según se desprende de un documento de posición al que ha tenido acceso EL PAÍS. “En situaciones excepcionales, debe permitirse a los Estados miembros adaptar la formación del precio de la electricidad a sus situaciones específicas”, dice el texto, que propone una herramienta para desvincular el efecto del elevado valor del gas sobre el precio final de la energía, rompiendo de forma extraordinaria con el mecanismo de precios que rige actualmente en la UE. El objetivo es que España (y los países que quieran adherirse a la propuesta) puedan beneficiarse en la factura final del menor coste de las energías limpias.
La reclamación española aparece plasmada en un documento oficioso distribuido por España unas horas antes de que los ministros europeos de Energía celebren en Luxemburgo una reunión extraordinaria para estudiar medidas frente a una crisis energética que amenaza la incipiente recuperación tras la crisis provocada por la covid-19.
Con esta propuesta, el Gobierno pretende romper con el actual mecanismo de fijación de precios marginalista, que rige en toda la UE, en el que la energía más cara que entra en el sistema marca el precio de todo el resto de fuentes. El sistema ha disparado las tarifas de la electricidad como consecuencia del encarecimiento a escala global del precio del gas, con independencia de que en varios países, entre ellos España, la producción de renovables permitiría ofrecer al consumidor una energía más barata.
La rompedora propuesta revela que España ha perdido la paciencia con “los tiempos de Bruselas”, como definió el pasado jueves el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, la lenta reacción de la Comisión Europea frente a la escalada de los precios de la electricidad. Con este contraataque el gobierno español quiere seguir su propio ritmo, mucho más acelerado, y persigue, ante la pasividad de Bruselas en el corto plazo, que al menos se le conceda flexibilidad ante la actual crisis energética. De paso, España fija su posición ante los socios más reacios a cualquier cambio en el sistema de formación de precios de electricidad y busca recabar apoyos en el consejo extraordinario de ministros de Energía de este martes en Luxemburgo.
España propone que en períodos de crisis como el actual se realicen subastas a nivel europeo para atraer la llegada de un volumen adicional de gas a precios asequibles. Cada país de la UE, en función de sus necesidades, podría activar esa línea de adquisición alternativa cuando vean amenazada la seguridad energética.