Desde que tenía uso de razón supe que uno de mis mayores pilares sería mi abuela, buena persona, atenta, cariñosa, amable, daba todo por los demás, y una mujer que siempre ha sido querida por todo el mundo por diversas razones.
Recuerdo cuando tenía 2 años que vivía en Barcelona en la época de verano bajaba para Almería para estar con mis abuelos, principalmente con mi abuela, ahí estaba yo en el avión junto a la azafata y un colgante donde estaba mi nombre puesto, y con una sonrisa que llevaba de oreja a oreja porque sabía que era cuestión de poco tiempo que iba a ver a la mujer que me daba todo su amor y que deseaba verme, que adoraba estar conmigo ( según mi familia, era el nieto preferido, deduzco por ser el primero), su amor hacia mí era tan grande que yo siempre deseaba estar junto a ella; aterrizaba el avión y ahí estaba ella esperándome con los brazos abiertos y llamándome a gritos, los dos estábamos locos de contentos por estar juntos.
Siempre quería estar con ella, una persona que me daba cariño, mimos, atención y lo principal, mucho amor.
Así era nuestra relación, estar juntos en época vacacional puesto que yo vivía en Barcelona hasta que cuando tenía cerca de 8 años nos vinimos a vivir a Almería. Me sentía feliz por tal acontecimiento, estaría cerca de mi abuela, podría ir a verla muchos días y pasar fines de semana junto a ella; así fue, iba a su casa muy a menudo, pero cuando llegaba los viernes y salía del colegio a mediodía, preparaba la mochila y allí que me iba, a casa de mis abuelos, a estar con mi abuela. No era un adolescente de salir mucho, la gente me decía que estaba obsesionado siempre en casa de mi abuela, pero era lo que mi corazón me pedía, estar con ella, cenar con ella, jugar a las cartas con ella, jugar al bingo con una pequeña lotería que tenía, escuchar sus consejos, tumbarme en el sofá y apoyar mi cabeza en sus muslos para que así me pudiera rascar la cabeza o la orejilla, me encantaba!! Era tal placer que sentía que me quedaba frito.
Llegó la época que me eché novia y ya iba menos, salía más con mi chica, amigos, etcpero aún así era raro días durante la semana que fuera a verla, tenía esa necesidad de ir a verla. Me casé y tuve unos críos, y ya no me quedaba a dormir en su casa, tenía otras obligaciones pero que lo pienso fríamente y algunas veces podría haberme quedado a dormir con mis abuelos, pero no lo hice; pienso que me equivoqué.
Mi abuela aparte de ser una mujer excepcional se convirtió en una bisabuela única, siempre pendiente de mis hijos, preguntando por ellos, y siempre muy cariñosa cuando iba a su casa de visita con mis niños. Era una virtud que tenía, daba todo el amor del mundo y siempre pendiente del resto.
Llegó la época de mi separación y que decir, solo puedo decir, no tengo palabras de cómo se comportó conmigo, siempre pendiente de mí, dándome todo el apoyo del mundo y creo que la única preocupación que tenía es que yo estuviera bien y feliz, fueron años muy duros para mí pero ahí estaba esa gran mujer pendiente de mí y ofreciéndome todo y más.
Desde que me separé solo tuve en mente cada vez que tenía a mis niños juntos que eran cada 15 días, los sábados los dedicaba a ir con mis niños a casa de mis abuelos, que mis hijos disfrutaran de los biznietos y viceversa; íbamos por la mañana para estar juntos, preparaba la comida, comíamos juntos, abuelos, nieto y biznietos. Nos sentíamos todos felices de estar juntos, y después de comer llegaba la “discusión” entre ella y yo, no quería que recogiera la mesa y mucho menos que me pusiera a limpiar los platos, ajajajajajaja, solo quería que no hiciera nada para que estuviese junto a ella en el sofá, aprovechaba esos días que iba para hacerle la compra, para atenderla, para hacerle una comida que le encantaba ( spagetti con nata y baicon) una de sus debilidades, ahí sentada en la cocina mientras yo cocinaba para contarnos las cosas y para estar junto a mi.
Y hace un par de meses, llegó una mala señal, era ingresada por estar mala, mi preocupación era tal que no quería ver o ser consciente que era grave el tema, con 88 años cómo podría pretender que no sería nada y solo un pequeño susto? Al ser humano le cuesta ver las cosas y soy de esa condición, soy realista pero no podía pensar que mi querida abuela estaba mala de verdad.
En el momento que se quedó ingresada no tuve ninguna duda que me quedaría por las noches a dormir junto a ella, no quería que una de las personas más importantes de mi vida estuviera sus últimos momentos de vida sola en una habitación. Era consciente que el final estaba llegando porque tanto mi madre como mi tío ( hijos de mi abuela) me dijeron claramente lo que había, el mundo se me vino encima, no podía aceptar que en días no tendría a una de las personas más importantes en mi vida, que ya nunca más recibiría llamadas telefónicas, que hablábamos horas y horas diariamente por teléfono, no podía pasarme esto.
Un miércoles por la mañana después de estar por la noche con ella, me cogió de la mano y mirándome a los ojos me dijo que el abuelo no estuviese nunca solo, que no le faltara de nada a lo cual respondí ¡abuela calla ya! Volverás a casa y estaremos todos juntos así que no me digas eso que me enfado, y a continuación me dijo, NENE YA ME ESTÁN ESPERANDO AHÍ ARRIBA, fue tal lo que escuché que solo pude soltarle la mano e irme al cuarto de baño a llorar como un niño chico de tal impotencia, fue un puñal en mi corazón, obviamente se estaba despidiendo de mí y pidiéndome que por favor estuviera pendiente de su marido, el abuelo. Acto seguido le dije:“cállate abuela y no te preocupes por esa situación porque tu nieto el día que falte alguno de los 2 estarésiempre pendiente de ti, o del abuelo o de ambos, como lo he estado haciendo contigo en estos últimos años que por tu ceguera no podías hacer la compra y muchas más cosas pero siempre estuve ahí para ayudarte en todo.
Al final un mañana de mayo, el sábado 16 mi abuela se fue, un pilar fundamental en mi vida, dolor tan grande que aún cuesta aceptarlo, que me llevó semanas saber que nunca más recibiría la llamada telefónica diaria por parte de ella. Sé que es ley de vida y que con 88 años que ha vivido he tenido la gran suerte de disfrutar muchos años de ella, pero somos egoístas por naturaleza y siempre queremos más y más. El tiempo va curando todo, pero ese pilar nunca más lo volveré a tener.
Abuela sé que estás ahí arriba, y quiero que sepas que te extraño mucho, te echo muchísimo de menos y que aún no entiendo cómo nos dejaste tan pronto, todos queríamos seguir disfrutando de ti. te quiero abuela y te mando 1000 besos.
Tu nieto Alejandro Rodríguez Ronda