La persecución, la represión y las duras condiciones de vida, fue la situación social, política y económica con la que se encontró la provincia de Almería durante la primera década del Régimen (al igual que en toda España).
En lo político y lo institucional, Almería fue mandada por personas pertenecientes a Acción Popular y de la CEDA, pero estos mandatos siempre por un corto espacio de tiempo y eran sustituidos por otros del mismo ámbito político.
Aunque en Almería hubo grupos organizados en contra del Régimen, hay que destacar más a las personas que huían y sobrevivían como podían, estos fueron victimas de duras persecuciones por parte de las nuevas autoridades provinciales. Unos caían al mismo ser capturados y otros ejecutados posteriormente en el cementerio Almeriense.
Quizás en caso mas significativo fue el del bandolero (Maqui), Manuel Pérez Berenguer "El Mota", jornalero de Benahadux que regreso de un campo de concentración francés al acabar la guerra civil. Por su pasado izquierdista huyo a las montañas y perseguido por las autoridades Franquistas, hasta su captura en un cortijo próximo a Rioja (Febrero de 1945), condenado a muerte y fusilado (17 de Julio del 45).
A partir de Marzo de 1939, fueron represariados (detenidos y juzgados), todas las personas con vinculaciones políticas izquierdistas durante la Republica, se afinaron en cárceles a miles de personas bajo condiciones infrahumanas, la principal, una antigua azucarera de la capital llamada "El Ingenio", en estas cárceles murieron de enfermedad un gran numero de personas y otros muchos fueron ejecutados, se calcula que alrededor de 400 personas con una edad media de 30 años y residentes en los partidos judiciales de Almería, Berja y Gergal.
El abundante paro obrero, el racionamiento y la falta de productos de primera necesidad agudizo los problemas económicos Almerienses, esto unido al elevado coste de la vida y la presencia de enfermedades mortales de la época, nos llevo en las primeras décadas del Régimen ser una zona subdesarrollada y ello propicio la gran cantidad de Almerienses que emigraron, sobre todo a Cataluña, Alemania, Francia y Suiza.
La represión en los años centrales del Franquismo siguió, para todos aquellos que no estaban de acuerdo con el sistema instaurado por los vencedores de la guerra civil; de igual forma se persiguió duramente a los pequeños estraperlistas, mientras los caciques locales, que solían ser los grandes terratenientes gozaban de total impunidad. Estos terratenientes se apoderaron de los Ayuntamientos, sindicatos e instituciones, como anécdota: el nuevo gobernador, Francisco Pérez Cordero (hijo de cacique conservador) apareció vestido de "Camisa Vieja" el día de su toma de posesión. Mientras que todos estos campaban a sus anchas, los Almerienses morían de hambre o de enfermedades o infecciones de fácil y barata cura.
En la ultima etapa del Régimen, Almería experimento un muy lento avance, con considerable incremento del coste de la vida que solo se palio un poco con el turismo, la industria cinematográfica y los cultivos de exportación. El declive político y biológico del Generalísimo, anima a grupos opositores a crear Plataformas y Juntas Democráticas, incluso en las propias filas del Régimen, las huelgas obreras se sucedían y las comunidades cristianas juveniles, los llamados "curas obreros", empezaron a mostrar su desencanto con el Régimen; el ultimo gobernador del Franquismo en Almería fue Antonio Merino González.