La Cátedra Santander de Empresa Familiar de la Universidad de Almería (CEF-UAL) continúa en este semestre con el desarrollo del ‘Curso de Gestión y Análisis de la Empresa Familiar’, destinado a empresarios y estudiantes matriculados en máster y que, además de las clases, incluye seminarios magistrales con destacados profesionales y empresarios, expertos en distintos aspectos relacionados con la empresa familiar. El último invitado a estos seminarios, que se celebran en el CITE III de la Universidad de Almería, fue Antonio López Triviño, asesor y consultor de Empresa Familiar y coordinador de la Unidad de Empresa Familiar de Confederación de Empresarios de la Provincia de Cádiz, presentado por la profesora titular de Derecho Mercantil y Vicesecretaria General de la Universidad de Almería, Rosario Cañabate Pozo.
En su ponencia, siempre con marcado carácter práctico y lleno de ejemplos reales, López Triviño abordó la transmisión de la propiedad en la empresa familiar ya que, “junto con el relevo generacional, una vez que se produce el traspaso de las gestión y del liderazgo de la compañía, hay que complementarlo con el traspaso de la propiedad. Es un proceso que se puede hacer en vida o cuando sucede el fallecimiento. Se puede hacer por protocolo familiar pero habría que complementarlo con los testamentos y con una buena planificación fiscal. En la mayoría de los casos es el segundo, en primer lugar porque los empresarios fundadores son siempre reacios a abandonar su actividad en la empresa y, segundo, porque el legislador trata mejor el asunto cuando se produce el fallecimiento del empresario que cuando se hace una compra-venta o una donación”, apuntó.
Precisamente y dada la actualidad mediática en torno al tema del impuesto de sucesiones en Andalucía, el asesor y consultor de Empresa Familiar, explicó que el traspaso de la propiedad de la empresa familiar, sea por donaciones o sea por sucesiones, siempre que se cumplan determinados requisitos que son relativamente sencillos de cumplir, tienen una bonificación de hasta un 99%. Esto supone que de cada cien euros que tengas de patrimonio es como si contara solo uno.”, por lo que López Triviño aseguraba que “no se puede manifestar lo que se está diciendo en torno a este asunto en la calle, porque está generando un alarmismo innecesario. Para que alguien pague impuestos en herencias de padres a hijos, de hijos a padres y entre cónyuges, tienes que recibir más de 250.000 euros. En un caso con dos hermanos, los padres casados en gananciales, se necesita que tengan patrimonio más de un millón de euros de valor fiscal. No es lo mismo de hermano a hermano o de tío a sobrino, porque ahí sí que no hay bonificación ninguna, pero el porcentaje de rechazos es mínimo y también ocurre una cosa, es que antiguamente, por lo general, nuestros padres o abuelos no dejaban deudas, hoy eso sí ha cambiado”.
Antonio López Triviño ensalzó iniciativas como la que viene realizando la Cátedra Santander de Empresa Familiar de la Universidad de Almería (CEF-UAL), “compaginar lo que es la universidad con los alumnos y los empresarios y su experiencia real. Es algo complementario, el alumno lo que quiere es escuchar otras cosas, que no solo sea teoría, y el empresario quiere mezclarse e impregnarse de los conocimientos que no tiene. Hay que tener en cuenta que un empresario que esté planteándose una sucesión con sesenta o setenta años es muy probable que no haya estudiado. Es alguien que con 14 o 15 años ha empezado a trabajar, que le ha ido bien porque ha tenido una idea que le ha dado de comer a su familia y sus hijos, pero es consciente de que falta algo más y quiere formación para aumentar su amplitud de miras”.