La denuncia parte de una mujer guardia civil de policía judicial de Pontevedra encargada en toda la provincia del Equipo de Investigación de delitos específicos contra la Mujer y los Menores (EMUME), por acoso laboral consecuencia del supuesto trato degradante, menoscabando gravemente su integridad moral, en el ámbito de la relación funcionarial, y prevaliéndose el supuesto acosador de su relación de superioridad, realizando reiteradamente actos hostiles o humillantes que suponían un grave acoso contra la persona de la guardia civil. Los hechos se remontan al año 2014, y hasta septiembre de ese año, fecha en la que la guardia civil causó baja psicológica promovida por la Psicóloga de la Comandancia de la Guardia Civil de Pontevedra, al comprobar la situación anímica y el daño moral de la funcionaria. La acusación particular es llevada por los abogados de Ourense José Manuel López Lorenzo y Ana Cardero Cid, de la asociación profesional INDEPENDIENTES DE LA GUARDIA CIVIL (IGC) de la que es socia la presunta víctima. La guardia civil presenta seis informes médicos y el acta del Tribunal Médico Militar de Galicia, que acreditan los padecimientos y lesiones que ha sufrido como consecuencia de los sucesivos episodios vividos por el supuesto maltrato y vejaciones del Sargento jefe del Área de delitos contra la Personas de la Unidad Orgánica de la Policía Judicial de Pontevedra.
La acusación particular es llevada por los abogados de Ourense José Manuel López Lorenzo y Ana Cardero Cid, de la asociación profesional INDEPENDIENTES DE LA GUARDIA CIVIL (IGC) de la que es socia la presunta víctima.
La guardia civil presenta seis informes médicos y el acta del Tribunal Médico Militar de Galicia, que acreditan los padecimientos y lesiones que ha sufrido como consecuencia de los sucesivos episodios vividos por el supuesto maltrato y vejaciones del Sargento jefe del Área de delitos contra la Personas de la Unidad Orgánica de la Policía Judicial de Pontevedra.
Se da la circunstancia que este mando de la Guardia Civil precisamente por su específica función debe perseguir este tipo de delitos, aunque era la guardia civil denunciante la única responsable para investigar los delitos de este tipo, que sufrieran específicamente las mujeres y los menores.
El acoso y maltrato en el ámbito funcionarial consistió, según la denuncia, que pone a varios testigos, se concreta en síntesis en expresiones y actos del tipo: “si tengo que coger la normativa, os voy a putear con los turnos”, “ya, ya sé cómo lo conseguiste tú”, insinuando que su situación laboral era consecuencia de algún favor sexual. “Ya me han hablado de ti”. “para lo que vales, yo creo que hubiese ganado más si NO te hubiesen mandado para aquí”. “Esta tía es gilipollas”. “No haces nada, no sirves para nada”. “Mentirosa”. “Eres una vividora que te pasas el día rascándola”. “Eres una puta guardia de mierda que no vales para nada”.
En conversaciones en el bar el denunciado sin dirigirse a ella pero estando presente, decía lo, “pendones que son algunas tías y los polvos que tienen otras”.
En una comisión de servicio en el que hubo que reservar habitaciones del hotel, supuestamente el Sargento le dijo al guardia civil encargado de la reserva que “una para él y para la denunciante”. A lo que la denunciante le recriminó que le ofendiera de esa manera.
También se denuncian expresiones del Capitán Jefe de la Policía Judicial de Pontevedra, realizadas a la presunta víctima, cuando le pedía auxilio por las acciones del Sargento, en el sentido de “el Sargento es muy exquisito y si quiere que lo llames continuamente, pues llámalo, hasta cuando vayas a cagar”.
Respecto a las actuaciones del Sargento contra ella relata que, se le trasladó a la oficina de escuchas telefónicas a prestar su servicio, que dejó de disfrutar de días libres, efectuando servicios sola, aislamiento, que no se le computaban todas las horas de trabajo, que no cobraba la media dieta si prolongaba su servicio por la tarde, a diferencia del resto de guardias civiles, que el denunciado aprovechaba las reuniones de policía judicial con otros Cuerpos e Instituciones para desprestigiarla y desprestigiar su trabajo ante ellos, por lo que incluso un funcionario relevante de la Subdelegación del Gobierno le dijo que lo denunciara, tras escucharlas.
Un sin vivir y control extremo diario, que le llevó a visitar en septiembre de 2014 al Psicólogo oficial de la Guardia Civil , que certificó sobre su situación médica, causando baja, sin que haya vuelto a prestar servicio desde entonces, por lo que se presume que pasara a la situación de retirada por este tipo de enfermedad y las secuelas irreversibles que padece.
Independientes de la Guardia Civil (IGC) apoya la investigación judicial, y sí se constatan los hechos, de los que en un primer momento, desde la asociación no se ponen en duda, por conocerlos de relatos en cada momento comunicados a responsables de la asociación, es evidente que a pesar del prestigio de la Guardia Civil aludido por el Ministro de Interior, como consecuencia del “repugnante” trato recibido por el anti taurino en un pueblo de Madrid, según se deduce de la grabación, lo cierto es que ese prestigio no puede influir en nada en las resoluciones sancionadoras o condenatorias, a las que cualquier persona, sea guardia civil de servicio o no, sea jefe o no, deba sufrir por sus reprobables actos.