Hace algo más de 44 años estaba en el vientre de mi querida madre, desde ese momento sé que era todo felicidad por parte de ella; deduzco que sentir que llevas un fetodentro de ti, que lleva tu sangre, que es carne de tú carne es algo único y especial, y más cuando se trata de un ser que va a venir al mundo porque así lo has querido. Pero también soy consciente que desde los comienzos del embarazo empecé a dar la vara a mi querida madre, muchos días, semanas y meses ingresada por algunas complicaciones. Desde chico ya daba guerra, ¿pero qué madre no aguanta eso? jajajaja.
Nací un 23 de mayo llorando como cualquier bebé recién nacido hasta que me pusieron en los brazos de mi madre, sentir su presencia como sentía sus latidos del corazón hizo que me calmara, y ya aun teniendo algunos años de vida no tenía ninguna duda que me sentía el niño más feliz del mundo por tener dicha madre.
Vas creciendo y vas adquiriendo una educación, valores y gracias a esos valores soy la persona que soy, una persona con unos valores y una manera de pensar que en mi sano juicio son los apropiados y gracias a ellos también se los voy inculcando poco a poco a mis hijos.
Todo es maravillo en los buenos y grandes momentos, pero ¿cuándo llegan los momentos malos? Ahí es cuando te das cuenta lo que vale una madre, y esa es la suerte que he tenido, tengo y tendré. En los momentos malos ha sido todo mi apoyo emocional, mental, mi compañía, la que todos los días me llamaba por teléfono para levantarme el ánimo, la que hacía para que me sintiera feliz, la que me imponía que tenía que cambiar el chip.
En conclusión, una madre que sufría por dentro y que la única obsesión era desear ponerse en el lugar de su hijo solo para que éste saliera de ese pozo en el cual estaba metido, preferiría estar mal para yo estar bien, digamos que un cambio de papeles. Ante todos estos actos que puedo decir, solo dar las gracias y repetir una y mil veces gracias y decirle lo mucho que la quiero. Nunca podré pagarte todo lo que has hecho y sigues haciendo por mí y lo que seguirás haciendo.
Y qué decir del papel de abuela, la ¨abu¨ para mis niños y principalmente para mi niña, mi princesa, esa confianza que tienen ambas, esa complicidad, esa ternura que le ofrece a su nieta, esa paciencia, dedicación , amor, cariño, absolutamente todo, y por eso solo puedo decirte por aquí que gracias y mil gracias porque sé que mi niña se siente feliz y orgullosa de la abuela que tiene como la que yo tenía, no tengo ninguna duda que mi abuela desde ahí arriba me dice todas las noches que gran madre tienes, y que gran abuela es, y en mis pensamientos me digo, al igual que tú abuela, por eso siempre quería estar contigo, como le pasa a mi hija con mí madre, que siempre me pide a voces ¨por favor quiero ver a la ¨abu¨, que venga a verme, por favor llama a la abu y dile que venga o como hace algunas veces, directamente llama a su ¨abu¨ y le dice, ven que quiero verte y estar contigo.
Como sé que no puedo pagarte todo el bien que recibo por tu parte y el bien que haces a mis hijos desde aquí quiero darte y en voz alta, GRACIAS, GRACIAS Y GRACIAS MAMÁ, que me siento muy orgulloso y feliz por tener una madre como tú y no me dejes nunca por favor, porque sin ti no se quería sería de mí, gracias por tus consejos, por tu apoyo y por estar ahí cuando más te he necesitado y pedirte perdón por las veces que te he fallado, que sé que han sido muchas y que por desgracia o por mi forma de ser o por las piedras que me ha puesto la vida por el camino nunca he llegado a ser el hijo perfecto, y tan cariñoso como te mereces.
Esta mañana he salido a andar con mi mp3 escuchando música y me sentía feliz pero a la vez reconozco que he llorado pero no por tristeza, era emoción, de alegría y de pensar en la suerte que tengo de tener una madre así, y sí! soy un hombre pero reconozco que soy una persona emotiva y muy sensible, el simple hecho de pensar en la madre que tengo ha hecho que llorase de emoción porque tengo un madre que no tiene precio y que igual no me merezco.
Me despido diciéndote que te QUIERO MUCHÍSIMO, que siempre me tendrás para todo y por favor a pesar de mis problemas se feliz porque como bien me dices muchas veces es una obligación el ser feliz, que no tengo ninguna duda que ambos seremos felices porque nos lo merecemos, porque la vida nos debe ese derecho, por tantas acciones tan buenas que hacemos y aportamos a muchas personas a lo largo de nuestra vida.
Atentamente con todo mi cariño y amor, tu hijo Alejandro Rodríguez Ronda que te QUIERE MUCHO. Un beso tan grande como la luna llena en todo su esplendor.
TE QUIERO MAMÁ