Ahora que un nuevo confinamiento se cierne sobre todos nosotros, es bueno recordar como emplearon el tiempo dos amigos de Olula del Río, durante el comienzo del estado de alarma allá por el mes de marzo. David Martínez llevaba un tiempo gestando la idea de plasmar los recuerdos de su bisabuela, Mamaelisa, y del tiempo que en su infancia pasó con ella, en un relato que sirviese de reservorio cultural y tradicional de su localidad.
Cuando encontraron el tiempo para ello, el propio David y su amigo César Lorente, tejieron una red colaborativa que sumó obras de once ilustradores a los recuerdos del niño David, así como la ayuda del Ayuntamiento de la localidad. De esta manera nació <Las leyendas de Mamaelisa>, obra totalmente <cebollera>, que ya ha vendido más de 500 ejemplares, y cuyo beneficio irá destinado a diversas asociaciones de Olula.
Sentado mientras merendaba, el joven David quedaba fascinado con las divertidas historias que escuchaba y todo lo que aprendía hacía volar su imaginación. Los más pequeños se sentirán identificados, pues no sólo soñarán acompañando al protagonista, si no que las variadas historias darán sentido a situaciones cotidianas actuales. Los mayores, además de emocionarse con la ternura con la que está relatada la relación de los dos protagonistas, se divertirán con anécdotas y recuerdos de un pasado que a veces parece demasiado lejano. Queriendo o sin querer, David le ha rendido un homenaje a todos los abuelos y a su conexión con la inocencia de la infancia. De esta manera la sorpresa ha llegado desde Argentina, desde donde familiares de Mamaelisa, han localizado cartas de la protagonista del libro y se las han remitido al propio autor. Escritas con la misma delicadeza con la que hablaba con su bisnieto, han supuesto una emocionada sorpresa para David, que ya piensa en una segunda parte. Sin duda, Mamaelisa ha sabido de alguna forma decirle a David, el hombre, lo orgullosa que se siente de aquel niño soñador y del adulto sensible en que se ha convertido.