Ecologistas en Acción-Almería aprovecha el proceso de alegaciones al borrador del Reglamento Taurino de Andalucía para mostrar una vez más el más rotundo rechazo a la fiesta taurina, que no es más que la máxima exaltación de la violencia, en este caso hacía un ser indefenso, cuyo fin no es mas que el ir destrozando su cuerpo poco a poco para así convertirlo en un guiñapo sangriento a merced del torero.
Según la última encuesta GALLUP, el 31% de los españoles se muestran interesados en las corridas de toros, mientras que un 68,8% no muestran ningún interés. Sólo el 0.2% no muestra ninguna opinión al respecto, lo que indica el alto nivel de opinión formada sobre este tema. No cabe duda que cada vez sean más las personas que apuestan por la prohibición de la ‘fiesta’, y cada vez son menos los aficionados que acuden a las plazas. Tal es así, que las empresas que gestionan las plazas han tenido que incorporar instrumentos de marketing para paliar el retroceso de aficionados (bonos, descuentos, tarjetas con descuentos en hoteles, restaurantes y otros comercios,…) Mucho más maquiavélicas son las propuestas de búsqueda de cantera joven por parte de las entidades defensoras de la ‘fiesta’, como por ejemplo los concursos infantiles de redacción y dibujo desde las peñas taurinas. Afortunadamente, nos encontramos con una juventud cada vez más concienciada por los derechos de los animales.
Sin embargo, este aumento de la sensibilización española en relación a esta barbarie no está presente en el sector político e institucional. Prueba de ello es la nefasta apuesta que la Consejería de Gobernación sigue haciendo por la continuidad de esta tortura animal.
Sin renunciar a la prohibición total de la fiesta, que esperamos verla en un futuro próximo, desde Ecologistas en Acción-Almería creemos que ya es hora de dejar de alimentar artificialmente esta fiesta, con las siguientes propuestas:
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Dejar de retrasmitir las corridas de toros, al menos en horario infantil.
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Prohibir la entrada a las plazas a personas menores de edad.
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Anular toda financiación pública dirigida a la promoción de la tauromaquia (construcción de plazas de toros, escuelas de tauromaquia, retrasmisión en televisiones públicas, patrocinio de las corridas,…) Si son tantos los aficionados, que la tortura animal la financien ellos de su bolsillo.
¡Basta ya de costumbres violentas y sangrientas!
¡Basta ya de financiar la tortura de animales!