Corría la noche el día de San José del año 1,232 cuando los soldados del presidio en el castillo de Arjona, en Jaén, se pronunciaron para nombrar rey de su taifa a Mohamed Ben Al- Ahmar El Nars, sobrino del rey, joven de muy grandes cualidades personales.
Hacía ya veinte años de la durísima batalla de Las Navas de Tolosa, donde las tropas cristianas de los reyes Alfonso VIII de Castilla, Pedro II de Aragón y Sancho VII de Navarra, con la ayuda del primado Jiménez de Rada y la colaboración de las Órdenes Militares, que eran la mejor caballería del momento, derrotaron a los aguerridos soldados que el Jalifa Inb Nasir, “Miramamolin” para los españoles, trajo consigo. Las tropas moras estaban formadas por tuaregs de las zonas rifeñas y circundesérticas del norte de África. Tras ellos vinieron los benimerines, que supusieron la última oleada de guerreros subdesérticos que entraron en España.
Tras esta durísima batalla, y la cobarde huida de su líder, las tropas moras supervivientes se negaron a volver a África y se quedaron en España, en algunos de los feudos que pudieron mantener tras la derrota; pero los reyes de las taifas, como Ben Judd, de la taifa de Murcia, los fueron diezmando y debilitándoles las fuerzas.
Tras ser proclamado rey de la taifa de Arjona, Mohamed Ben Al-Ahmar El Nars (=Mohamed El Hijo del Rojo de Los Ganadores) se dedicó a ampliar su reino y tomó, con enfrentamientos o por medio de negociaciones, las ciudades de Jaén, Úbeda, Baeza, Baza, Guadix, Almería y, por los casi imposibles caminos de La Alpujarra, atravesando El Iqlim Al Usar (La Casa de Todos, hoy, Valle de Lecrín, deformación fonética popular de Val del Iqlim) subió a La Vega de Granada, donde conoció la ciudad y la eligió como sede de su capital…
(Las personas rubias o pelirrojas que se dan entre los tuaregs y los rifeños, al norte de África, o en El Magreb, no son obra de la generación espontánea ni por capricho de la naturaleza, sino que son personas que, descendientes de los Vándalos, mantienen las características raciales nórdicas: Los visigodos los echaron de España a mediados del siglo V y ellos se tuvieron que ir a Berbería; se asentaron en las zonas aledañas a Carthago, en el actual Túnez, y allí se crearon nueva vida, con un clima diferente al nórdico.
Con el paso del tiempo, debido a los hábitos del habla beréber, la palabra calificativo se transformó en un gentilicio, perdió la V, quedó en ÁNDALO, y estas fueron las gentes que, en sus zagüías, contaron e inventaron miles de historias sobre una tierra mítica, Vándalus, transformado en Ándalus por la abliteración de la V. Y nació el mito norteafricano, que no árabe, de Al Ándalus con todo el onirismo de la miscelánea que los calores norteafricanos le quisieran añadir a la realidad).
Como la palabra Nars significa Ganador, él eligió el lema de los nazaritas: Nosotros somos Los Ganadores, por nuestro apodo, pero LE GALIB ILLE ALÁ, o, lo que es lo mismo, “PERO SOLO ALÁ ES EL VENCEDOR”. Cuando alguno de ustedes visite La Alhambra, que conozca el origen del lema nazarita.
De inmediato, los reyes de las taifas de Málaga, de Ronda, de Antequera y de las zonas de la Sierra de Grazalema acudieron a negociar con él, para someterse a su vasallaje a cambio de su protección y de mantener los privilegios familiares.
Y de esta forma, en unos años, entre 1.234- 1,238, quedó demarcado El Reino Moro de Granada.
El joven monarca granadino, hombre de enorme talento, conocía de la existencia de una taifa anterior granadina, la de los ZIRÍES rifeños, que hubieron de rendir sus armas ante Yusuf Ben Tasufin.
Consciente el rey MOHAMED I de Granada de que su debilidad era mucha ante las cada día más fuertes naciones cristianas que había al norte de Sierra Morena, le ofreció vasallaje al rey Fernando III El Santo, rey de una Castilla cada vez más poderosa. Como el sueño cristiano era, tras haber tomado la ciudad de Córdoba, en 1.236, afianzar sus dominios en El Valle del Guadalquivir (Wad El Kebir = Rio Grande), aceptaron el vasallaje moro y, por el pacto de Jaén, Mohamed I de Granada le entregó al cristiano todas las tierras al norte del Río Guadalquivir, colocando a éste como la frontera entre ambos dominios y, a cambio de la paz y del respeto, moros y cristianos acordaron que los granadinos:
Deberían de pagar unos tributos,(las parias), anuales.
Deberían de tener asiento y representación propia en Las Cortes de Castilla y que tendría voz en las cortes cristianas antes que Toledo y que otras ciudades castellanas.
Habrían de concurrir con sus tropas a las operaciones militares que el rey de Castilla, el que fuera, según los días, les reclamaran.
Y que mantendrían el comercio con Castilla, nación ya poderosísima y de gran riqueza agrícola-ganadera, para abastecerse de alimentos cuando lo precisaran.
Apenas firmado el protocolo de vasallaje, el mismo rey Fernando III El Santo reclamó a Mohamed I de Granada para que le ayudara en el asedio de la ciudad de Sevilla. Y Mohamed I asistió, a las órdenes de Fernando III, al sitio de Sevilla, al frente de las tropas granadinas. El rey católico le encomendó que sitiara la puerta que miraba a la comarca del Ajarafe…
Tras la toma de la ciudad de Sevilla, año 1.249,y tras el pacto de Jaén, el rey Fernando III quiso mantenerse en ella y allí murió en el año 1,252. A las tierras reconquistadas, como homenaje y reconocimiento a la excelsa labor de Castilla, les dieron el nombre de La Nueva Castilla. Unos años después, para evitar las confusiones con Castilla La Nueva, a petición de la NUEVA ARISTOCRACIA SEVILLANA, les cambiaron el nombre por el de Andalucía. Cuando nació Andalucía, El Reino de Granada llevaba varias decenas años de años de existencia y poseía su personalidad histórica propia.
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Los hechos de hoy son la historia de mañana. El Reino de Granada vivió años de trabajo, de esfuerzo y de sacrificio, de vida bucólica, donde casi todos sus reyes murieron asesinados; pasaron los siglos y El Reino de Granada le dio a España la dinastía de los Al-Ahmares, la dinastías más larga, hasta ahora, en la historia de España.
El comercio, la industria y la artesanía hicieron del Reino Moro de Granada uno de los emporios económicos de Europa, pues intercambiaban productos alimenticios con todas las naciones. Y las almendras, los higos pasados y las aceitunillas en salmuera fueron conocidos por todos los lugares. La vida no se vio alterada más que por las ocasionales razzias que unos y otros practicaban, con operaciones no superiores a unos días, a una semana, donde el pillaje no solamente robaba alimentos, cereales y animales de carne, sino que incluso cautivaban a personas, mujeres sobre todo para sus harenes y esclavos, y, los moros, niños, para eunucos y esclavos.
El pacto de vasallaje duró hasta que el rey Muley Hacén o Abul Hasán, decidió romperlo y tomar la fortaleza de Zahara de La Sierra, “la Flor de la Serranía”, en el año de 1.481… y se inició una larga guerra que acabó con LA SALIDA DE LA FAMILIA REAL NAZARITA PARA EL EXILIO AFRICANO.
Los Reyes Católicos se trajeron desde Villa Real la Real Chancillería de Granada y, para compensar a la Villa manchega de tal pérdida, le otorgaron el título de Ciudad Real.
Instituyeron el VIRREINATO CRISTIANO DEL REINO DE GRANADA, que le entregaron en administración al conde de Tendilla, al que anteriormente le habían pagado su colaboración en la guerra de Granada con el título de Marqués de Mondéjar, y vinculó el desempeño de este cargo a la familia Mendoza, sus magníficos auxiliares y consejeros en la dura tarea de la Reconquista.
Además, Los Reyes Católicos crearon en Granada, la ciudad de sus sueños, la CAPITANÍA GENERAL DE GRANADA, LA PRIMERA QUE SE instituyó EN EL MUNDO,
Y decidieron que, en el escudo de LA NUEVA ESPAÑA, la granada figurara como el remache que lo completara, nuevo emblema de la nación que tantos y tantos españoles, ciudadanos, “aristócratas” y reyes anteriores habían soñado y creado.
(Lo de aristócratas, “el gobierno de los cultos”, es un decir porque, en aquellos días, la nobleza consideraba que la cultura era función de frailes, plebeyos, hidalgos arruinados y personas afeminadas porque ellos no tenían más obligación que perfeccionar el arte de la guerra, hasta el extremo de que no sabían ni firmar y, en vez de una firma, al pie del legajo ponían una cruz. Era lo único que sabían escribir. A continuación, su amanuense escribía:” El señor no firma porque es noble”).
Por ello, la ciudad de Granada lleva, como el mayor orgullo de su historia, que la nación española, que ESPAÑA, NACIÓ en Granada, en El Reino de Granada,
Que América nació EN GRANADA( aunque los políticos sevillanos, como siempre, la ningunearan, para oscurecer su grandeza y articular su INVENTO POLÍTICO)
Y que fueron granadinos algunos de los creadores del derecho internacional y de la articulación de España y del Imperio Español.
El Reino de Granada sobrevivió dignamente durante decenios, siendo todavía., y a pesar de la diáspora morisca, uno de los emporios de riqueza más importantes de Europa, no solamente por sus hilaturas de seda,(el Valle de Lecrín -del Iqlim antes- y La Alpujarra recibieron el nombre conjunto de RASIS, que significaba Tierra de La Seda), sino por su artesanía y por su agricultura, con tierras de vega que producían dos o tres cosechas al año…
… Cuando los Reyes Católicos conocieron el avance de los turcos por el oriente medio, camino del Magreb, se vieron forzados a expulsar a la familia nazarita.
Cuando el rey Felipe III supo que los ingleses habían desembarcado en Valencia a varios agentes para sublevar a los moriscos valencianos, se vieron forzados a expulsar a los moriscos.
En el año de 1.641, don Gaspar de Guzmán y Sandoval, duque de Medina Sidonia y cuñado del rey de Portugal, Juan IV, cuando las tropas portuguesas de su cuñado se sublevaron contra España, para lograr su independencia, el de Medina Sidonia, en vez de subir hacia Lisboa con las tropas andaluzas, de Sevilla, y con las granadinas, de nuestra Capitanía General, para ayudar al ejército español, se las llevó a Ayamonte, por si su cuñado Juan IV precisaba su ayuda y para, llegado el momento, independizar de España a todo el sur de la península.
El Conde duque de Olivares, don Pascual de Guzmán y Pimentel, primo hermano del duque de Medina Sidonia y valido del rey Felipe IV, había sido el compañero inseparable, el menino, desde la más “tierna” infancia del rey Felipe IV, del que siempre fue su hombre fiel y de confianza.
Pero al conde duque de Olivares le crecieron los meninos porque se halló con varias papeletas muy duras, como la sublevación de Portugal, la de Cataluña, la guerra de Flandes y el intento independentista andaluz de los sevillanos.
Resueltos de forma negativa para España los tres anteriores, el rey citó a capítulo al de Medinasidonia, al que acusó de alta traición, y le preguntó al de Olivares por qué razones no lo había ajusticiado. El valido le respondió que “un Guzmán no ajusticia a otro Guzmán”, y el rey los desterró a ambos a sendos pueblos de la Castilla interior.
La vida, en Sevilla, muy atinadamente descrita por Cervantes en su novelita “Rinconete y Cortadillo”, discurría bulliciosa y próspera porque el río Guadalquivir, a través del Canal de Fernandín, les daba entrada a los tesoros que venían de América, del Quinto Real y privados, y salida, a través de La Casa de Contratación de Las Indias, a los emigrantes a las colonias. Pero cuando la tecnología permitió aumentar el tonelaje de los barcos y su calado fue inasumible por el río, hubo de pasar a Cádiz, a pesar de su mayor exposición a los ataques de los piratas ingleses.
A finales del año 1.833, tras el fallecimiento del Rey Fernando VII, el motrileño Javier de Burgos, ministro de fomento de la Reina Cristina, Regente de Isabel II, elaboró un nuevo mapa de España, suprimiendo unos reinos históricos y potenciando otros. Así, suprimió el Reino de Granada en pro de una Andalucía que nadie quería, aparte de las organizaciones secretas sevillanas. Pero este decreto, que creo que no se llegó a promulgar, es el único de la historia de España que ha sido derogado dos veces, por el gobierno de Patricio de La Escosura (¿1.847?) y por el de Segismundo Moret (1.905), masones ambos. Y todos los decretos sobre regionalización de España, todos, a lo largo de los años, aparecen con una región, Andalucía, totalmente diferenciada del Reino de Granada.
En el otoño del año 1.874, cuando la furia cantonalista se apoderó sobre todo del sur de España, el Cantón de Sevilla llegó incluso a proclamarse independiente de España (detallado este punto en el trabajo Historia del Republicanismo español) y la durísima batalla contra el general Pavía y las tropas nacionales llegó a durar 17 días y a superar las trescientas víctimas. Cuando la situación se amansó y se normalizó la vida nacional, Granada perdió la capitanía general, por primera vez en La Historia, en beneficio de Sevilla.
Blas Infante Pérez de Vargas, miembro de una familia de la aristocracia, nació en Casares, Málaga, en el año 1.885, en plena democracia turnante. Estudió, como niño adinerado, en un colegio religioso, donde conoció la canción que luego le prestaría la música a su himno de Andalucía. También copió de allí el éfebo y los dos leones, o quizá de algún conocido vasco, por su semejanza con San Mamés, que conforman el escudo de SU Andalucía.
Blas Infante hizo su carrera de derecho en la universidad de Granada, ciudad en la que fue ganado para el islamismo por el embrujo moruno de La Alhambra y de sus muchas bellezas. Fue por ello por lo que, como niño rico del momento, pudo viajar a Marruecos, donde se convirtió al islam, en Agmat, ante las tumbas de los reyes Almutamid, de Sevilla, y de Abd Allá, último rey de la dinastía zirí Granadina. Y adoptó el nombre árabe de AHMED, que significa”digno de alabanza”, como el profeta.
En sus visitas al Rif conoció a un periodista rifeño llamado Abd El Krim, que era contrario a la ocupación de Marruecos por España.
Muley Ahmed Infante Pérez de Vargas, que nació en una familia cristiana, que fue bautizado y confirmado, que contrajo matrimonio por la religión católica, que bautizó a sus dos hijas, APOSTATÓ de la religión Católica.
Durante sus visitas a Marruecos, incitó a su amigo Abd El Krim a que expulsara de África a los soldados invasores cristianos, porque pretendía la hermandad de las tierras andaluzas con Marruecos y, con la conversión al Islam de todos los sureños de España, integrarnos en una sociedad con los “verdaderos creyentes”, de 300 millones de musulmanes (eran los que había entonces, aunque luego aumentaron y otra vez están disminuyendo porque todos se están viniendo a Europa, a destruir nuestra cultura).
Le pidió además, a Abd El Krim, que, tras derrotar y expulsar a las tropas cristianas de Marruecos, cruzara a España, para independizar Andalucía y unirla con Marruecos. ¿Descabellado?.¡Pero cierto!.Veamos algunas de las lindezas que dejó escritas muley Ahmed Infante:
“Declarémonos separatistas de este Estado” ( de España). De su obra: “La verdad sobre el complot de Tablada”.
“Nosotros no podemos, no queremos, no llegaremos jamás a ser europeos”. De su obra “El Ideal Andaluz”.
“Europa ha quebrado. Hermanos de Afro-Asia, henos ya despiertos”. De su obra Fundamento Andaluz.
“Europa, anfictionado de pueblos bárbaros, presidi-dos por la inspiración sectaria de la política papal, organiza cruzadas contra Andalucía”.- Diario El Sol.-27-11- ¿1.927?
Muley Ahmed Infante, Pérez de Vargas, apóstata de la religión católica y moro por decisión personal, por obra y gracia de las imposiciones sevillanas, es hoy el padre espiritual de ocho millones y medio de cristianos sometidos a Sevilla. ¿Es comprensible que quiénes hemos de soportar el yugo sevillano hayamos de asumir la cacicada de tener a un musulmán como padre espiritual de más de ocho millones de cristianos? Habría que llamar al Rey Católico, para ver lo que S. M. dijera.
Además de la horca caudina que nos han colocado los políticos sevillanos, Muley Ahmed nos colocó otras. Por ejemplo.
¿Cómo es posible que los políticos sevillanos nos coloquen como padre de la Patria Andaluza, invención Ahmedinfantiana, como padre de una parte importantísima de España, a un individuo que tiene entre sus escritos su intención y deseo de romper España, independizando su venal Andalucía para unirla con Marruecos? ¿Y que les decimos ahora a Vascos y a Catalanes, si son los políticos sevillanos los que hacen apología del independentismo andaluz, enriqueciendo de tal manera a sus dos principales adalides hasta el extremo de que uno de ellos, el “okupa” de los cortijos de la duquesa de Alba, el cadí Sánchez Gordillo, ha comprado, en Martos, Jaén, un cortijo que no tiene nada que envidiarle a los de la duquesa de Alba? ¿Este individuo no llama ahora a sus secuaces para que vayan a hospedarse a su cortijo, como “okupas”? ¿O es que ha comprado el cortijo con su paga de maestro de Escuela Nacional?. Esta situación me crea un mar de dudas. Pero si hablamos del CURA ALFAQUÍ, Diego Cañamero, es posible que, en mor por la sincretización de religiones, quiera construir una mezquita que sirva de iglesia aunque pienso que es mucho más fácil construir una iglesia, o templo, que pueda servir de mezquita.
Pues estos dos sujetos son los que se han enriquecido ondeando al viento y paseando por todo el sur la bandera ahmedinfantiana con la estrella independentista andaluza, inventada también por los políticos sevillanos.
Además de estas traiciones al catolicismo y a España, los granadinos tenemos otro estigma con los andalucistas de muley Ahmed Infante porque, cuando este hombre conoció a Abd El Krim, le pidió que eliminara a los soldados cristianos que combatían en Marruecos, y los soldados cristianos, los jóvenes de remplazo que morían allí, gente pobre todos, que carecieron de los bienes necesarios para pagar la cuota que los librara de ir a la guerra, eran granadinos en su casi totalidad, muchachos de Granada, de El Padul, de Motril, de Guadix, de Baza, del altiplano, de la vega, de los valles…,que hacían el servicio militar obligatorio en el cuartel que entonces había en el monasterio de San Jerónimo. Muley Ahmed Infante azuzó a sus correligionarios nuevos y nuevos hermanos en Alá para que mataran a los muchachos más humildes de Granada. Así que el PADRE DE LA PATRIA SEVILLANA es un traidor a la religión católica, es un traidor a España y un traidor a Granada, por dos veces, por granadinos y por españoles. ¡No habría a quién escoger!…
Pero es que son el expolio y la pobreza de Granada quiénes alimentan a Sevilla. Así de rotundo.
Es cierto, y jamás lo negaré, que aquellos moriscos expulsados eran tan españoles como nosotros porque habían nacido en España, vivían en España y ya hablaban la lengua española. Además, todos, o casi todos, tenían un alto mestizaje con los cristianos viejos (no diré españoles porque ya he reconocido que ellos también lo eran) por varias razones:
Después de casi novecientos años, entre el 711 y el 1.613, de convivencia, había un mestizaje muy importante, por varias razones:
Los primeros moros que vinieron a España no trajeron a sus mujeres pero, casi todos, emparentaron con romanovisigodas, aportando unas primeras generaciones de muladíes, mestizos de moro y cristiana. Fue por ello, y no por otras razones, además de que los beréberes estaban recién convertidos al islam y algunos ni siquiera lo habían profesado, por lo que, durante los primeros siglos de dominación mora hubo cierta, no mucha, pero sí alguna, tolerancia al cristianismo.
Los últimos moros de Granada tenían tal mestizaje que, cuando el Gran Capitán, en días de negociaciones para la entrega del Reino, vino a visitar El Albayzín, Aben Comixa le dijo:
-Hábleles su señoría en cristiano, que aquí lo entenderán porque son todos aljamiados.
Durante muchos años, la guardia personal de los reyes granadinos estuvo formada por mercenarios cristianos, casi todos tornadizos, que se venían a Granada para comer de su espada.
Durante los siglos de presencia mora en España (los árabes no vinieron pero nos enviaron su religión, su lengua y sus costumbres) los cruces de fronteras, en un sentido o en otro, eran habituales porque cuando algún moro o cristiano enojaba a sus reyes, antes de recibir un castigo, huían a tierra mora o cristiana, según de donde quisieran escapar…
Apoyado por la cleptocracia sevillana, Ahmed Infame (es el nombre que él mismo escogió) concurrió a varias elecciones con su partido andalucista pero nunca pasó de los quinientos votos por comicio.
En el congreso de Córdoba, de 25-29 de enero de 1.933, cuando los mandamases sevillanos redactaron un estatuto para las ocho provincias del Sur, los granadinos, los almerienses y los jiennenses votaron en contra de entrar en la mancomunidad de la gran Andalucía.
“Los Granadinos, presididos por el sr alcalde de la ciudad de Granada, señor Fernández Motentesinos, por el presidente de la diputación de Granada, sr Virgilio Castilla y acompañados por personalidades como Luis Fajardo, Constantinmo Ruiz Carnero, director ya del diario El Defensor de Granada,(¿fachas los anteriores)? por el diputado Morenilla Blanes, Radical Agrario, luego, diputado por la CEDA, y por otros granadinos de pro, se opusieron rotundamente a entrar en la Andalucía diseñada por Sevilla y se retiraron, derechistas e izquierdistas juntos, del Congreso. Fue cuando, en un arrebato de soberbia, el tornadizo y apósstata Ahmed Infante les amenazó, con gritos que dominaron la asamblea”:
-¡Hay que residenciar a las provincias rebeldes!, a su proyecto.
Pero lo más sorprendente fue que los onubenses, que no querían ser el basurero de Sevilla, también votaron en contra, pues preferían ser la provincia costera de Extremadura antes que el patio trasero y estercolero (como lo han sido y lo son) de Sevilla.
Indignado contra los granadinos, que acudieron a Córdoba a votar que NO a ANDALUCÍA, fue cuando muley Ahmed Infante les amenazó.
Todo, jiiennenses, almerienses y granadinos, de derechas y de izquierdas, votaron en contra del proyecto y abandonaron la asamblea.
Aunque los representantes de Málaga se abstuvieron, ahora ya sabemos lo que piensan por la boca de su alcalde, que, en el colegio de arquitectos de Granada, durante una conferencia, a preguntas de un asistente granadino, dijo públicamente:
-¡¡¡ “Si hubiera un cambio en la constitución, Málaga iría a una autonomía uniprovincial”… !!!.
¿Mi opinión personal? : ¡YA QUISIÉRAMOS TENER EN GRANADA UN POLÍTICO COMO ÉL, como el sr De La Torre!… Uno siquiera. ¡Y si eso ya es difícil de lograr, más de uno es un imposible. Yo me conformaría con uno que, si no fuera igual, fuera parecido.
Espero y deseo que, en la Historia de Granada, -¡lo que nos faltaría!-, no lleguemos jamás a tener un okupa por alcalde.
El lugar donde desembocó la segunda república ya lo he analizado en escritos anteriores. Lo cierto es que la guerra civil acabó con todo lo que había, por el desmadre, y durante el franquismo fuimos casi angelicos del cielo, por lo ignorantes que éramos políticamente, de símbolos, asociaciones …¡Y llegó la democracia!.
Hablar de una historia de Granada en Andalucía, no podemos más que decir que es la HISTORIA DE UN EXPOLIO DESCARADO E INCLEMENTE, CON EXPRESIONES COMO AQUELLA DE un tal Ávila: “A Graná, ni agua”. Es más: a mi me comentaron que la Plaza de “Las Palomas”, de Sevilla, se construyó con los dineros que generaba La Alhambra de Granada.
Empezamos por la Capitanía General, la estación de esquí del cerro del Caballo, la ruina de la entrada en la Unión Europea, que acabó con la agricultura, la industria y el comercio granadino; tan pésimo tratado de adhesión, firmado por Felipe González, que ha vaciado los campos granadinos de La Alpujarra, del Altiplano, de La Vega, de Los Ríos y de prácticamente toda la provincia de Granada. Hemos perdido la General, nos llevan a Antequera, en un bucle de Chaves, que nos aleja 160 kms de Madrid; han vaciado nuestros pueblos y ciudades de doctores, licenciados, diplomados universitarios, y trabajadores especializados porque nuestros hijos, para encontrar un trabajo acorde con su preparación, han de emigrar más allá de Despeñaperros…
En venganza porque los granadinos nos opusimos a que Sevilla o Málaga deglutieran nuestra Caja de Ahorros, la hundieron y luego vinieron ellos, los que la habían expoliado y hundido, a salvar los depósitos a cambio de que Granada asumiera su desaparición, con todo lo que suponía.
Como los granadinos nos opusimos al pelotazo urbanístico que se quería dar con La Estación de Andaluces, en venganza, las nuevas construcciones ocultan las perspectivas de la ciudad de Granada para las personas que llegan en el tren.
Hay demasiados atropellos en esta administración de Cleptómanos que nos prometieron igualdad y que nos han sometido hasta lo indecible por la INDIGNIDAD DE LOS POLÍTICOS GRANAÍNOS DE ESTOS ÚLTIMOS CUARENTA AÑOS, QUE NO HAN PASAADO DE SER COMISARIOS POLÍTICOS DE SEVILLA EN GRANADA. ¡Que deshonra!. En cambio, los puestos de trabajo mejor cualificados están en manos de comisarios políticos sevillanos, que son fieles a los dicterios de las mafias políticas sevillanas que los nombran. Esta ruina que nos han traído los políticos sevillanos y la dictaDURÍSIMA que nos han impuesto, que ha desmantelado la ciudad de Granada, asfixiada porque Sevilla le ha negado que se instalaran las industrias que le hubieran dado vida y riqueza a la ciudad. Son el centro Nevada y el casino, con el rollo de conservar la vega, como si las de los pueblos del cinturón no fueran vega. Las Cervezas Alhambra no pueden ampliar la producción porque habrían de salirse del término de la ciudad, al no poder instalarse en NUESTRA vega, y la superproducción de la MILNO, posiblemente la mejor cerveza de España y una de las mejores de Europa, se la han tenido que llevar a Burgos… Nos han robado los colegios profesionales, una parte de las salas del Tribunal Superior de Justicia, nos han desmantelado la universidad, una de las mejores del mundo, según recientes encuestas, para sacar tres universidades más, insostenibles las tres pero que no le roban señorío ni categoría a la UGR. (Universidad de Granada).
El diario Ideal, que, siendo propiedad de EDICA, siempre fue un adalid de la defensa de Granada, hoy, propiedad de los vascos, subsiste gracias a las subvenciones de Sevilla. Y no refleja para nada los problemas que les afectan a los granadinos porque, si no, los amos sevillanos se enfadarían y le retirarían las subvenciones, con lo que los amos vascos perderían el lucro de su traición a esta tierra.
Es una pena muy grande ver como Granada no ha tenido por representantes nada más que a políticos indecentes, casi ninguno o muy pocos granadinos de nacimiento, pues ha estado regida por forasteros que han venido a enriquecerse, al someterla a los caprichos de sus amos sevillanos.
ASÍ, EN ESTOS CUARENTA AÑOS, A PESAR DE LAS MULTIMILLONARIAS SUBVENCIONES ENVIADAS DESDE LA UNIÓN EUROPEA, AL NO HABERLAS INVERTIDO EN ESTA TIERRA, LOS HECATÓNKIROS SEVILLANOS HAN CREADO EN GRANADA, JAÉN Y ALMERÍA, EL MAYOR FOCO DE `POBREZA DE EUROPA, POR DETRÁS DE LA MACEDONIA GRIEGA, DE LA IRLANDA PROFUNDA Y DE LA MISMA RUMANÍA.
El comercio está perdido, la agricultura de montaña está perdida y nuestros pueblos están perdidos porque la política de los subsidios de paro, en vez de crear puestos de trabajo, HAN CREADO CLIENTELISMO POLÍTICO QUE HA MANTENIDO DURANTE CUARENTA AÑOS A TODA UNA MAFIA POLÍTICA SEVILLANA EN EL PODER.
En cierta ocasión, delante de señores de altísimo relieve intelectual, yo dije, y lo refrendo ahora que.” EN ESPAÑA NO HAY PARTIDOS POLÍTICOS. EN ESPAÑA HAY MAFIAS POLÍTICAS QUE HAN INSTITUCIONALIZADO LA DELINCUENCIA; Y SI NO ME CREEN, QUE ME DIGAN QUE MAFIA DEL NARCOTRÁFICO, A NIVEL NACIONAL O INTERNACIONAL, TIENE EL NÚMERO DE ENCAUSADOS POR CORRUPCCIÓN que tienen el Psoe con LOS ERES y con otras causas apagadas; el PP, con los Gurtel y demás, más demás; el CiU con los Pujol y compañía, los vascos, los castellanos, los gallegos, los baleáricos…¡Todos están pringados!…
Y YO, LEONARDO VILLENA VILLENA, maestro de escuela, de 75 años y enfermo, SOY EL MALO POR DENUNCIARLO Y ME TIENEN QUE INDUCIR UNA ESQUIZOFRENIA PARA… ¿Qué?.
Motivos sobrados tiene España para elegir entre seguir llorando con las autonomías, que son LA RUINA DE TODA ESPAÑA, o para cambiar el sistema; y, a vascos y catalanes, sin tener que recurrir a los dicterios del Espartero, hay que traerlos al orden. Y SIN AUTONOMÍAS.