En el Poniente almeriense hay un clamor. Hay voces que se alzan para destacar que hay familias en El Ejido que están viviendo sin dos servicios básicos como la electricidad o el agua. En teoría son dos suministros vitales, que, se supone, no se puede, o no se deberían, cortar. Pero el presidente de la Asociación por los Derechos y la Unión de la Comunidad Gitana en El Ejido, Antonio Gómez, denuncia que en la barriada de las 80 viviendas, en su localidad, junto al cuartel de la Guardia Civil en Santo Domingo, desde hace más de cinco meses hay 48 familias que no tienen agua corriente en sus casas. La respuesta de la administración ha sido sencilla, pero claramente insuficiente. ¡Una fuente! Los habitantes de cuatro de los cinco edificios del lugar tienen que desplazarse con cubos y garrafas para poder disponer de agua, aunque no corriente, para beber y cuidar la higiene personal y de sus casas. ¿Cómo pueden ducharse esos ciudadanos? ¿Quizás con una regadera? En el área han dado un gran salto en el tiempo, pero hacia atrás. Hace no menos de un siglo que había agua corriente en las casas, pero ahora, aquí, ya no es así. Hay niños, bebés, discapacitados y algún inquilino que no puede valerse y al que hay que limpiar diariamente.
Pero aquí no se detienen las necesidades del Poniente almeriense. En el área de Pampanico, el problema no es de agua, sino de electricidad. En la calle Alcazaba hay tres bloques de viviendas que no disponen de un servicio tan básico. Además, se ha desarrollado un programa piloto con farolas solares que dejan de iluminar correctamente en medio de la noche, con los problemas que crea esta situación, entre otros, de seguridad ciudadana y de tránsito. Con unas vías que, además, presentan numerosas irregularidades, los vecinos tienen que desplazarse casi a oscuras por la zona, con el peligro añadido que conlleva en forma de tropiezos y dolorosas caídas. En este caso, de momento, la administración correspondiente no ha tomado medida alguna.
Además, en las 80 viviendas los vecinos se quejan de que están totalmente abandonados y que los barrenderos no acceden para realizar sus funciones. Y recuerdan cómo en otras zonas del núcleo urbano se están asfaltando calles que no padecen estas dificultades. En el Pampanico, en el pavimento se encuentran las arquetas cubrían los cables eléctricos. Ahora, ya no existen, puesto que están fijados a las fachadas, y están deterioradas por el paso del tiempo. Podridas, con el riesgo de rotura y de provocar accidentes, por sus bordes desiguales.
No terminan ahí los problemas de estos vecinos. En la misma zona, los niños tienen que transitar por la vía de servicio que diseñó la Junta para poder acceder al colegio, con los grandes riesgos que este paso conlleva. Y los vecinos reclaman protección con algún tipo de muros, ya que en la carretera, los automóviles en ocasiones adelantan a vehículos de mayor tamaño por la vía de servicio, para temor de los residentes del área.
Estos vecinos han oído hablar de los Fondos Europeos destinados a los barrios más desfavorecidos y se preguntan; ¿cuáles son estos barrios? ¿Qué requisitos se deben cumplir para acceder a esta condición? ¿No las cumplimos nosotros, sin iluminación o agua, sin servicio de limpieza? Incluso, piensan, Sanidad podría tomar cartas en el asunto, porque ellos no reciben nada de estos Fondos. Y gritan, hasta ahora en silencio, con un clamor que esperan se eleve al lugar en el que pueda ser escuchado. Y meditan la posibilidad de manifestarse en las puertas de las instituciones correspondientes, para que los escuchen y traten de dar solución a estas situaciones, que resultan inaguantables y rayan en otras épocas en las que la civilización estaba mucho más atrasada y no ofrecía las comodidades de hoy. Pero confían en que alguien les llame antes y les ofrezca remedios para sus males. Desde la Asociación por los Derechos y la Unión de la Comunidad Gitana de El Ejido y en su nombre Antonio Gómez Gómez presidente de dicha asociación solicita al organismo competente tomen las medidas oportunas para dar solución a este gran problema que padecen las zonas mencionadas.