Carta de los familiares de Juan Enciso, alcalde de El Ejido, a la sociedad almeriense en general y ejidense en particular.
Las familias Enciso Ruiz y Aguilera Callejón, ante los acontecimientos ocurridos desde el pasado día 20 de Octubre, queremos manifestar públicamente lo siguiente:
Ante todo, y sin ninguna fisura, creemos en la INOCENCIA de Juan Enciso.
El PUEBLO, y solo el PUEBLO, conoce su trayectoria íntegra al servicio de los demás, siempre aceptando sus errores y aciertos como persona que es, lo cual su pueblo le ha reconocido siempre, teniéndolo como alcalde durante tantos años. Sólo su familia y allegados conocen el sufrimiento que ha tenido que pasar en diferentes circunstancias de su mandato.
La familia hemos estado callados para no obstruir a la justicia, cosa que otras personas (pocas aunque ruidosas) no han respetado, atacándole a él y a su familia de la forma más cobarde y cruel mientras él no puede defenderse.
Las personas que han pasado por un trance similar, saben del sufrimiento que para éstas, madre, esposa, hijas, nietas, hermanos, etc, puede llegar a suponer, y más aún para una familia que, como la nuestra, siempre nos hemos apoyado. Y así seguiremos le pese a quien le pese, porque de esta forma nos han educado.
Nadie mejor que nosotros sabemos cómo es JUAN como persona.
No tenemos ninguna duda, y defenderemos su INOCENCIA nos cueste lo que nos cueste, tomando las medidas oportunas hacia todos aquellos que están ensuciando, mintiendo y queriéndose aprovechar de las circunstancias sin poder demostrarlo.
Queremos que las personas que lo quieren y respetan su presunción de inocencia, sepan que él siempre ha estado fuerte, preguntando por su pueblo, y dándonos fuerzas para sobrellevar este calvario que nos ha tocado otra vez vivir.
Nos dirigimos a la justicia para que sepa que nos encontramos indefensos, por lo que rogamos que aceleren el proceso para que Juan pueda estar de nuevo con nosotros lo antes posible.
Para finalizar, agradecemos y no olvidaremos jamás los cientos y cientos de muestras de cariño y apoyo que nos hacen el día a día más llevadero, presintiendo que su próxima puesta en libertad está muy cerca, y por esto damos gracias a Dios, al cual le pedimos todos los días.