Llegó el corinavirus, llegó el 14 de marzo el “estado de alarma” y el confinamiento… .
Y se empezó a ayudar a trabajadores (hasta al personal doméstico con contrato), autónomos, empresarios… .
Los hogares sin ingresos fueron los últimos de los que se acordaron. No tenían ingresos y no podían salir a la calle a buscar trabajo, ni a buscar como su subsistir… Ni siquiera a pedir limosna o tocar un instrumento en la calle para sacar unas monedas.
Ya en abril, ante el clamor popular y las quejas de asociaciones y colectivos, se empezó a hablar de adelantar el Ingreso Mínimo Vital que el gobierno solo quería dar en 2020 para hogares con menores. Se empezó a reclamar “rentas básicas de emergencia”, “ingreso Mínimo Puente”, “Renta Básica Universal”.
Pablo Iglesias decía que era urgente asegurar ingresos a esos hogares en abril. Escrivá anunciaba que el Ingreso Mínimo Vital estaría en mayo. Luego ya diría “que en la segunda quincena de mayo” y finalmente se aprobó el decreto en un consejo de ministros extraordinario el 29 de mayo para poder cumplir lo prometido.
Ese mismo día 29, el ministro Escrivá anuncia en la rueda de prensa que no se va a poder solicitar hasta el 15 de junio porque como son tan “buenos” quieren dar esos 17 días para que las personas consigan la documentación (como si alguien que no cobra nada necesita muchos papeles para demostrar su situación personal y económica).
Anuncian que las personas con menores lo cobrarán de oficio el 26 de junio sin que tengan que hacer nada. Que les enviarán un mensaje al móvil y carta. Si no les llega que esperen al 26.
Tras los largos 17 días de espera, el 15 de junio muchas personas empiezan a enviar su solicitud a través de la web de la Seguridad Social. Decían que sería sencillo… Y no lo es tanto, hasta el punto que bastantes personas tienen que pagar gestores o buscar personas o colectivos que los ayuden. Las oficinas de la Seguridad Social cerradas a cal y canto. Hasta el 25 de junio no empiezan a dar atención presencial con cita previa.
Llega el 26 de junio y se ve que el Ingreso Mínimo Vital llega de oficio a solo 75.000 familias con menores. A las otras familias con menores cuando preguntan les cuentan diferentes “cuentos chinos” para justificar que a ellos no les han pagado.
Más tomadura de pelo es para las personas que enviaron su solicitud telematicame: Les dicen que la pueden enviar a partir del 15 junio… Pero estamos a 3 de julio y no conozco a nadie que la haya enviado y que en su solicitud ponga “aprobada” o “rechazada”. Todas ponen “en estudio”.
¿Para que las hacen enviar a partir del 15 de junio si no las van a mirar? Luego dicen que están colapsados de solicitudes… como no van a estar colapsados si no las miran. Pero bueno, así han tenido entretenidas e ilusionadas a esas personas. Por cierto, ahora se comenta también que atenderán primero las solicitudes que se hagan presencialmente. Solo faltaba que eso fuera verdad y que alguien que lo solicitó el 15 de junio pasase a estar detrás de los que la están solicitando presencialmente ahora en julio.
Y ahora ha llegado el veranito. Ahora no tardarán en salir ministros, vicepresidentes y hasta el presidente diciendo que están con poco personal por las vacaciones.
Cuidado que llegamos a septiembre, pasan los tres meses desde la solicitud y tiran las solicitudes por “silencio administrativo”. Eso ya sería para cargarse políticamente a más de un canalla.
Y mientras tanto los hogares sin ingresos, que esos si se merecen salir a la ventana y al balcón todos los días cantando el “resistiré”. Los gobernantes no saben, ni se deben de imaginar, lo que es un hogar sin ingresos: La ansiedad, el estrés, los nervios, la inseguridad de no saber cuando demonios se va a cobrar… Y hasta las discusiones domésticas que se producen por la falta de dinero.
Los políticos deberían de probar a estar aunque sólo fuera un día sin dinero, sin poder comprar o pagar nada, haciendo malabares para subsistir.
Joaquín García Martín
Presidente Asociación Víctimas del Paro.