Y otros incidentes desagradables.
Fiestas que en honor a Cristo, a la Virgen, Santos, podria celebrarse con el acompañamiento de fragancias naturales y el calor de los corazones, más que la escenificación del ruido y la estridencia.
Así que, mi impulso renovador de sustentación a la fe se inclina más por el humo del incienso que por el de la pólvora. Bien en un sentido de purificación, como en la petición de dones o promesas, en un sentido de restauración del hombre; ya que el incienso también estremece el aire entre la tierra y el cielo.
En el futuro evolutivo tendria que contar más la prevención de daños, respeto por el medio ambiente y disminución de ruidos.
El incienso, puede trasformar un lugar en un instante, pasar de lo cotidiano a encontrar una presencia semidivina, liberandonos del desasosiego. En lo más magmático, sentirnos eternos, respirando la fragancia del universo; su humo es escritura en el espacio.
En nuestro contexto religioso y cultural simbólico-mágico es una realidad constante el uso del incienso. Así que vamos de alguna manera a conocer sus virtudes.
Es una gomarresina que brota en su extracción del Juníperus Thurífera, en forma de pequeños racimos, lágrimas o bolitas de varios tamaños, de tonalidades diversas de amarillo, limón, verdoso, ámbar, parduzco…El que mana del árbol se le llama en terminología comercial, incienso macho y al que se le extrae artificialmente, incienso hembra; llamado también el primero Olibano y mezclado a veces con bálsamo.
Su origen nos llega del Africa Oriental, sobre todo de Etíopia y Somalia. Abriendose a través de los mercaderes, rutas de comercialización con Asia y Europa, a veces realizando transacciones por otras mercancias, se estableció la ruta del incienso.
Cuando Alejandro Magno conquista Gaza, parte de su botin consistió en 500 talentos de incienso y 100 de mirra, que envió a Macedonia.
Herodoto cuenta que los árabes fueron obligados a pagar al rey Darío un tributo anual de 1000 talentos de incienso.
En la antiguedad los pueblos con cierto carácter de civilización solian usarlo para la purificación de lugares dedicados al culto divino.
En la Biblia tenemos la referencia de este elemento en muchos capítulos:
¿ Quien es ésta que sube del desierto como columna de humo/ Sahumada de mirra y de incienso/ Y de todo polvo aromatico? Cantar de los cantares 3: 6
Y Aarón quemará incienso aromático sobre él; cada mañana cuando aliste las lámparas lo quemará.
Y cuando Aarón encienda las lámparas al anochecer, quemará el incienso; rito perpetuo delante de Jehová por vuestras generaciones. Ex 30: 7,8
Multitud de camellos te cubrirá; dromedarios de Madián y de Efa; vendran de Saba, traeran oro e
incienso, y pregonando las glorias de Jehová. Is 60: 6
…Ofrecieron incienso a las puertas de las casas y en las calles…1 Macabeos 1: 58
Esta sustancia en forma de gotitas una vez secas, se hacen duras como cristalitos, para disfrutar de su aroma, es necesario, disponer de algunos carboncillos y una vez convertidos en brasas, se colocan las piezas de esta resina, que al derretirse sueltan el preciado humo oloroso.
Entre los egipcios era muy común en el culto a sus dioses, para aplacar su ira ; purificación de lugares y ropas o sistema de fumigación.
En la cultura hindú la ofrenda es inmensa, desde la antiguedad hasta hoy, con altarcillos en cada casa, comercios, templos, y en las tiendas blancas de los guerreros en medio de grandes extensiones de desiertos o espacios verdes, se erigian altares donde se llevaban a cabo ofrendas a los dioses con el preciado incienso, rodeado de guirnaldas de flores y banderas.
En Japón sobre el s.VI d.C. los monjes budistas lo introducen en sus habitos de purificación. En el s.XIV los guerreros samurais perfumaban sus cascos y armaduras para darles un halo de invencibilidad. El perfume del Koh incienso de alta calidad perdura en la sociedad actual.
En el culto cristiano se cotidianiza en la liturgia, desde el s.V, tanto en la iglesia oriental como en la occidental, adquiriendo importancia en el transcurso del tiempo, colocando incensarios fijos en el s VIII. Se reza y se bendice al incienso con la supuesta esperanza de recibir auxilio en el oficio divino.
En la actualidad se usa internacionalmente para disfrutar del tiempo en la práctica de la relajación y la meditación.