Hoy se vislumbran cada vez con más fuerza los movimientos neofascistas o fascistas
de extremos encubiertos o bien a cara descubierta por todo el planeta y no
es cosa sólo ya de un área determinada.
Cabe bien que señalemos de que estos movimientos de extrema
no son todos iguales en su apariencia o en sus tintes
de aparente ideología.
En Francia son de un tiraje que no existe en otros lugares como
España todavía y esto es sólo cuestión de las pinceladas
de sus discursos.
En Polonia cabe señalar que la xenofobia crece en un país
donde los inmigrantes brillan casi por su ausencia y en
esto vemos el mismo sin sentido de éstos partidos
fundados en la promesa de “devolver al pueblo lo
que es suyo y le ha sido arrebatado” en un discurso
calenturiento y agitador.
En todo este caldito que se va moviendo la izquierda
tradicional pierde cada vez más peso frente al avance
demoledor de estas otras fuerzas que llevan un
discurso simplista y de niños de guardería pero
que en una situación como la que vivimos hoy
de inestabilidad y de falta de preparación vital
experiencias , etc que te dan sabiduría , el ciudadano
medio vive acorralado entre fuerzas invisibles
que no sabe bien determinar y comienza a lanzar
golpes al vacío.
En el caso de Estados Unidos los trabajadores
adoraban al “líder” que se presentaba a unas
elecciones y que se había hecho rico eludiendo
pagar impuestos así como otras estratagemas.
Estos enanos políticos los alimentan las masas
que están siempre insatisfechas de lograr más
y más y que esto nunca es logrado sencillamente
porque no es posible dado de que la felicidad no
está en el tener sino en ser.
En España fue la crisis provocada por Cataluña
lo que le dio fuerza a esta extrema que vemos
sin embargo tiene un techo porque sostiene
un discurso a favor de los más ricos y porque
es muy ultracatólico y por tanto no logra
encandilar a una mayoría por el momento.