La restauración de parte de la colección bibliográfica de la Abadía del Sacromonte de Granada ha permitido sacar a la luz verdaderas “joyas” de la literatura religiosa custodiadas por el recinto monacal, como un incunable de Santo Tomás de Aquino, escrito en latín y fechado en 1497.
En la actualidad, este libro está siendo restaurado, junto a una copia manuscrita de un texto de San Juan de la Cruz, por la empresa granadina “Pergamentum”, gracias a un reciente convenio suscrito por la Abadía y la Fundación Caja Rural de Granada, que aportará los 3.360 euros del coste de la restauración de estas obras.
El abad, Juan Sánchez Ocaña, explicó a Efe que el libro forma parte de “una treintena de incunables” que se guardan en la Abadía y que llegó a Granada “procedente de Venecia, aunque no sabemos muy bien cómo”, apuntó Sánchez Ocaña.
Este incunable, encuadernado en piel gofrada con decoración vegetal geométrica y “con una letra gótica preciosa” -apunta el abad-, se encontraba bastante deteriorado, con roturas, desgarros y faltas de soporte, además de manchas de humedad en su interior.
El libro de Santo Tomás constituye uno de los incunables “más llamativos” de la colección de la Abadía, ya que, junto a sus grandes dimensiones “tiene la peculiaridad de haber sido utilizado continuamente por estudiosos” de lo que dan muestra las “numerosas anotaciones que incluye en los márgenes de sus páginas, una especie de glosas a las propias glosas escritas por Santo Tomás”.
Otra de las joyas de este impresionante archivo, también en proceso de restauración, es un manuscrito en castellano copia de un original de San Juan de la Cruz, titulado “Declaraciones sobre canciones que tratan de ejercitar el amor al alma”, que el santo escribió en 1580 durante su estancia de tres años en Granada, donde fue prior del Monasterio del Carmen de los Mártires.
El manuscrito, hallado por casualidad en una tienda de reliquias por uno de los abades del Sacromonte, quien lo adquirió para el archivo de la Abadía, recoge reflexiones que el santo escribió inspirándose en su poema místico “La Noche Oscura”.
Conservado en mejores condiciones que el de Santo Tomás de Aquino, se trata de un pequeño libro “muy coqueto”, encuadernado en piel gofrada con decoración vegetal y tapas de papelón, copia del original -que se encuentra en paradero desconocido- y “su copista fue casi con toda seguridad andaluz, por algunas características de su grabado”, comentó Sánchez Ocaña.
No menos valiosa es, sin duda, la colección de 22 manuscritos en árabe, escritos en Granada entre los siglos XII y XIV, cuatro de los cuales ya han sido recuperados por el Instituto Nacional de Restauración y otros se encuentran en proceso.
Entre ellos figura el “Tratado de Medicina” de Averroes, del que sólo se conservan dos o tres copias en el mundo.
El abad relató cómo tras la Reconquista, los libros fueron confiscados por La Inquisición y guardados en la Audiencia Provincial, donde permanecieron “olvidados” durante siglos.
Su proximidad con el Río Darro hizo que sufrieran un gran deterioro por la humedad, lo que finalmente propició su traslado a la Abadía del Sacromonte, donde actualmente son custodiados.
Estos textos “son muestras del patrimonio tan importante, no sólo bibliográfico, sino también pictórico y documental” que contiene la colección literaria de la Abadía del Sacromonte de Granada, que ésta se esfuerza en la actualidad por conservar, contribuyendo con esta restauración al mantenimiento del patrimonio histórico granadino y universal, para ésta y futuras generaciones.