¿Sólo tenemos que ir a recogerla? Algunos investigadores creen
que existe agua en la Luna, al alcance de los exploradores humanos.
La Luna, el primer objeto del cielo nocturno que hemos visto la mayoría de nosotros, continúa siendo un misterio.
Tormento de poetas, buscada por jóvenes
enamorados, estudiada intensamente por astrónomos durante
cuatro siglos, examinada por geólogos durante los últimos
cincuenta años, visitada por doce humanos, ese es el satélite de la
Tierra.
enamorados, estudiada intensamente por astrónomos durante
cuatro siglos, examinada por geólogos durante los últimos
cincuenta años, visitada por doce humanos, ese es el satélite de la
Tierra.
Y ahora, cuando estamos pensando en construir allí una casa
permanente, surge la pregunta primordial: ¿Hay agua en la Luna?
Aunque no haya sido detectada de manera definitiva, evidencia
reciente sugiere que sí existe.
permanente, surge la pregunta primordial: ¿Hay agua en la Luna?
Aunque no haya sido detectada de manera definitiva, evidencia
reciente sugiere que sí existe.
¿Por qué ha de existir agua en la Luna? Sencillamente por la
misma razón que hay agua sobre la Tierra. Una de las teorías
preferidas es que esa agua como tal, o sus componentes hidrógeno
y oxígeno, fue depositada sobre la Tierra durante su temprana
historia, (principalmente durante el final de un "período intenso de
bombardeo" hace 3 mil 900 millones de años), por los impactos de
cometas y asteroides. Como la Luna comparte la misma zona del
espacio que la Tierra, también debe haber recibido su porción de
agua. Sin embargo, dado que tiene solo una pequeña parte de la
gravedad terrestre, la mayoría del agua que llegó a la Luna debe
haberse evaporado, y flota desde hace mucho tiempo en el espacio
exterior. La mayoría, pero quizás no toda.
misma razón que hay agua sobre la Tierra. Una de las teorías
preferidas es que esa agua como tal, o sus componentes hidrógeno
y oxígeno, fue depositada sobre la Tierra durante su temprana
historia, (principalmente durante el final de un "período intenso de
bombardeo" hace 3 mil 900 millones de años), por los impactos de
cometas y asteroides. Como la Luna comparte la misma zona del
espacio que la Tierra, también debe haber recibido su porción de
agua. Sin embargo, dado que tiene solo una pequeña parte de la
gravedad terrestre, la mayoría del agua que llegó a la Luna debe
haberse evaporado, y flota desde hace mucho tiempo en el espacio
exterior. La mayoría, pero quizás no toda.
Antiguamente, los observadores creían que la Luna tenía agua en
abundancia. De hecho, llamaron mares a las grandes llanuras de
lava como la Mare Imbrium. Pero cuando Neil Armstrong y Buzz
Aldrin aterrizaron en la Luna en 1969, no pisaron agua en el Mar
de la Tranquilidad, pero sí roca basáltica. Nadie se sorprendió de
eso; la idea de los mares lunares había sido reemplazada hacía
décadas por la de llanuras de lava.
abundancia. De hecho, llamaron mares a las grandes llanuras de
lava como la Mare Imbrium. Pero cuando Neil Armstrong y Buzz
Aldrin aterrizaron en la Luna en 1969, no pisaron agua en el Mar
de la Tranquilidad, pero sí roca basáltica. Nadie se sorprendió de
eso; la idea de los mares lunares había sido reemplazada hacía
décadas por la de llanuras de lava.
A mediados de los años 60, durante la preparación del programa
Apolo, las preguntas sobre la presencia de agua en la Luna no
tenían una alta prioridad. Los geólogos y astrónomos estaban
divididos en ese momento sobre si la superficie lunar era el
resultado de fuerzas volcánicas interiores o de fuerzas cósmicas
exteriores. Grove Carl Gilbert ya tenía la respuesta en 1893. Este
famoso geólogo sugirió que grandes objetos asteroidales golpearon
la Luna, formando sus cráteres. Ralph Baldwin articuló la misma
idea en 1949, y Gene Shoemaker revivió nuevamente esa idea
alrededor de 1960. Shoemaker, casi solo entre sus geólogos
contemporáneos, vio a la Luna como un importante objetivo en la
Geología de campo. Vio los cráteres de la Luna como lógicos
lugares de impactos que no se formaron gradualmente durante
eones, si no explosivamente en segundos.
Apolo, las preguntas sobre la presencia de agua en la Luna no
tenían una alta prioridad. Los geólogos y astrónomos estaban
divididos en ese momento sobre si la superficie lunar era el
resultado de fuerzas volcánicas interiores o de fuerzas cósmicas
exteriores. Grove Carl Gilbert ya tenía la respuesta en 1893. Este
famoso geólogo sugirió que grandes objetos asteroidales golpearon
la Luna, formando sus cráteres. Ralph Baldwin articuló la misma
idea en 1949, y Gene Shoemaker revivió nuevamente esa idea
alrededor de 1960. Shoemaker, casi solo entre sus geólogos
contemporáneos, vio a la Luna como un importante objetivo en la
Geología de campo. Vio los cráteres de la Luna como lógicos
lugares de impactos que no se formaron gradualmente durante
eones, si no explosivamente en segundos.
Los vuelos del Apolo confirmaron que el proceso geológico
dominante en la Luna es el de los impactos. Ese descubrimiento, a
su vez, introdujo una nueva pregunta: Ya que probablemente el
agua de la Tierra fue depositada en gran medida por cometas y
asteroides, ¿Podría este proceso haberse repetido en la Luna?, y
¿podría encontrarse algo de esa agua allí todavía?
dominante en la Luna es el de los impactos. Ese descubrimiento, a
su vez, introdujo una nueva pregunta: Ya que probablemente el
agua de la Tierra fue depositada en gran medida por cometas y
asteroides, ¿Podría este proceso haberse repetido en la Luna?, y
¿podría encontrarse algo de esa agua allí todavía?
En 1994, la nave espacial Clementine de SDI-Nasa orbitó la Luna y
trazó un mapa de su superficie. En un experimento, la Clementine
emitió señales de radio en los sombreados cráteres cerca del polo
sur de la Luna. Las señales de regreso, recibidas por antenas en la
Tierra, parecían venir de material helado.
trazó un mapa de su superficie. En un experimento, la Clementine
emitió señales de radio en los sombreados cráteres cerca del polo
sur de la Luna. Las señales de regreso, recibidas por antenas en la
Tierra, parecían venir de material helado.
Eso tiene sentido. Si hay agua en la Luna, probablemente esté
escondida en las sombras permanentes de cráteres profundos,
fríos; helada y sólida, y a resguardo de su vaporización por la luz
del Sol.
escondida en las sombras permanentes de cráteres profundos,
fríos; helada y sólida, y a resguardo de su vaporización por la luz
del Sol.
Hasta aquí todo parecía enlazar bien, pero… los datos de la
Clementine no eran concluyentes, y cuando los astrónomos
intentaron encontrar el hielo en los mismos cráteres usando el
gigante radar de Arecibo en Puerto Rico, no lo consiguieron. Quizá
Clementine, de alguna forma, se había equivocado.
Clementine no eran concluyentes, y cuando los astrónomos
intentaron encontrar el hielo en los mismos cráteres usando el
gigante radar de Arecibo en Puerto Rico, no lo consiguieron. Quizá
Clementine, de alguna forma, se había equivocado.
En 1998, la Nasa envió otra nave espacial, la Lunar Prospector, a
comprobarlo. Utilizando un dispositivo llamado espectrómetro de
neutrones, Lunar Prospector exploró la superficie de la Luna en
busca de minerales ricos en hidrógeno. Nuevamente los cráteres
polares emitieron una señal intrigante, las proporciones de
neutrones indicaban hidrógeno. ¿Podría ser esto el "H" en el H2O?
Muchos investigadores creen que sí.
comprobarlo. Utilizando un dispositivo llamado espectrómetro de
neutrones, Lunar Prospector exploró la superficie de la Luna en
busca de minerales ricos en hidrógeno. Nuevamente los cráteres
polares emitieron una señal intrigante, las proporciones de
neutrones indicaban hidrógeno. ¿Podría ser esto el "H" en el H2O?
Muchos investigadores creen que sí.
El Lunar Prospector fue sacrificado en aras de la búsqueda.
Cuando terminó la principal misión de la nave espacial, la Nasa
decidió estrellar el Prospector cerca del polo sur de la Luna,
esperando liberar un poco de la fina capa de agua. El satélite de la
Tierra podría convertirse brevemente en un cometa que libera
alguna cantidad de vapor de agua.
Cuando terminó la principal misión de la nave espacial, la Nasa
decidió estrellar el Prospector cerca del polo sur de la Luna,
esperando liberar un poco de la fina capa de agua. El satélite de la
Tierra podría convertirse brevemente en un cometa que libera
alguna cantidad de vapor de agua.
El Lunar Prospector se estrelló, tal como estaba planeado, y
varios equipos de investigadores trataron de descubrir la nube,
pero sin éxito. O no había agua, o no había suficiente agua para ser
descubierta por los telescopios terrestres, o bien los telescopios no
estaban apuntando al lugar correcto. En cualquier caso, no se
descubrió agua tras el impacto del Prospector.
varios equipos de investigadores trataron de descubrir la nube,
pero sin éxito. O no había agua, o no había suficiente agua para ser
descubierta por los telescopios terrestres, o bien los telescopios no
estaban apuntando al lugar correcto. En cualquier caso, no se
descubrió agua tras el impacto del Prospector.
En el 2008, la Nasa planea enviar una nueva nave espacial a la
Luna. El Orbitador de Reconocimiento Lunar (LRO siglas en inglés
de Lunar Reconnaissance Orbiter), dotado de sensores avanzados
que pueden detectar el agua de cuatro formas distintas. Los
científicos están esperanzados que LRO responda a la cuestión del
agua en la Luna de una vez por todas.
Luna. El Orbitador de Reconocimiento Lunar (LRO siglas en inglés
de Lunar Reconnaissance Orbiter), dotado de sensores avanzados
que pueden detectar el agua de cuatro formas distintas. Los
científicos están esperanzados que LRO responda a la cuestión del
agua en la Luna de una vez por todas.
Nuestro interés no es únicamente científico. Si realmente
debemos construir una base en la Luna, la presencia de agua allí
significaría una gran ventaja para su construcción y utilización.
Han pasado 35 años desde que pusimos el primer pie en la Luna.
Ahora, ojos ambiciosos ven a nuestro satélite no como un lugar
para visitar, sino como un lugar para vivir.
debemos construir una base en la Luna, la presencia de agua allí
significaría una gran ventaja para su construcción y utilización.
Han pasado 35 años desde que pusimos el primer pie en la Luna.
Ahora, ojos ambiciosos ven a nuestro satélite no como un lugar
para visitar, sino como un lugar para vivir.
Créditos y Contactos
Autores: David H. Levy, Dr. Tony Phillips
Funcionario Responsable de Nasa: Ron Koczor
Editor de Producción: Dr. Tony Phillips
Curador: Bryan Walls
Relaciones con los Medios: Steve Roy
Traducción al español: Xavier Civit / Carlos Román
Editor en español: Héctor Medina
Autores: David H. Levy, Dr. Tony Phillips
Funcionario Responsable de Nasa: Ron Koczor
Editor de Producción: Dr. Tony Phillips
Curador: Bryan Walls
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Traducción al español: Xavier Civit / Carlos Román
Editor en español: Héctor Medina
El Directorio de Ciencias del Centro Marshall para Vuelos
Espaciales de la Nasa patrocina el Portal de Internet de
Science@NASA que incluye a Ciencia@NASA. La misión de
Ciencia@NASA es ayudar al público a entender cuán emocionantes
son las investigaciones que se realizan en la Nasa y colaborar con
los científicos en su labor de difusión.
Espaciales de la Nasa patrocina el Portal de Internet de
Science@NASA que incluye a Ciencia@NASA. La misión de
Ciencia@NASA es ayudar al público a entender cuán emocionantes
son las investigaciones que se realizan en la Nasa y colaborar con
los científicos en su labor de difusión.
Este artículo fue traducido al español con el apoyo de
Astroseti.org
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Enlace directo al artículo original en español:
http://ciencia.nasa.gov/headlines/y2005/14apr_moonwater.htm
?list374952
http://ciencia.nasa.gov/headlines/y2005/14apr_moonwater.htm
?list374952