El Ilustre Colegio Provincial de Abogados de Almería ha acogido este viernes un nuevo acto de jura o promesa por el que nueve letrados se suman a las filas del órgano colegial. Savia nueva que refuerza a la organización más veterana de este tipo en la provincia almeriense, que mes tras mes aumenta el número de abogados que forman parte de su historia y legado.
En concreto, han jurado o prometido en esta ocasión María José Rovira Moya; Gerardo Miguel Rodríguez López; Laura Lidón Jodar, Jorge David García, Cora Isabel Nicolás Manzanera; Rosa María Reche Martínez, Juan Carlos González Jiménez, Francisco Javier Soler Flores y Noelia Martínez Navarro.
Han sido sus padrinos, respectivamente, Pilar Soriano Sánchez, María Dolores García Salcedo, José Luis García Planchón, Jerónimo Salinas Sánchez; José Ramón Parra Bautista, Emilio Galera Flores, Isabel María Montaño Pérez, Manuel Franco García y Juana Martínez Marín (ambos abogados en Murcia), y Félix Campillo García.
El padrino responsable de dirigirse a los nuevos colegiados ha sido Emilio Galera, quien ha apuntado que se trata de una “profesión difícil, no siempre bien vista” pero “realmente apasionante”, subrayando que defender los intereses, libertades y derechos ajenos es un “acto de generosidad inigualable”.
Porque, ha dicho, se llevarán a casa “problemas ajenos” que les quitarán el sueño, pero también una profesión en la que se hace el bien a los demás, algo que “no está al alcance de cualquiera”. Además, los ha instado a ser leales y a no escatimar esfuerzos en cada asunto que tengan encomendado.
Ha advertido que en un mundo competitivo contarán con la colaboración de los compañeros de mayor experiencia, incidiendo en que es precisamente esto “lo que no podemos perder”.
Por su parte, el decano Juan Luis de Aynat ha recalcado en que el Estatuto de la Abogacía recoge el actuar de buena fe en un momento en el que se pone mayor énfasis en las buenas personas. “Efectivamente, nos hemos dado cuenta de que es compatible ser un magnífico profesional y ser bueno”, ha manifestado, añadiendo que son las buenas personas las que ayudan a cohesionar la sociedad y contribuyen al crecimiento individual y colectivo.
“El ejercicio de la abogacía es el ejercicio de los derechos e intereses de los clientes, pero sometidos a los principios de la buena fe”, ha resaltado, llamando a cumplir siempre con “rigor” el compromiso ético adquirido en esta jornada.