trincheras y muros de defensa, caballos de frisa, torres y trampas, creada por Julio César iba a dar buena cuenta de la primitiva bravura de los galos sublevados por Vercingetórige; y todas las obras serían terminadas en tres semanas.
La caballería gala intentó detener las obras, e inclusive derrotaron a sus homónimos romanos en la llanura de Laumes, pero tras un combate sin cuartel, la caballería gala quedó atrapada entre la caballería germánica y la gran fosa de agua; cuando abandonaron sus monturas y retornaron a Alesia, las puertas estaban cerradas y fueron masacrados.
Vercingétorix se dio cuenta, según John Sadler, que: “Lo que se necesitaba era un ejército de socorro, uno tan masivo, tan abrumador como un monstruo que se abriría paso a través de las líneas de César y terminaría la guerra de una vez por todas”.
VIII.-LA DERROTA Y LA RENDICIÓN DE VERCINGÉTORIX-
El jefe de los arvernos esperaba que su ejército de socorro, conformado por unos 200.000 soldados, pudiese derrotar a los legionarios de César y rompiese el cerco, pero lo único que se pudo contemplar, desde los muros de Alesia, fue el espectro del hambre.
Vercingetórix había multiplicado las precauciones para evitarlo, racionando los víveres y evitando sacrificar y comer a sus caballos, lo que era considerado como un sacrilegio para los pueblos celtas. Tras rechazar el consejo del valetudinario Critognato, que le aconsejaba que utilizase la antropofagia (sobre los que no estaban en condiciones de combatir) para paliar la hambruna galopante, y así poder disminuir más las raciones; se vio obligado a expulsar, de la ciudad, a las mujeres, niños y ancianos no combatientes, a los que el propio Julio César, cuidadoso al máximo de las raciones de sus propios víveres, también rechazó.
El 20 de septiembre del año 52 a.C. aparecieron los anhelados auxilios militares, pero ya era tarde, porque los soldados de Vercingetórige estaban extenuados y, para agravar más la cuestión, los cuatro jefes atacantes que llegaban tampoco se ponían de acuerdo en cómo conciliar sus planes con los asediados. Tres ataques furibundos contra las legiones de César fracasaron y en el último de ellos murió Sedulio que era uno de los gerifaltes de los lemovices o del Limousin; Vercasivelauno, primo de Vercingétorix, fue cogido prisionero y se capturaron 74 enseñas galas. En esta batalla van a destacar sus lugartenientes, Gayo Trebonio, Marco Antonio y Tito Labieno.
-RENDICIÓN DE VERCINGÉTORIX EN ALESIA. Lionel Royer (1899)-
Los jefes eduos ordenaron la retirada de sus tropas, aunque su vanguardia fue exterminada por César, 25 y 26 de septiembre de 52 a.C. Vercingetórix se quedaba abandonado a su suerte. Julio César acepta la rendición del galo-arverno siempre que le sean entregados jefes y armas.
Vercingetórige intenta ser la víctima propiciatoria de su pueblo, pero los galos no van a aceptar su inmolación, por lo que el caudillo arverno, vestido con su mejor armadura, y montando en su caballo de armas. “Ipse in munitionem pro castris consedit; eo duces producuntur, Vercingetorix deditur, arma policiuntur” (De Bellum Gallicae. C. Iulius Caesar, VII) se dirigió al galope hasta donde estaba el procónsul, Gayo Julio César, y se arrodilló ante él; César no se conmovió lo más mínimo y ordenó que lo encadenasen y tras mantenerlo seis años en cautividad, sería estrangulado y decapitado como colofón del desfile de la victoria de C. Julio César en Roma, el 26 de septiembre del año 46 a.C., en los calabozos de la prisión del Tuliano/Tullianum, pero hasta el año 49 a.C. había sido maltratado, de continuo, ya que iba encadenado en la cola del ejército cesariano encerrado en una jaula. Los hijos del caudillo arverno serían educados como ciudadanos romanos, dentro de la aculturación más absoluta.
Vercingetórige aguardará el suplicio final. “La inflexible crueldad del procónsul hacia el jefe que se había entregado a él con tanta generosidad y tanto fervor, inspira una reacción de repulsa y hasta incomprensible, ya que no puede olvidarse el cuidado que César ponía en mantener su reputación de hombre clemente. Quizá haya que buscar la causa de esta decisión en el amargo resentimiento que él experimentó no tanto hacia un antiguo amigo que lo había traicionado, como hacia un molesto adversario cuya apasionada acción había comprometido, en un momento crítico, su obra y su porvenir” (G. Carcopino. Julio César).
A otros jefes galos supervivientes les concedió la gracia de conservar la vida, pero los eduos y los arvernos fueron separados para ser utilizados como rehenes en el control y dominio de sus gentilidades, el resto de los soldados galos, en número de 40.000, fueron entregados como esclavos a los legionarios, uno para cada soldado romano.
Lucterio (jefe de los cadurcos), y el senón Drapes que comandaban los refuerzos de Alesia fueron derrotados en Uxeloduno (año-51 a.C.), otra importante fortaleza gala; tras su derrota, Gayo Julio César amputó las manos a todos los supervivientes, el hecho creó un terror pavoroso en el resto de los galos.
El Senado de Roma se negó a conceder a Julio César el derecho a celebrar “El Triunfo” en la urbe capitolina, este hecho despertaría un importante rencor en el procónsul, que desencadenaría, a posteriori, una guerra civil contra la aristocracia senatorial comandada por Pompeyo “el Grande”, ya entre los años 49 a 45 a.C. “Populi romani est propria libertas”.
-BUSTO DE GNEO POMPEYO MAGNO-
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–CURRICULUM UITAE-
-+HISTORIADOR DE HISTORIA-16.
-+-HISTORIADOR DIPLOMADO EN ESTUDIOS AVANZADOS DE HISTORIA ANTIGUA Y MEDIEVAL.
-+DEL INSTITUTO DE ESTUDIOS ZAMORANOS “FLORIÁN DE OCAMPO”. (CSIC).
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-LIBROS PUBLICADOS-
1.-EL GRAN REY ALFONSO VIII DE CASTILLA, “EL DE LAS NAVAS DE TOLOSA”. Editorial Alderabán/Alfonsípolis. 2012.
2.-BREVE HISTORIA DE FERNANDO “EL CATÓLICO”. Editorial Nowtilus. 2013.
3.-EL REY ALFONSO X “EL SABIO” DE LEÓN Y DE CASTILLA. SU VIDA Y SU ÉPOCA. Editorial El Lobo Sapiens/El Forastero. 2017.
4.-EL REY ALFONSO VII “EL EMPERADOR” DE LEÓN. Editorial Cultural Norte. 2018.
5.-URRACA I DE LEÓN. PRIMERA REINA Y EMPERATRIZ DE EUROPA. Editorial El Lobo Sapiens/El Forastero. 2020.
6.-EL REY RAMIRO II “EL GRANDE” DE LEÓN. EL “INVICTO” DE SIMANCAS. Editorial Alderabán/Alfonsípolis. 2021.