El milagro almeriense ha perdido a uno de sus héroes más reconocidos: Gabriel Barranco Fernández, quien ha fallecido dejando para la posteridad una de las biografías agrícolas más sólidas y brillantes, no solo de la agricultura intensiva, sino de todo el tejido empresarial de la provincia.
Nació en 1941 en Las Salinas de Guardias Viejas, en el seno de una familia de profundas raíces agrícolas. A partir de esa experiencia, forjada desde la más tierna infancia, Gabriel decidió labrarse un futuro con el mismo entusiasmo y decisión que había aprendido labrando la tierra. Esa determinación le llevó a embarcarse en la aventura empresarial y vital de ser socio fundador de alhóndigas como Agroejido, Agroponiente y La Unión.
Esta última representa su legado más importante, al convertirse en la firma líder del sector comercializador, combinando las claves de la empresa familiar con las orientaciones más avanzadas propias de una gran compañía hortofrutícola como es en la actualidad. Innovación, crecimiento y el apoyo de la familia, comenzando por apoyo de su mujer Rosario Martín, presidenta de la Unión y por su hijo Jesús, que ejerce como CEO en la etapa más brillante de la casa. Buena parte de estas virtudes obraron en la concesión en 2015 del Premio al Compromiso Empresarial a Alhóndiga La Unión.
Los 81 años de la vida de Gabriel Barranco incluyen los sesenta más apasionantes de la historia de Almería, gracias especialmente, al sello y la impronta de personajes como él. Imposible olvidar a Gabriel Barranco Fernández.