El soterramiento del ferrocarril en la ciudad de Almería está siendo objeto de controversia. El articulista, de cuya opinión no se hace responsable La Gaceta de Almería.Com, revela las incongruencias que se ponen de manifiesto, en ocasiones, en la actividad política y lo desacertado de algunas posiciones, que cuando se prolongan menoscaban la credibilidad de los políticos. Asimismo, evidencia las dos modelos de ciudad que imperan actualmente en los gobiernos locales de la provincia almeriense.
“Por la boca muere el pez”, reza el viejo dicho de nuestro rico refranero y que podríase aplicar a la controversia existente en la ciudad de Almería en torno al soterramiento del ferrocarril. La última batallita política ha sido antológica, y aún están resonando los flecos, precisamente fomentado el ruido por quien menos debería de hablar en estos asuntos, como es el todavía Diputado en Cortes Juan José Matarí, de quien se dice que es almeriense. Se preguntará el amable lector que distrae su tiempo leyendo este espacio periodístico por lo que tengo con el Partido Popular, y la respuesta es tan sencilla como directa y sincera: nada; y nada es en términos absolutos. Lo que ocurre es que los autodenominados populares en Almería no están dando una últimamente, y eso se les tiene que volver en contra necesariamente, como ya está ocurriendo, afortunadamente. Siempre he sido un observador y analista crítico, con unos y con otros, y eso me ofrece la privilegiada posición de poder escribir libremente y sin cortapisas, sin pensar a quien le puede o no molestar mis opiniones. Siento profundamente que el PP-Almería siga desangrándose por motivos e intereses espurios.
Recuerdo, y aconsejo acudir a las hemerotecas cada vez que resulte necesario, porque nos encontraremos en ellas cosas curiosísimas, que en la etapa de Santiago Martínez Cabrejas como alcalde de Almería, el Diputado Matarí aseguraba que, es de suponer que en nombre del PP (cuyo presidente era entonces el hoy alcalde Luís Rogelio Rodríguez-Comendador), la ciudad no tendría desdoblamiento en la CN-340 mientras el PP no gobernase. La falta de respeto a la ciudadanía y la carga de sectarismo que conllevaban sus palabras no fueron suficientes para sonrojarle ni muchos menos obligarle a dimitir sino que fueron jaleadas por sus correligionarios.
Sinceramente, a estas alturas no me extraña que resuenen esas palabras todavía en los oídos de los ciudadanos y ciudadanas, y sea precisamente el señor Matarí quien esté llevando el peso político del soterramiento en el PP. A buen seguro que el Diputado Matarí estará pensando que todos actúan como él y su grupo político en las Instituciones que gobiernan, donde la discriminación y la persecución alcanzan grados indigentes y mucho más en un sistema democrático. Matarí pensará que hemos retrocedido en el tiempo, y puede que lleve razón, porque los gobiernos del PP colocan a los ciudadanos, como en el antiguo Régimen, en buenos y malos, en ciudadanos de primera y en ciudadanos de segunda o tercera, y encima persiguen sin compasión y discriminan desvergonzadamente sin el menor rubor.
Y esta fondo en la cuestión es el que está generando la controversia en el asunto del soterramiento, en el que se han puesto de manifiesto dos filosofías claramente contrapuestas: un área lúdico-recreativa de la que pueda gozar y disfrutar el almeriense de a pie y un área comercial inspirada en los conceptos estrictamente financieros. Ese trasfondo es el que está percibiendo el almeriense de a pie, al que habría que preguntarle, tal y como están las cosas, si desea un soterramiento a toda costa o una acción arquitectónica sostenida y en perfecta consonancia con los tiempos que corren. A mi juicio, el almeriense de a pie lo que desea es que este magno proyecto se haga y que repercuta positivamente en la ciudad, y no que sea visto como un hecho del que tengan que acordarse generaciones venideras como algo disparatado y fuera de lugar.
En la provincia de Almería tenemos varios ejemplos de proyectos arquitectónicos de gran magnitud y que están siendo ralentizados porque la filosofía que los inspira difiere totalmente de la medianamente aceptable para el almeriense de a pie. Últimamente se está produciendo un desfase, por emplear epítetos suaves, en la calidad de vida por parte de algunos gobiernos locales, que se muestran inspirados en los modelos urbanísticos de la década de los 60, y eso producirá a medio o largo plazo tensiones y tendrá repercusiones negativas para la mayoría de la ciudadanía.Y en este contexto hay que colocar el soterramiento del ferrocarril en la ciudad Almería.