Esta es una historia verdadera. En 1972, el astronauta de la Apolo
Harrison Schmitt, olió el aire de su Módulo Lunar, el Challenger.
"Huele a pólvora aquí dentro", dijo. Su comandante, Gene Cernan,
estuvo de acuerdo. "Así es, ¿verdad?".
Los dos astronautas acababan de regresar de una larga caminata
lunar por el valle Taurus-Littrow, cerca del Mar de la Serenidad.
Huellas polvorientas marcaban su ingreso a la nave espacial. Ese
polvo llegó al aire —y éste se volvió maloliente.
lunar por el valle Taurus-Littrow, cerca del Mar de la Serenidad.
Huellas polvorientas marcaban su ingreso a la nave espacial. Ese
polvo llegó al aire —y éste se volvió maloliente.
Más tarde, Schmitt se sintió congestionado y se quejó de "fiebre
de heno por polvo lunar". Sus síntomas desaparecieron al día
siguiente; nada grave. Pronto regresó a la Tierra y la anécdota se
perdió en la historia.
de heno por polvo lunar". Sus síntomas desaparecieron al día
siguiente; nada grave. Pronto regresó a la Tierra y la anécdota se
perdió en la historia.
Pero Russell Kerschmann nunca la olvidó. Él es un patólogo del
Centro de Investigación Ames de la Nasa y estudia los efectos del
polvo mineral en la salud humana. La Nasa está planeando volver a
enviar gente a la Luna y a Marte. Ambos son mundos polvorientos,
extremadamente polvorientos. Inhalar ese polvo, dice Kerschmann,
podría ser nocivo para los astronautas.
Centro de Investigación Ames de la Nasa y estudia los efectos del
polvo mineral en la salud humana. La Nasa está planeando volver a
enviar gente a la Luna y a Marte. Ambos son mundos polvorientos,
extremadamente polvorientos. Inhalar ese polvo, dice Kerschmann,
podría ser nocivo para los astronautas.
"El verdadero problema son los pulmones", explica. "De alguna
manera, el polvo lunar se parece al polvo de sílice en la Tierra, el
cual produce silicosis, una enfermedad grave". La silicosis, que
solía ser llamada "enfermedad del cantero", llamó la atención del
público por primera vez durante la Gran Depresión, cuando cientos
de mineros que cavaban el túnel Hawk”s Nest a través de la
Montaña Gauley en Virginia del Oeste murieron unos cinco años
después de haber respirado polvo fino de cuarzo que era lanzado
al aire al taladrar en seco, a pesar de que habían estado expuestos
a él durante apenas unos meses. "Fue uno de los mayores desastres
causados por una "enfermedad ocupacional" en la historia de los
Estados Unidos", explica Kerschmann.
manera, el polvo lunar se parece al polvo de sílice en la Tierra, el
cual produce silicosis, una enfermedad grave". La silicosis, que
solía ser llamada "enfermedad del cantero", llamó la atención del
público por primera vez durante la Gran Depresión, cuando cientos
de mineros que cavaban el túnel Hawk”s Nest a través de la
Montaña Gauley en Virginia del Oeste murieron unos cinco años
después de haber respirado polvo fino de cuarzo que era lanzado
al aire al taladrar en seco, a pesar de que habían estado expuestos
a él durante apenas unos meses. "Fue uno de los mayores desastres
causados por una "enfermedad ocupacional" en la historia de los
Estados Unidos", explica Kerschmann.
Esto no necesariamente les sucederá a los astronautas, asegura,
pero es un problema del que debemos estar conscientes —y del
cual tenemos que protegernos.
pero es un problema del que debemos estar conscientes —y del
cual tenemos que protegernos.
El cuarzo, la principal causa de la silicosis, no es químicamente
venenoso: "Usted podría comerlo y no enfermarse", continúa.
"Pero cuando el cuarzo está recién molido en partículas de polvo
de menos de 10 micrones (a modo de comparación, un cabello
humano mide un poco más de 50 micrones de ancho) y entra a los
pulmones, entonces las partículas pueden incrustarse en los
diminutos sacos alveolares y en los conductos en los que se
intercambian el oxígeno y el anhídrido carbónico. Más aún, las
células blancas del sistema inmunológico se suicidan cuando
intentan tragarse a las partículas de aristas afiladas para llevarlas a
la sangre. En su forma aguda, la silicosis hace que los pulmones se
llenen de proteínas sanguíneas, "y es como si la víctima se sofocara
lentamente" por una enfermedad similar a la neumonía.
venenoso: "Usted podría comerlo y no enfermarse", continúa.
"Pero cuando el cuarzo está recién molido en partículas de polvo
de menos de 10 micrones (a modo de comparación, un cabello
humano mide un poco más de 50 micrones de ancho) y entra a los
pulmones, entonces las partículas pueden incrustarse en los
diminutos sacos alveolares y en los conductos en los que se
intercambian el oxígeno y el anhídrido carbónico. Más aún, las
células blancas del sistema inmunológico se suicidan cuando
intentan tragarse a las partículas de aristas afiladas para llevarlas a
la sangre. En su forma aguda, la silicosis hace que los pulmones se
llenen de proteínas sanguíneas, "y es como si la víctima se sofocara
lentamente" por una enfermedad similar a la neumonía.
El polvo lunar, al ser un compuesto de silicio igual que el
cuarzo, tampoco es (hasta donde sabemos hoy) venenoso. Pero al
igual que el polvo de cuarzo del túnel Hawk”s Nest, es
extremadamente fino y abrasivo, casi como vidrio pulverizado. Los
astronautas de varias de las misiones Apolo descubrieron que se
pega a todo y que era casi imposible quitarlo; una vez que llegaba
al interior del Módulo Lunar, parte de él llegaba fácilmente al aire,
irritando pulmones y ojos.
cuarzo, tampoco es (hasta donde sabemos hoy) venenoso. Pero al
igual que el polvo de cuarzo del túnel Hawk”s Nest, es
extremadamente fino y abrasivo, casi como vidrio pulverizado. Los
astronautas de varias de las misiones Apolo descubrieron que se
pega a todo y que era casi imposible quitarlo; una vez que llegaba
al interior del Módulo Lunar, parte de él llegaba fácilmente al aire,
irritando pulmones y ojos.
El polvo marciano podría ser aún peor. No sólo es un irritante
mecánico sino que podría tal vez ser un veneno químico. Marte es
rojo porque su superficie está compuesta principalmente de óxido
de hierro (herrumbre) y óxidos de otros minerales. Algunos
científicos sospechan que el polvoriento suelo de Marte podría ser
un oxidante tan fuerte que quemaría cualquier material orgánico
tal como los plásticos, el hule o la piel humana tan violentamente
como la lejía sin diluir o el blanqueador para lavar.
mecánico sino que podría tal vez ser un veneno químico. Marte es
rojo porque su superficie está compuesta principalmente de óxido
de hierro (herrumbre) y óxidos de otros minerales. Algunos
científicos sospechan que el polvoriento suelo de Marte podría ser
un oxidante tan fuerte que quemaría cualquier material orgánico
tal como los plásticos, el hule o la piel humana tan violentamente
como la lejía sin diluir o el blanqueador para lavar.
"Si le cae polvo marciano sobre la piel, le produciría
quemaduras", cree el profesor de ingeniería Stein Sture, de la
Universidad de Colorado, quién estudia materiales granulares como
el polvo lunar y marciano para la Nasa. Ya que no se han traído
hasta aquí muestras de Marte, "no sabemos qué tan fuerte es, pero
podría ser muy agresivo".
quemaduras", cree el profesor de ingeniería Stein Sture, de la
Universidad de Colorado, quién estudia materiales granulares como
el polvo lunar y marciano para la Nasa. Ya que no se han traído
hasta aquí muestras de Marte, "no sabemos qué tan fuerte es, pero
podría ser muy agresivo".
Además, de acuerdo con datos de la misión Pathfinder, el polvo
marciano podría contener también rastros de metales tóxicos,
incluyendo arsénico y cromo hexavalente —un material de desecho
carcinógeno que aparece en la película documental Erin Brockovich
(Universal Studios, 2000). Este fue el sorprendente descubrimiento
de un reporte en el 2002 del National Research Council, llamando A
Salvo En Marte: Medidas de Precaución Necesarias para Mantener
Operaciones Humanas en la Superficie Marciana.
marciano podría contener también rastros de metales tóxicos,
incluyendo arsénico y cromo hexavalente —un material de desecho
carcinógeno que aparece en la película documental Erin Brockovich
(Universal Studios, 2000). Este fue el sorprendente descubrimiento
de un reporte en el 2002 del National Research Council, llamando A
Salvo En Marte: Medidas de Precaución Necesarias para Mantener
Operaciones Humanas en la Superficie Marciana.
El reto que presenta el polvo sería especialmente agudo durante
los vendavales que ocasionalmente cubren a Marte desde los polos
hasta el ecuador. El polvo azota el aire, desgastando todas las
superficies expuestas y metiéndose en cada grieta. No hay dónde
esconderse.
los vendavales que ocasionalmente cubren a Marte desde los polos
hasta el ecuador. El polvo azota el aire, desgastando todas las
superficies expuestas y metiéndose en cada grieta. No hay dónde
esconderse.
Para encontrar maneras de aminorar estos riesgos, la Nasa
pronto empezará a invertir en el Proyecto Polvo, un estudio de
cuatro años encabezado por Masami Nakagawa, profesor asociado
del Departamento de Ingeniería Minera de la Escuela de Minas de
Colorado. El Proyecto Polvo estudiará tecnologías como la
cobertura con una película delgada que repele el polvo de las
herramientas y otras superficies, así como técnicas electrostáticas
para sacudir o quitar de algún otro modo el polvo de los trajes
espaciales.
pronto empezará a invertir en el Proyecto Polvo, un estudio de
cuatro años encabezado por Masami Nakagawa, profesor asociado
del Departamento de Ingeniería Minera de la Escuela de Minas de
Colorado. El Proyecto Polvo estudiará tecnologías como la
cobertura con una película delgada que repele el polvo de las
herramientas y otras superficies, así como técnicas electrostáticas
para sacudir o quitar de algún otro modo el polvo de los trajes
espaciales.
Estas tecnologías, tan cruciales en la Luna y Marte, también
podrían ser útiles en la Tierra, al proteger a la gente del polvo con
aristas filosas o del polvo tóxico en nuestro propio planeta.
Algunos ejemplos incluyen el polvo alcalino que sopla desde los
lagos secos en los desiertos norteamericanos, del polvo de madera
de los aserraderos y las explotaciones forestales y, por supuesto,
del polvo abrasivo de cuarzo en las minas.
podrían ser útiles en la Tierra, al proteger a la gente del polvo con
aristas filosas o del polvo tóxico en nuestro propio planeta.
Algunos ejemplos incluyen el polvo alcalino que sopla desde los
lagos secos en los desiertos norteamericanos, del polvo de madera
de los aserraderos y las explotaciones forestales y, por supuesto,
del polvo abrasivo de cuarzo en las minas.
El camino a las estrellas está sorprendentemente empolvado.
Pero, dice Kerschemann, "Creo firmemente que es un problema que
puede controlarse".
Pero, dice Kerschemann, "Creo firmemente que es un problema que
puede controlarse".
Enlace directo al artículo en español con fotografías:
http://ciencia.nasa.gov/headlines/y2005/22apr_dontinhale.htm
?list374952
http://ciencia.nasa.gov/headlines/y2005/22apr_dontinhale.htm
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Escuche esta historia, ya sea vía transmisión contínua de audio o
descargando este archivo de audio a su computador.
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Créditos y Contactos
Autores: Trudy E. Bell, Dr. Tony Phillips
Funcionario responsable de NASA: Ron Koczor
Editor de producción: Dr. Tony Phillips
Curador: Bryan Walls
Relaciones con los medios: Steve Roy
Traducción al español: Covadonga Escandón / Carlos Román
Editor en español: Héctor Medina
Autores: Trudy E. Bell, Dr. Tony Phillips
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Traducción al español: Covadonga Escandón / Carlos Román
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El Directorio de Ciencias del Centro Marshall para Vuelos
Espaciales de la Nasa patrocina el Portal de Internet de
Science@NASA que incluye a Ciencia@NASA. La misión de
Ciencia@NASA es ayudar al público a entender cuán emocionantes
son las investigaciones que se realizan en la Nasa y colaborar con
los científicos en su labor de difusión.
Este artículo fue traducido al español con el apoyo de
Astroseti.org
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